Allá por los años 70 apareció Dungeons & Dragons, y se convirtió rápidamente en un fenómeno mundial que asentó las bases de lo que hoy conocemos como juego de rol. Con la aparición de los videojuegos y el declive en la popularidad de los juegos de mesa, los primeros tomaron el relevo del papel y lápiz en pos de aventuras digitalizadas. Ha llovido mucho desde entonces, y muchas han sido las obras que incorporan elementos nacidos del original D&D, aunque cada una a su manera. En cambio, otras han buscado reproducir fielmente esa experiencia única que nace de unos folios y unos cuantos dados, y es el caso del título que nos trae aquí hoy: For The King.
For the King intenta que el jugador se sienta dentro de una partida de rol sin soltar su Nintendo Switch. No es el primero en tomar este planteamiento, por supuesto, pero si que quiere ser el mejor. ¿Fracasará en su aventura, o se alzará victorioso en su épica hazaña? Vamos a verlo en este análisis.
Monstruos, misiones y muchas tiradas de dados
Todo el mundo está familiarizado con el género RPG. Ya sea en un clásico juego de combates por turnos como Final Fantasy o en aventuras en tiempo real como Dark Souls, el proceso de ver crecer a nuestro personaje a través de distintas estadísticas se ha vuelto algo más que común en los videojuegos. Sin embargo, ponerle a For The King la etiqueta de juego de rol es quedarse corto, pues es mucho más que eso: es un simulador de rol. Como decía al comienzo, algunos títulos intentan acercar al jugador la experiencia plena de una partida de rol, anteponiendo esto a adaptar el juego al formato propio de este medio. Ya ha quedado patente en la industria que el primer grupo, en el que se encuentra la obra que analizamos hoy, no se aproxima ni por asomo a la popularidad de los videojuegos etiquetados como RPG. Pero en el equipo de IronOak Games saben esto, y han trabajado de forma excepcional para aunar una fiel experiencia rolera con el lenguaje propio de un medio tan complejo como el de los videojuegos.
En este título tenemos turnos, tiradas de dados, críticos y pifias, un pintoresco tablero, combates contra trasgos y un simpático grupete de tres personajes, además de un sistema bien complejo de estadísticas. Pero IronOak Games añadió un ingrediente más a su obra: el género roguelike. Así nació For The King, y ese es el factor que le hace destacar. Concretamente, cada una de nuestras aventuras transcurre en un mapa generado de forma procedural, y por ello los objetos, eventos y criaturas que encontramos también cambian entre campaña y campaña. Lo que sí elegimos nosotros son los tres avatares que controlamos en el juego, pudiendo elegir su clase y su aspecto físico.
El juego tiene seis campañas disponibles por el momento, en las que nos toca explorar las tierras de Fahrul y salvarlas de diferentes peligros. Antes de comenzar a jugar una campaña podemos elegir el nivel de dificultad de esta, teniendo en cuenta además que cada aventura tiene sus propios retos. Como resulta evidente, cuanto mayor sea el peligro al que nos enfrentamos, mayor será la recompensa. En este caso, la recompensa que se conserva al margen de las campañas es el «saber», una moneda que nos sirve para desbloquear nuevas clases, objetos, eventos y lugares para enriquecer cada vez más nuestras andanzas por Fahrul.
Cada campaña incluye una linea de misiones principales, así como encargos secundarios que podemos aceptar en cualquier poblado y con los que recibimos oro, experiencia u objetos. Mejorar a tus personajes con nuevos objetos y equipo es clave para sobrevivir en Fahrul, pues las criaturas que lo habitan se vuelven cada vez más poderosas y hostiles conforme avanza el juego. Debes conocer también cuándo es conveniente iniciar un combate, pues el más mínimo error puede salirte muy caro; el factor roguelike está siempre presente. Sin embargo no debes preocuparte si una mala racha te hace perder a tus aventureros, ya que puedes emplear una de las vidas disponibles para resucitar a cada uno, aunque esta reserva es limitada. La estrategia es crucial para lograr la victoria.
Mejora, lucha y muere por el rey
El tablero en el que movemos a nuestros tres viajeros es muy colorido y está lleno de vida. Además, como comentaba más arriba, su aspecto cambia completamente entre partida y partida. Eso sí, sus casillas hexagonales y ciertos pueblos y ciudades siempre están presentes, aunque su localización es un misterio hasta que comienzas una nueva aventura. En este mapa van apareciendo enemigos de forma progresiva, y durante la noche son más y más feroces, ¡así que ten cuidado! La música también acompaña al día y la noche, y junto al aspecto visual tan característico de For The King crea una atmósfera medieval y de fantasía.
En esta obra todo se soluciona a tiro de dado, como todo juego de rol que se precie. Cuando comienza el turno de un personaje, se hace una tirada de dados para determinar cuántas casillas puede moverse. Si te topas con un monstruo, tienes la opción de tenderle una emboscada para aislarlo de los que pueda haber a su alrededor, o puedes intentar escabullirte y pasar de largo si no te conviene pelear en ese momento. ¡Tú decides! Eso sí, todo depende de tu suerte con los dados. Las batallas requieren de planificación y suerte a partes iguales, pues cada arma tiene asociada una estadística, así como sus propios movimientos y el número de dados que se deben tirar. Debes elegir sabiamente qué arma le conviene a cada integrante de tu equipo.
Hasta ahora hemos visto que For The King es un simulador de juego de rol bastante completito y muy rejugable, pero como todo en este mundo, tiene sus fallos. Al momento de redactar este análisis el juego se encuentra en la versión 1.0.2, en la cuál han corregido gran cantidad de errores del juego. No obstante, la edición de Switch está muy mal optimizada en comparación con sus hermanas en otras consolas. Moverse por el mundo es lento, los controles no siempre responden como deberían, el juego se ralentiza… A esto hay que sumarle que si juegas en modo TV, la consola se calienta excesivamente.
Seguimos con los puntos negativos, y le toca el turno a los menús. Con menús me refiero a TODOS los menús, desde el de inicio hasta el de inventario, pasando por el de creación de personaje. En For The King los menús son toscos y lentos, y hasta resulta frustrante navegar por ellos. A veces acciones tan simples como intercambiar oro o que un personaje le de un objeto a otro y que este se lo equipe pueden ser un desafío. A su favor hay que decir que el título se encuentra totalmente en castellano.
Obviando lo anterior, viajar por Fahrul quiere recordar a esas tardes improvisando con amigos una historia épica en una tierra medieval, por lo que aquí… ¡también puedes jugar con amigos! Incluye modo multijugador tanto local como en línea. Ambos tienen la misma dinámica: cada jugador crea y controla a un aventurero y todos deben cooperar para poder superar los desafíos que se avecinan. Desgraciadamente no hemos podido vivir en nuestras carnes la experiencia online que propone For The King, pues el modo está desierto; lamentablemente no hay (casi) nadie jugando en línea. Una pena.
For The King – Rol clásico en tiempos modernos
El equipo de IronOak Games ha sabido trasladar la experiencia de tablero, lápiz y papel a un formato tan especial como lo es un videojuego. A pesar de ello, la versión que nos llega a nuestra querida híbrida no está a la altura de lo que cabe esperar en el aspecto técnico. Es una lástima, pero eso no impide disfrutar de un juego completamente rejugable y donde cada partida es una aventura distinta. Además, el catálogo de Nintendo Switch no incluye muchos títulos que puedan hacerle competencia, ya que muy pocos priorizan las clásicas tiradas de dados ante los estándares de los videojuegos RPG. Sea como fuere, For The King agradará a los que busquen una aproximación a los juegos de rol de mesa.
Hemos analizado For The King gracias a un código digital cedido por IronOak Games. Versión analizada: 1.0.2
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