Hoy inauguramos una nueva sección dentro de la web en la que iré publicando las experiencias en Animal Crossing: New Leaf. En esta ocasión, narraré los acontecimientos de lo que fueron las primeras andadas en mi (por ahora) único pueblo, al cual he llamado «Molín».
El tren y la sorpresa inesperada.
Los primeros instantes tras comenzar la partida, me llevaron a una breve escena en un tren, en el que un personaje felino que se hacía llamar «Fran», me hizo una serie de preguntas que determinarían aspectos tan básicos como el sexo del avatar, el nombre de nuestro aldeano y la denominación del pueblo. Una vez contestadas todas ellas, llegamos a nuestro destino.
Tras salir de la estación, aparecieron los vecinos, que recibieron a mi personaje quien, sin quererlo, se vió asumiendo la alcaldía del lugar, llegando incluso a plantarse un árbol para simbolizar el inicio del nuevo mandato. A partir de entonces comenzaba el juego propiamente dicho.
Los siguientes pasos me llevaron a preguntar a la secretaria del ayuntamiento (Canela) por cuáles eran los siguientes objetivos a cumplir. Y es que las funciones de alcalde no están disponibles inicialmente: es preciso empadronarse y disponer de una vivienda, así como gozar de la confianza de todos los vecinos (para lo cual tuve que realizar una serie de tareas que más adelante detallaré).
Organizando tareas: ¡ toca recorrer el pueblo !
Para cumplir con el primero de los requisitos (empadronamiento y vivienda), Canela me invitó a hablar con Tom Nook (muchos ya conoceréis a tan entrañable personaje) en la «zona comercial», que en esta ocasión se encuentra regentando un negocio inmobiliario. El famoso mapache se ofreció sin problemas a construir una vivienda para mí, previo pago de una «entrada» de 10.000 bayas. Mientras conseguía los fondos necesarios para pagarla, Tom Nook me proporcionó un alojamiento provisional en forma de tienda de campaña. La adquisición de los fondos puede lograrse de muy diversas formas: cazando bichos, moviendo los árboles (algunos de los cuales soltarán bolsas de dinero o frutas) o pescando.
Lo primero que hice fue ganar dinero fácil recolectando melocotones y vendiéndolos en la tienda de reciclaje de «Paca». Tras ésto, visité nuevamente la zona comercial, y más exactamente, el local de los hermanos Tendo y Nendo, donde compré como material básico una pala y una caña de pescar para empezar.
Molín cuenta con dos zonas costeras, ubicadas al sur y al este respectivamente, donde, aparte de conseguir moluscos y algas, también es posible pescar las mayores piezas (tiburones, peces globo, peces espada, etc). Después de un rato de capturas de muy distinta clase, reuní el primer pago necesario, tras lo cual, Tom Nook se comprometió a comenzar las obras en la casa al día siguiente.
Recursos, dinero…y por fin con una casa decente.
El próximo paso fue participar en el evento del día (de captura de insectos) que tras ganar, vi recompensado con un trofeo que acreditaba la condición de vencedor frente a los demás vecinos y varios objetos decorativos para la casa. También aproveché los insectos restantes y las capturas que pesqué a última hora para presentarlas en el museo e ir completando la colección de los expositores.
Los fósiles que cada día aparecen en el pueblo, son otra opción interesante para donar al museo, o bien aprovechar aquellos que estén repetidos para venderlos a la tienda de reciclaje, donde nos pagarán muy bien por ellos.
Al día siguiente la casa ya estaba construida, tras lo cual, Tom Nook me requirió el pago del resto de la hipoteca (que ascendía a 39.000 bayas), que realicé tras repetir el proceso del día anterior, vendiendo todos los recursos naturales que me proporcionaba la zona.
Conociendo a los vecinos y ¡ de compras !
El siguiente paso consistió en mejorar la relación con los habitantes del pueblo. Para ello, respondiendo a sus solicitudes y con la inestimable ayuda de la secretaria Canela, creé más zonas verdes alrededor del mismo (plantando melocotoneros y flores), arranqué malas hierbas y limpié las playas de basura (usando para ello la caña de pescar). Ya tenía el segundo de los requisitos cumplidos: gozar del 100% de la confianza de los vecinos. Canela formalizó los trámites para obtener el reconocimiento de la condición de alcalde (lo cual, según ella misma, podría tardar varios días en hacerse efectivo).
Con los deberes cumplidos (por ahora), me pasé por la tienda de costura de la localidad: el taller de las Hermanas Manitas. Allí pude adquirir varios diseños nuevos que añadí a mi colección, compré vestimenta nueva (pantalones mandarines y chaleco safari) y accesorios especiales: unas gafas rockeras y las gorras de Luigi y Wario. También solicité a Tom Nook una nueva ampliación de la casa, que esta vez costará ni más ni menos que ¡ 98.000 bayas !
Por ahora, el periplo por Molín, está siendo toda una aventura. Los vecinos siempre reaccionan de manera distinta. Cada hora surge algún evento nuevo en alguna parte y siempre hay algún asunto que atender, mientras procuro mejorar el pueblo (ya he compuesto una melodía y la bandera oficial, así como añadido algunas decoraciones distribuidas por toda la extensión disponible), ayudar a sus habitantes (cumpliendo con los recados que me encomiendan y estrechando lazos con todos ellos) y hacer acopio de mobiliario para la vivienda y de bayas para futuras compras.
Bienvenidos a Animal Crossing: New Leaf.
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