Meses después de que fuese lanzado en el resto de plataformas, el anuncio de la llegada de Hogwarts Legacy a Nintendo Switch fue muy celebrado por la comunidad nintendera. Ha transcurrido poco tiempo desde su anuncio hasta su llegada, pero el mundo de Harry Potter ya está en nuestras híbridas y las comparaciones con el rendimiento en el resto de sistemas no se han hecho esperar. Desgraciadamente, el entusiasmo inicial se ha enfriado un poco tras los primeros análisis técnicos del juego.
Uno de los principales cambios con respecto a las demás consolas ha sido la eliminación del mundo abierto. Mientras que en PlayStation o Xbox la exploración no está restringida, los usuarios de Switch se verán obligados a soportar las casi anacrónicas pantallas de carga. Así es: el mundo abierto ha sido reemplazado por áreas individuales interconectadas que requieren de un tiempo de espera. Y no pasa solo con los exteriores: las tiendas y otros escenarios interiores también cuentan con sus respectivas cargas.
Hogwarts Legacy: recortes obligatorios
Otros recortes del juego tienen que ver con el apartado visual. Era de esperar, aunque Hogwarts Legacy todavía corre a 30 FPS estables en Switch. Las opiniones en este punto están divididas. La decepción es evidente a pesar de que los cambios para conseguir que funcionase en la híbrida eran vox populi. No obstante, muchos opinan que poder mover un juego de este tamaño es prácticamente un prodigio. A pesar de no contar con algunos efectos visuales, lograr estabilidad ha sido un ejercicio técnico complejo, y siempre es de agradecer que desarrolladores externos confíen en Switch para llevar sus títulos.
¿Vosotros qué opináis? ¿Es justo que los usuarios de Switch se vean siempre sometidos a recortes? ¿O es deseable que, a pesar de las limitaciones técnicas, las compañías quieran hacer a sus usuarios partícipes de la experiencia? Y, a pesar de todo, ¿pensáis haceros con él? Os leemos en los comentarios.