Mi querida Nintendo 64 dio cobijo, y ello resulta irrefutable, a un amplio surtido de títulos de plataformas. Logrando, por el camino, dar forma a la edad de oro del plataformeo en 3D. Super Mario 64, Banjo & Kazooie, Donkey Kong 64… ¡Ahí es nada! Algo que, aunque solo haya sido por mera nostalgia, lleva años abocándome a revivir una vez tras otra propuestas que pretenden emularlos en la actualidad. El último ejemplo de ello lo tenemos con el mismísimo Nikoderiko: The Magical World. Una suerte de cóctel visual y jugable a medio camino entre Donkey Kong y Crash Bandicoot. En definitiva, un videojuego que llega a Nintendo Switch dispuesto a revivir el otrora prolífico género de las aventuras y las plataformas. El título en cuestión ha sido desarrollado por el estudio chipriota Vea Games y promete una experiencia clásica, adaptada a los tiempos que corren, con un llamativo apartado artístico. ¿Logrará llegar a buen puerto o se quedará en un clon más? No te pierdas nuestra análisis para Nintendo Switch si quieres descubrirlo de primera mano mando.
Una aventura tan prototípica y clónica como mágica
La historia de Nikoderiko: The Magical World resulta, como buen título de plataformas, tan prototípica como necesaria para justificar la aventura. Las mangostas Niko y Luna (no, no son marsupiales) se ven en la obligación de recuperar una reliquia mágica en manos del malvado Grimbald. ¿El objetivo último? Salvar la isla, a sus antropomórficos habitantes y a las distintas tribus que lo habitan.
A pesar de todo lo anterior, conviene tener algo meridianamente claro. ¿Presentar una propuesta clónica es algo malo per se? Ni muchísimo menos. Y menos aún cuando las cosas se hacen tan bien como en Nikoderiko. No en vano, el juego que aquí nos ocupa bebe de Donkey Kong Country, Banjo & Kazooie o, en menor medida, de Crash Bandicoot. Cada personaje, cada escenario, cada mecánica o movimiento nos recuerda de una forma deliciosamente inteligente (bendita nostalgia) a los clásicos de plataformas.
Copiando a los mejores
Y si narrativamente hablando Nikoderiko: The Magical World es pura nostalgia en lo mecánico la cosa no cambia. Es decir, la típica aventura de desplazamiento lateral (2.5D). Desplazándonos de izquierda a derecha mientras corremos, saltamos, aplastamos enemigos, sorteamos plataformas, usamos el dash, planeamos, lanzamos objetos, adquirimos potenciadores y nos enfrentamos a poderosos jefes (cada 4 fases). Todo ello con 3 vidas y diferentes puntos de guardado con los que hacer la aventura más llevadera. Puede que no nos encontremos ante el reto de nuestras vidas, pero morir vamos a morir (un contador nos lo recordará constantemente). Afortunadamente, para algunos, el proceso de reenganche resulta bastante amigable con el jugador.
Nos encontramos, en definitiva, ante una configuración tan familiar como deliciosa y sólida en lo jugable. Algo que, pese a lo que puede parecer, no resulta nada sencillo. Y es que los controles han sido desarrollados a la medida de cada plataforma, enemigo o elemento del escenario presentes en pantalla. Contando incluso con diferentes velocidades de desplazamiento en función de la presión que ejerzamos sobre el joystick. Por no mencionar un amplio surtido de mecánicas que (no vamos a hacer spoilers) nos llevan a realizar todo tipo de estrafalarias, y divertidas acciones. Eso sí, también arrastramos los defectos de los clásicos. Con una cámara fija que nos deja vendidos en más de una ocasión y unos movimientos algo bruscos.
Monturas de contenido
Es posible que que Nikoderiko: The Magical World no sea el título más extenso del catálogo plataformero de Nintendo Switch. Pudiendo completar sus 7 mundos y 35 niveles en 5 o 6 horas. No obstante, si que aporta una variedad de acciones y desbloqueables tan interesantes como, eso sí, clónicos con respecto a los clásicos del género que aquí nos ocupa. Y es que, tomando claras reminiscencias de franquicias como Crash Bandicoot y DonKey Kong Country, contamos con desafiantes niveles, tesoros, monedas, secretos ocultos, letras que recolectar (a lo DK) e instantes en los que la cámara adopta una posición más propia del famoso marsupial creado por Naughty Dog. Es decir, corriendo hacia el fondo en perspectiva frontal (3D) mientras destruimos todo a nuestro paso (cajas incluidas).
Pero es que la cosa no se queda ni mucho menos ahí. Por un lado, cada X niveles nos encontramos con un espectacular jefe. Puede que no se trate de enfrentamientos demasiado exigentes. No obstante, el número es variado y aprendernos sus patrones de combate para derrotarlos resulta muy entretenido. Los niveles ocultos (a lo DK) o las monturas que aportan habilidades únicas son otro suculento extra. Para más inri, desde el mapa de selección de nivel podemos acceder al campamento. Espacio donde desbloquear bocetos de personajes y entornos o melodías (Tesorería) y ocasión perfecta para comprar pociones, mascotas (con las monedas) o mapas de tesoros secretos en el taller de Rivar el Inventor.
Para finalizar, y más allá de la rejugabilidad clásica que nos aporta la repetición de fases, contamos con dos niveles de dificultad. Y, más allá de un par de picos de dificultad en el último tramo de la aventura, os recomendamos encarecidamente obviar el Modo Fácil a no ser que seáis neófitos en el género y casi en los videojuegos. Volvemos a hacer énfasis en el carácter familiar y para todos los públicos de la propuesta del estudio chipriota.
Un título con mucho arte
Si hay un apartado, más allá de la jugabilidad y variedad de mecánicas, donde destaque Nikoderiko: The Magical World ese es el artístico. Mereciendo mención especial el diseño, modelado y animaciones de cada uno de los personajes presentes en pantalla. Tanto protagonistas como npcs. Por si fuera poco, la variedad de niveles (con claras referencias a los clásicos) y una colorida paleta de colores, que nos presenta desde selvas u océanos hasta paisajes helados o volcánicos, coronan un apartado casi redondo. Y no, aquí no se exprime Unreal Engine, pero la acertada combinación de entornos 2D y 3D entra por los ojos desde el minuto uno. Rematando la faena, el título cuenta con algunos efectos climáticos y juegos de luces/agua realmente bonitos y llamativos.
Y con la BSO ocurre tres cuartos de lo mismo. Quedando a cargo de David Wise. Compositor británico responsable del apartado musical de Donkey Kong Country. Aquí cada pieza musical encaja a la perfección con los diferentes niveles. Presentándonos tonos tribales, y timbales, realmente alegres y amenos. Todo muy a lo DK, con toques piratas, que incluso recuerdan por momentos a sagas como Monkey Island. Los textos llegan en perfecto castellano y el juego cuenta con algunos diálogos en inglés que, eso sí, resultan casi anecdóticos. En lo que respecta al desempeño, el juego rinde de forma más que aceptable tanto en el dock como en modo portátil. No obstante, si que nos hemos encontrado rascadas en algunas zonas específicas del juego. Por su parte, los tiempos de carga se antojan demasiado extensos. Algo que, como os podéis imaginar, rompe el dinamismo de la propuesta de los de Vea Games.
Las plataformas… ¡mejor en compañía!
Y no podíamos ofrecer las conclusiones de este texto sin abordar antes otro aspecto crucial del título que aquí nos ocupa: su cooperativo local. Nikoderiko: The Magical World nos permite jugar en solitario, controlando a Luna o a Niko (nada cambia entre ellos más allá de lo estético) o compartir partida de forma local con un segundo jugador. Y, en esta ocasión, nos vamos a centrar en esta segunda vertiente multijugador. No en vano, se trata de una adición que multiplica exponencialmente la diversión.
Por poner algún pero, resulta habitual, sobre todo en los instantes más frenéticos, ver como uno de los jugadores deja atrás al otro. Viéndose obligado a esperarlo. En caso de morir, y aquí también se ha tirado de los clásicos, reaparecemos en pantalla envueltos en una burbuja. Teniendo que esperar a que el otro jugador la pinche para liberarnos y poder proseguir la aventura. Sí, os suena a Yoshi’s Island, ¿verdad? Y no, tampoco existe ninguna diferencia entre los dos personajes jugables. Ni en cuanto a ataques ni en lo que respecta a movimientos. Una oportunidad perdida de aportar mayor profundidad y un toque estratégico al título, que le habría sentado de perlas.
Nikoderiko: The Magical World – Homenajeando a los clásicos de plataformas
Nikoderiko: The Magical World se erige, desde el minuto uno de juego, como una verdadera oda, apta para todos los públicos, que rinde pleitesía a clásicos de acción, aventuras y plataformas de la talla de Rayman, Crash Bandicoot o el mismísimo Donkey Kong. Eso sí, lo logra con un producto que funciona a las mil maravillas, pero que no aporta nada nuevo. Resultando descaradamente clónico con respecto a los título que pretende emular. Ahora bien, visto lo visto, y más allá de esa falta de originalidad, el resultado es más que notable. Y es que su principal defecto es también su mayor virtud.
Un colorido y vistoso apartado gráfico a medio camino entre los 2D y 3D, la variedad de divertidas, y alocadas, mecánicas o una BSO que respira Donkey Kong Country por los cuatro costados ponen la guinda a este delicioso pastel plataformero. Todo ello sin mencionar su divertidísimo, y frenético, multijugador local. Como puntos negativos, los excesivos tiempos de carga, algunos problemas de desempeño y su escasa dificultad. En definitiva, un notable título de acción y plataformas con regusto clásico que rinde un sentido homenaje a los clásicos. ¿Preparado para acompañar a Luna y Niko en esta emocionante aventura?
Hemos analizado Nikoderiko: The Magical World gracias a un código digital cedido por Jesús Fabre. Versión analizada: 1.0.1
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