Como uno de los padres de Super Meat Boy, y por tanto de todo el movimiento indie que empezó a golpear con fuerza en la generación anterior, cada vez que Edmund McMillen anuncia un nuevo juego todos sus fans se ponen a contar los días que faltan para ver su nuevo retoño. Tras una serie de anuncios que acabaron o bien en el congelador o con un desarrollo bastante largo, The End is Nigh sorprendió por lo inmediato de su lanzamiento, en Steam eso sí. Pero la pregunta es: ¿logra estar a la altura de The Binding of Isaac o Super Meat Boy?
https://www.youtube.com/watch?v=fdYpD4colCs&ab_channel=NintendoGalaxy
Recogiendo tumores por la vida
Ash es un moco negro tuerto que ha sobrevivido al fin del mundo y se dedica a pasar los días haciendo gameplays de sus juegos favoritos. O al menos lo hacía hasta que el cartucho reventó. Apenado y con nada que perder salvo su otro ojo, decide salir a explorar lo que queda del mundo para recolectar trozos de seres vivos y así hacerse un nuevo amigo con el que ser feliz y pasar el rato. Pero en el mundo The End is Nigh casi todo lo que se mueva (y lo que tenga pinchos) tratará de matarnos por lo que no será tarea fácil.
A pesar de lo que a simple vista pueda parecer, y esto lo digo porque es una comparativa que se ha hecho desde el primer tráiler, no tiene nada que ver con Super Meat Boy. El cacho carne podía correr, saltar y deslizarse por las paredes. Ash tan solo puede saltar, agarrarse a salientes y caer más rápido. Y ya está. Con tan solo eso se forma la base jugable. Lo que si hace The End is Nigh es refinar hasta el hastío los controles de Meat Boy, algo que parecía impensable, haciendo que manejar a la bolita negra sea una delicia gratificante. E igual de gratificante es el diseño de niveles. Cada nivel, cada salto y cada obstáculo está calculado y puesto ahí por un motivo, que demos lo mejor de nosotros para superar cada nivel. Aunque el verdadero motivo es que nos acordemos de la madre del equipo detrás del juego más de una vez o dos. Pero nunca porque sea un juego injusto, simplemente es exigente. Muy exigente y bien pensado.
A partir de ahí toca superar las más de 600 pantallas que tiene The End is Nigh, todas interconectadas entre sí, (al contrario que en Super Meat Boy donde las pantallas tienen un inicio y un final) y recoger los tumores y cartuchos que hay tanto en las fases normales, como en las secretas. Los primeros son el coleccionable del juego y sirven para abrir pantallas secretas y otra cosa que si continuáis leyendo os cuento más adelante. Los cartuchos sirven para jugar a parodias de juegos clásicos en la casa de Ash en unos niveles retro con vidas limitadas y donde los creadores han puesto lo peor de ellos para que mueras muchas veces. Oh, sabía que se me olvidaba algo que también sabe hacer Ash. Morir. Morir muchas veces.
Nunca te alegrarás tanto de tener muchos tumores
Aunque suene raro decirlo, una vez que completamos los diez mundos iniciales y consigamos las partes para construir el cadáver de nuestro nuevo mejor amigo te alegrarás de tener todos los tumores que te sean posibles. A la hora de completar a nuestro nuevo amigo había muerto 2053 veces, pero es que partir de ese momento empiezan una serie de pantallas con una dificultad endiablada donde los tumores que tengamos actuarán como vidas. Eso sí, al completar cada mundo o agotarlas todas, recuperamos el máximo que teníamos. Y os aseguro que aún yendo bastante cargado de tumores en más de una ocasión he tenido que reiniciar. Sin duda es una mecánica que cambia el juego. Pasar de no preocuparnos por las muertes que nos lleve, superar una pantalla a ir mirando como el contador baja y sigue bajando y aún queda medio mundo por superar y no estar seguro de si serás capaz de terminarlo.
Mención especial a la banda sonora compuesta por temas de música clásica reconocibles por todo el mundo pero versionadas por Ridiculon, creadores de la banda sonora de The Binding of Isaac Afterbirth o la nueva versión de Cave Story +. La gracia es que al igual que el diseño de niveles está pensado al milímetro, la elección de cada canción para los mundos tampoco es casual. Éstas van desde las más calmadas y lentas en los primeros mundos, a canciones que nos animan a ir más rápidos, sin pensar en los mundos donde los saltos son más milimétricos y hay menos margen de error. Y lo peor es que le funciona y morimos.
Y repetimos. Porque otra de las características «marca de la casa McMillen» es el sentimiento de «una más y lo dejo». Pasaba con Super Meat Boy: «un intento más y lo dejo» y se convertía en «una pantalla más y ya está», cosa que no era verdad. Pasaba con The Binding of Isaac y pasa con The End is Nigh. Encontrarte jugando en el modo portátil en la cama y terminar acostándote media hora más tarde de lo que querías ha sido mi vida durante los últimos días y van a ser unos cuantos más mientras termino de encontrar todos los tumores, secretos y supero algunos cartuchos.
The End is Nigh – El nuevo plataforma de torturas para los amantes del género
The End is Nigh es el perfeccionamiento de una fórmula que parecía inmejorable hace años. No se trata de hacer un Meat Boy mejor, se trata de coger ingredientes comunes y hacer un plato totalmente distinto. Un plato exquisito, con sus partes difíciles de comer, que casi amargan y pican como el tabasco a veces, pero que una vez superadas dejan un dulzor en la boca que compensa. Un plato con forma de moco negro viscoso tuerto que se mueve fenomenal.
Análisis realizado gracias a un código de descarga cedido por Nicalis
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