Dos cosas que desde hace unos años han regresado con fuerza a golpe de nostalgia han sido los shooters de vista aérea y la estética cyberpunk, unos porque lo retro en los videojuegos se ha reavivado gracias a la loable acción de los estudios indies, que han recuperado con fidelidad las experiencias vividas en la época de los 8 y 16 bits, y lo otro a que calaron tanto clásicas películas como Blade Runner (con secuela este mismo año y todo) que creó su propio universo con múltiples manifestaciones hasta día de hoy. 10Tons, una compañía independiente experta en juegos de disparos, como ya ha tenido oportunidad de demostrar con otros títulos como Jydge o Time Recoil, sin duda vio la oportunidad perfecta de reunir ambos conceptos y nos lo presenta armoniosamente reunidos en Neon Chrome, un shooter de los llamados Dual Stick con ambientación futurista un tanto oscura con el desea conquistar nuestros exigentes corazones gamer. ¿Lo ha conseguido? Respondemos a esta pregunta con el siguiente análisis.
Conéctate a la red para desconectar
En un futuro lejano, nuestra interacción con los ordenadores ha alcanzado un nivel casi de simbiosis, viviendo prácticamente más a nivel virtual que en la propia realidad. Neon Corp es una compañía que comenzó creando servidores de videojuegos y ha acabado creando un complejo espacio online, el Neon Chrome, en el que millones de personas trabajan, se relacionan, pasan su tiempo de ocio y casi entregan todo su tiempo de vida mortal; semejante estructura virtual por supuesto requiere un férreo supervisor, llamado Overseer, que se entregue por entero a mantener la estabilidad y buen funcionamiento de tan enorme sistema las 24 horas, sin embargo, parece ser que el último elegido no ha resultado ser la mejor opción ya que se ha dedicado a controlar a su gusto el sistema y a esclavizar a todos sus millones de usuarios. A grandes males, grandes remedios dicen, de modo que ante tan caótica situación lo mejor es enviar a un grupo de expertos hackers y que acaben con el maligno supervisor desde dentro para lograr devolver la paz a la humanidad, y nosotros somos parte de ese equipo de rescate.
Con esa trama de futuro nada alentador, comenzamos nuestra misión pudiendo elegir entre varios roles al azar como asesino, soldado o hacker, lo que básicamente afecta al tipo de armamento y escudo de que disponemos inicialmente y en cómo podemos interactuar con ciertos elementos como cierres de seguridad o drones de mantenimiento. A partir de ahí, nos toca infiltrarnos en lo más profundo del edificio principal de Neon Corp para acceder al servidor principal y localizar el escondite del malo a eliminar. Claro que para ello tenemos que recorrer treinta y dos plantas, divididas en seis bloques principales, infestadas de robots y guardias de seguridad que van a tratar de liquidarnos al segundo de vernos, y no será una tarea nada fácil ya que además esos niveles son generados proceduralmente cada vez que entramos, de modo que no nos podemos aprender su esquema de distribución de habitaciones y enemigos tan fácilmente, lo cual se agradece teniendo en cuenta las veces que vamos a volver a cada una. De modo que sí, vamos a morir (una desconexión neural del sistema) y volver a empezar el camino muchas veces, al más puro estilo roguelike, eso sí, conservando las sucesivas mejoras de equipo que vamos consiguiendo por el camino, para que sea un poquito más fácil en cada intento.
Un mundo cyberpunk a tus pies
Visualmente Neon Chrome hace un buen trabajo, aunque sin contar con unos gráficos especialmente llamativos; fiel a la estética cyberpunk, hay mucho contraste de oscuridad y luces de neón que rápidamente nos sumergen en ese desolador y solitario mundo futurista, sin mucho nivel de detalle eso sí, lo que hace que a veces cueste distinguir un poco todo lo que ocurre en la pantalla, siendo un poco caótico en los momentos de mayor frenesí, por ejemplo cuando nos rodean los enemigos y las balas llueven por doquier. Tratándose como se trata de un juego de acción pura, no hay que leer muchos textos, no obstante, hubiera sido de agradecer la inclusión de unas letras un poco más grandes, especialmente adecuadas cuando juegas en una tele a cierta distancia.
En el apartado sonoro destaca por la inclusión de melodías bastante pegadizas, que ambientan muy bien la situación de infiltración y combates repentinos, siguiendo una base sintética, pero con variaciones suficientes como para que no nos canse de oírlas. Resulta interesante la inclusión de algunas voces, como la clásica de la amable asistente robot que nos hace un tour por la historia de la corporación o la cavernosa de Overseer, reflejando a la perfección que no está muy bien de la azotea, lo que nos ayuda a sumergirnos mejor en la trama, aparte de los esporádicos gritos de los enemigos al localizarnos o de nuestro personaje al llevarse un disparo y las contundentes explosiones.
Mueve como un experto hacker
Como señalamos anteriormente, Neon Chrome es un shooter de vista aérea Dual Stick, es decir, de los que usamos la palanca izquierda para desplazarnos y la derecha para elegir la dirección en la que vamos a disparar. Y como suele ser frecuente en este género, los controles son sencillos y responden bien, utilizando el gatillo ZR o el botón R para disparar, L para golpear de cerca, perfecto para deshacerse de algunos enemigos que se protegen de nuestras balas o para romper ciertos elementos del escenario, ZL para usar el ataque secundario como la ráfaga radial o colocar minas de proximidad, B para recargar el cargador de nuestra arma principal y A para interactuar con algunas cosas, como por ejemplo las cajas que ocultan dinero o los interruptores que abren determinadas puertas.
Como también suele ser frecuente en este estilo de juegos, la mecánica es muy sencilla: llega del punto A al B en cada nivel mientras disparas a todo lo que se mueva antes de que hagan contigo, con el interesante detalle de que no siempre tenemos que seguir el camino marcado por la estructura de habitaciones interconectadas por puertas, al modo de los edificios de oficinas, ya que algunas paredes se pueden destruir a base de disparos, golpes o activando los explosivos presentes por la zona, lo que nos permite abrir algunas rutas alternativas con que sorprender a los enemigos. Hay que mencionar que, a pesar de que cada nivel se genera proceduralmente, es decir al azar cada vez que entramos, las variaciones en cada intento no son excesivas más allá de reubicar algunas habitaciones y cambiar el emplazamiento de los guardias de seguridad, se echa en falta una chispa más de variedad teniendo en cuenta la de veces que vamos a morir y tenemos que volver a recorrer cada planta. Se echa en falta que pudiera aprovechar la pantalla táctil siquiera en la navegación a través de los menús y que permitiera alguna reconfiguración de controles, aunque son detalles menores.
Salva al mundo proceduralmente generado
Nuestro objetivo es claro, alcanzar la planta más alta del edificio, donde se oculta el malo, para ello tenemos que recorrer cada uno de sus pisos, donde cada uno de ellos es un nivel generado aleatoriamente, están estructurados en seis bloques y al final de cada uno nos espera un jefazo que nos hará sudar lo nuestro para eliminarlo y poder continuar. El problema está en que si caemos por el camino tenemos que volver al principio del respectivo bloque, es decir, sólo se guardará nuestro progreso real en la aventura cuando eliminemos a uno de los jefes, lo cual llega a resultar un poco frustrante a veces, por lo que la habilidad, la paciencia y la persistencia son importantes. La ventaja al menos es que, aunque caigamos en combate, sí se guarda el dinero recolectado en cada planta, lo que nos permite ir comprando mejoras, como ampliaciones de salud, armamento más letal o aumentos en la velocidad de nuestros movimientos, lo que al menos hace que en cada intento sucesivo sea un poco más sencillo que el anterior.
Uno de los principales atractivos del juego es que, además de poder jugar el modo de campaña en solitario, también podemos hacer lo propio en multijugador local para hasta cuatro jugadores, lo cual al menos facilita un poco las cosas al poder cubrir más peligros entre todos, y por supuesto hace mucho más entretenida y divertida la experiencia. En conjunto, teniendo en cuenta que varía en función de la experiencia que tenga cada uno con este tipo de shooters y el sistema medio roguelike con que cuenta este en particular, la duración se puede prolongar entre unas diez y doce horas, con la ventaja de que es bastante rejugable ya que incluso después de acabar con el malo malísimo se desbloquean más elementos que animan a darle otra oportunidad, aparte de por el gusto de mejorar puntuaciones y tiempos.
Neon Chrome – El futuro es de color de rosa (neón)
En conclusión, estamos ante un título aceptable tanto por su apartado técnico como jugable, no destaca especialmente en ningún aspecto, pero resulta muy entretenido de jugar tanto con amigos como en solitario. La mecánica de poder abrir caminos alternativos y de tener que pensar un poco a la hora de interactuar con interruptores le aportan novedades que rompen la linealidad que suele caracterizar a este tipo de shooters, aunque el sistema roguelike resulta un tanto frustrante a ratos. Quizás hubiese sido más interesante poder guardar avance en cada planta superada dada la dificultad del reto, a pesar de eso la generación procedural de niveles y la incorporación de sucesivas mejoras aleatorias contribuyen a darle variedad y animan a darle más oportunidades. Recomendable sobre todo a los más fans del género shooter, a quienes seguro no va a decepcionar si además cuentan con algo de paciencia extra.
Este análisis ha sido realizado gracias al código cedido por 10tons
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