A finales de los años 90 e inicios de los 2000, la crianza y captura de monstruos se encontraba en su apogeo entre los niños y jóvenes de la época. Fue así como en 1997 veía la luz Monster Rancher 1 en la PlayStation Original para ponernos a los mandos de nuestros propios monstruos y enseñarnos más de una lección sobre la paciencia y la constancia en la crianza. En aquel momento, y con un mercado que aún no se encontraba tan monopolizado, el juego triunfó y se dio el lujo de tener una secuela directa en la consola antes mencionada en la que se refinarían varias mecánicas y se haría un auténtico lavado de cara en diversos apartados.
Entre las claves de su éxito encontrábamos algo muy revolucionario para la época, el poder usar unidades de CD como un método para obtener monstruos. Daba igual si era una película, un disco de datos, otro videojuego o el nuevo éxito mundial del artista del momento, cualquier disco era capaz de generar un monstruo y las posibilidades eran muy extensas. Desgraciadamente, con el paso del tiempo y pese a contar con un anime que hoy en día se considera de culto, el público general fue olvidándose de Monster Rancher y la saga fue desapareciendo entre las sombras del mercado occidental (aunque en Japón la cosa fue algo mejor) ante la consolidación mundial de Pokémon.
En silencio desde hace más de 19 años (en el mercado Occidental, aunque también debemos tener en cuenta que de todos sus juegos muy pocos llegaron a distribuirse en Europa), la saga está de regreso con Monster Rancher 1 & 2 DX para aprovechar el tirón de Nintendo Switch y demostrarle a toda una nueva generación de jugadores y jugadoras que hay sagas que nunca mueren. Y ya de paso, permitir a aquellos niños de los 90 revivir un poco de su infancia en estos tiempos tan convulsos. ¿Ha envejecido bien? ¿Merece la pena a día de hoy? Esto es algo que vamos a descubrir en este, nuestro análisis.
La buena educación siempre va primero
A diferencia de otros títulos de la época, ambas entregas de Monster Rancher de las que hablamos hoy no cuentan con una historia más allá de aquella que nos introduce al mundo que los rodea (la cual es muy interesante, aunque corta) y algunas pequeñas referencias a lo largo de los mismos. En lugar de eso, ambos juegos optan por centrarse en la crianza y gestión de recursos para lograr el sueño de muchos: Ser el campeón de campeones en cuanto al combate de monstruos respecta.
Esta ausencia de historia permite que ambas entregas apuesten al completo por unas mecánicas jugables en apariencia sencillas, pero en las que hay que tener constancia y ganas de ir aprendiendo cómo es que funciona cada una de ellas. Una vez comprendido esto, es posible quedarse horas y horas realizando las mismas acciones de forma mecánica, pues este JRPG está a prácticamente nada de ser un simulador de crianza y gestión. El tiempo se divide en meses de 4 semanas cada uno, y a lo largo de cada una de ellas debemos lidiar con conceptos como el entrenamiento, la alimentación, la educación, la fatiga y los torneos.
Quedarse sin dinero suficiente para comprar alimento para tu monstruo, lleva a que este se canse con mayor facilidad y sea débil, además de disminuir su lealtad hacia ti. ¿La forma de obtener fondos? Realizando trabajos que ayudan a nuestros monstruos a mejorar sus estadísticas y nos aportan una cantidad de dinero fija, pero que también (y dependiendo de las características de nuestro «peque») cuentan con un cierto factor de azar que hace posible que no podamos completarlas, y por tanto no obtengamos recompensa alguna. De allí que, además de gestionar bien el dinero, aprendemos que el tiempo también es un factor clave.
Hay semanas en las que nuestro monstruo se siente cansado, así que toca escoger si obligarle a trabajar o tomarse un descanso. ¿El truco? Ambas decisiones tienen consecuencias directas. Descansar una semana puede suponer perderse un torneo, una rebaja en el precio del entrenamiento especializado (los cuales son muy importantes y caros), mientras que forzar la maquinaria se puede traducir en tener a nuestro monstruo desaparecido por semanas o algo peor debido al exceso de esfuerzo y la mala alimentación. También hay combates, y son uno de los grandes atractivos del juego, pero no llegan a convertirse en el núcleo puro y duro del mismo.
Sí, nuestro objetivo es convertirnos en los mejores, pero esto toma su tiempo y en más de una ocasión nos vemos obligados a dejarlos de lado para seguir entrenando y perfeccionando nuestras características de cara a los torneos. Estos torneos se dividen en ligas, las cuales se traducen en una liguilla en la que todos se enfrentan contra todos y aquel con mayor cantidad de victorias puede hacerse con el campeonato. Ganar supone aumentar nuestro nivel de fama, además de una compensación económica, mientras que si bien perder no tiene consecuencias como tal, no saber cuándo rendirse puede costarnos muy, muy caro.
A la hora de combatir nos encontramos con que esto no va por turnos ni se deja en modo automático, sino que los combates son una mezcla entre tiempo real y combate por turnos. Los ataques tienen un coste, así que fallar se traduce en quedarse absolutamente vendido, pues aquí todo es atacar y esquivar nada de defenderse. Con esto nos vemos obligados a estar atentos en cada batalla y centrarnos en factores como la distancia entre ambos monstruos o la efectividad de los ataques antes de decidir el siguiente paso. Como veis, la clave en ambos juegos es tener paciencia, una paciencia que al final se ve recompensada, pero que puede sacar de sus casillas a aquellos que no estén acostumbrados a tener que esperar.
Una ausencia que se echa en falta
Ahora, uno de los apartados más curiosos de los juegos originales era la posibilidad de escanear discos para obtener monstruos, una opción de la que, por motivos más que obvios, Monster Rancher 1 & 2 DX prescinde en ambos títulos que presenta. En su lugar nos encontramos con una base de datos que nos permite buscar diversas canciones o comprar discos directamente desde la tienda. El gran problema es que, mientras que la opción de comprar discos está muy bien implementada, la base de datos de canciones no es demasiado extensa y no termina de funcionar del todo bien, siendo la mejor opción usar una búsqueda aleatoria.
Finalmente, hay que decir que detrás de toda esa crianza y gestión se oculta una triste verdad. Ningún personaje es eterno, y llegado el momento todos terminan partiendo al más allá incluso tras haberse convertido en la perfección personificada. Algo que el juego refleja de forma especialmente «triste» en la segunda entrega al dejarnos caer de forma sutil que dicho momento está cerca. Una vez hecho nos toca empezar desde cero con un nuevo monstruo y con todo lo aprendido, convirtiéndose ambos juegos en algo más personal y dejando tras de sí el mensaje de que, si bien todo llega a su final, siempre se pueden atesorar los recuerdos y comenzar desde cero. Si aún no os encontráis listos para ello, siempre existe la opción de congelar a vuestro monstruo y fusionarlo con uno nuevo para dejar que una nueva vida se abra camino. La decisión siempre es vuestra.
No han envejecido del todo mal
Monster Rancher 1 & 2 DX es una remasterización en la que, más allá de dos filtros para dar más calidad, no hay ninguna mejora gigante en cuanto al apartado gráfico. Eso sí, hay que reconocer que, incluso tratándose de dos juegos estrenados originalmente en PlayStation 1, ambos han envejecido mejor de lo que deberían. Ambas entregas comparten estilos similares, pero con diferencias muy marcadas como la apuesta por un tono más cinemático y 3D en Monster Rancher 2 o la apuesta por algo más modesto pero bonito con el uso de sprites en la primera entrega.
En lo que al rendimiento respecta, nos encontramos con un juego que no da problema alguno en ninguno de los dos modos que ofrece Nintendo Switch. Eso sí, es un recopilatorio que no se ha traducido al español, así que hará falta cierto conocimiento de inglés para enterarse de muchos detalles (algo sencillo gracias a que los textos tienen un tamaño adecuado para ser leído). Finalmente, y en lo sonoro, ambos juegos apuestan por la ausencia de voces, pero el énfasis en los efectos de sonido y una buena banda sonora, una banda sonora que sabe golpear especialmente duro en los momentos más trágicos.
Monster Rancher 1 & 2 DX – Una nueva oportunidad
Monster Rancher 1 & 2 DX es un recopilatorio que ha optado por ser fiel a sus raíces al 100%, y más allá de dos filtros o algún cambio en las funciones (como la de los discos) presenta una experiencia extremadamente fiel a la original, por no decir idéntica. Por un lado esto es bueno, pues es un juego principalmente dirigido al público fiel que posee en esta parte del mundo, pero por otra puede suponer una barrera de entrada para los amantes de los monstruos de estos tiempos más modernos.
Si os queréis aventurar con estos clásicos, tenéis que tener en cuenta que no estamos ante un juego difícil, pero sí ante uno en el que la paciencia y las ganas de aprender son claves. No prestar la atención necesaria a nuestras finanzas o decidir centrarnos en sólo un campo de desarrollo es algo que, de una u otra forma, nos termina pasando factura en el largo plazo, pero incluso si hacemos las cosas «bien», también tenemos que lidiar con el hecho de que ninguno de los monstruos que veamos crecer será para siempre. Hagamos lo que hagamos, siempre habrá consecuencias y un final inevitable, y eso no es algo necesariamente malo.
¿Interesado en este título? Entonces podrás encontrarlo en la eShop de Nintendo Switch, aunque deberás tener en cuenta que sólo está disponible en inglés.
Hemos analizado Monster Rancher 1 & 2 DX gracias a un código digital cedido por Koei Tecmo. Versión analizada: 1.0.0
Debe estar conectado para enviar un comentario.