Antes de que salten las alarmas, no. No me he vuelto loco, y no, no estás ante un titular clickbait. He venido a dar mi polémica opinión sobre The Legend of Zelda: Breath of the Wild, y las razones de que no considere a este juego el GOTY de 2017. Obviamente, esto se trata de una opinión personal, cuyos argumentos defenderé según mi criterio intentando dar las razones más solidas posibles para mantenerlos en pie.
Me gustaría advertiros de que en este artículo habrá spoilers menores sobre el juego, voy a procurar en todo momento hablar de cosas obvias o que todo el mundo sabe, pero si por algún motivo se me escapa algo que podáis considerar spoiler, os pido perdón, pero ya he avisado. Recomiendo leer este artículo una vez hayas superado el juego, sobre todo, para no sugestionarte a recibir con negatividad este título, pues, pese a que pueda parecer lo contrario, no pongo en duda en ningún momento el estar ante un juegazo con todas las letras. Mi punto más bien es el considerarlo el juego del año, o «mejor juego de la historia» como he podido leer por diversos sitios de la red.
https://youtu.be/xS2gzUMPYHE
¿Publicidad… engañosa?
Recuerdo la demo técnica del «Zelda U», aquella cinemática que se vió junto a la presentación de Wii U y que nos hizo fantasear a los fans con lo fantástico que sería el primer Zelda en HD. Varios años pasarían antes de que pudieramos ver las primeras imágenes de lo que conoceríamos luego como Breath of the Wild, y las expectativas estaban muy altas. Desde el primer momento se habló de romper con lo establecido y de las influencias de juegos como Skyrim. Un Zelda de mundo abierto donde la libertad sería el pilar fundamental de la jugabilidad… y eso es precisamente lo que obtuvimos. Entonces, ¿de dónde nace mi enfado?
El primer punto negativo que le encuentro al juego es el desarrollo de la historia como tal: los recuerdos. Si bien gracias a los tráilers nos hicimos una vaga idea de los poblados y personajes que conoceríamos, a la hora de la verdad eso no es exactamente así, pues la propia libertad del juego provoca que seamos nosotros quienes decidamos el orden de las acciones a realizar, así como los pueblos y ciudades a visitar y, lo más importante, los recuerdos que encontrar. En esto último me voy a detener, pues si nos fijamos únicamente en los vídeos promocionales, se da una sensación de conexión y cohesión mucho mayor de la que obtenemos en el producto final. Te haces a la idea de un Zelda «lineal» pero en el que tú eliges el orden en el que haces las cosas, y te encuentras con una historia a cachos, en la que debes ir a lugares concretos del mapa, en esencia vacíos, para activar un recuerdo a veces sin demasiado sentido o coherencia respecto a los otros, en forma de una breve cinemática. Os pondré un ejemplo algo exagerado de la sensación que provoca, imaginad que estáis yendo a comprar el pan, pero al girar una esquina recuerdas que tu madre hizo anteayer albóndigas para cenar. Pues eso.
El factor Zelda
Para bien o para mal, las comunidades de fans pueden ser algo tóxicas, y hay sagas que reciben un plus de importancia y que suelen ser «intocables». Así, hay personas que jamás pueden concebir que un nuevo título de una saga concreta pueda ser mediocre, y ahí me gustaría entrar. He hablado con mucha gente, he recibido opiniones muy positivas sobre el título y otras algo negativas, nadie ha despotricado sobre el juego ni lo ha puesto a parir, ni mucho menos. Como es normal, puede haber cosas que te gusten más y otras que te gusten menos. Sin embargo, he llegado a la conclusión de que este título tiene la fama que tiene por ser Zelda y, sin ir más lejos, si fuese exactamente el mismo juego, con la misma historia, pero cambiando los personajes por los de otro universo menos conocido, como el de Xenoblade Chronicles por ejemplo, no se habría llevado ni la mitad de puntuaciones perfectas que se ha llevado.
Me explico. Si bien tendemos a idealizar ciertos personajes, juegos y sagas, también podemos hacer lo contrario y negarnos a ver la genialidad de un título estando influenciados por ideas negativas que tenemos hacia los mismos. Hay jugadores que son muy fans de la Gran N y que «odian» a la competencia, por lo que cualquier juego que presenten siempre tendrá pegas. Esto también se da al contrario, y vosotros mismos habréis podido leer opiniones y «argumentos» de jugadores que desprestigian a Nintendo y a sus franquicias por el simple hecho de ser de Nintendo. Por ello, me gustaría invitaros a reflexionar sobre lo siguiente. ¿Seguiríais considerando a Breath of the Wild un juego de 10 o vuestro GOTY si en vez de ser un Zelda fuese otra licencia?
¿Mi GOTY es un port?
Este podría decirse que es el pilar fundamental por el que no considero a BOTW mi GOTY de Switch, y también es quizá la opinión más subjetiva de todo este artículo. Este título es un port de Wii U y apenas ofrece novedades respecto al mismo: una mejor resolución, y el factor portátil. No aprovecha la Vibración HD y apenas se beneficia de la potencia extra que ofrece Switch. Para mí, un GOTY debe ser un juego que aproveche las capacidades del hardware al que pertenece, por lo que todos los ports serían excluidos de mis candidatos. Si bien sin duda es el GOTY de Wii U, porque no tiene competencia directa, para Switch se me queda corto. Otros juegos como Super Mario Odyssey sí que tienen mi voto como candidatos a GOTY, pues aprovechan mejor las capacidades del hardware en el que se ejecuta. Aunque esta última frase puede ser malinterpretada, espero que sepáis captar la esencia de lo que quiero transmitir: que el GOTY de la nueva consola de Nintendo sea un port de Wii U es un poco triste, ¿no?
DADME MIS MAZMORRAS
Aonuma buscaba romper con las convenciones de Zelda, y madre mía, te digo yo a ti que sí que lo ha hecho. El juego prescinde totalmente de las mazmorras que conocemos en la saga, y no, no hay peros que valgan. Lo más parecido a una mazmorra como tal es el castillo de Ganon. Las bestias divinas, que hacen a su vez de «mazmorras», son santuarios grandes con una mecánica única que nos hace que la propia mazmorra sea un puzle. Algo similar a lo ya visto en cierto momento de Skyward Sword. Todo gira en torno a las mecánicas de los módulos de la piedra Sheikah, usando así el imán, la parálisis, el congelar o las bombas, para abrirnos paso por rompecabezas medianamente sencillos. Las sensaciones que provocaban las mazmorras de otros títulos de la saga, las salas laberínticas, el beneficiarse de un objeto obtenido en la misma para avanzar, los pseudo-jefes antes del jefe final, todo eso ha sido eliminado por una especie de plataformeo que requiere de algo de sentido común, y con unos cuantos guardianes pequeños que se entrometen.
Aquí no acaba la cosa, pues toca hablar de los santuarios, esas 120 piedras en el zapato. La idea tras los mismos está bien, y por mucho que los desarrolladores digan que están pensados así intencionadamente, no es normal que algunos sean clónicos o que sean una sala vacía con escaleras y un cofre. Muchos de estos santuarios son muy originales (hasta difíciles) y he disfrutado mucho superándolos, pero la sensación general y la mecánica repetitiva para buscarlos creo que aburre. Si bien están ahí para fomentar la exploración, quizá hubiera sido mejor hacerlos un poco más grandes, uniendo los conceptos de algunos y dando una sensación de «mazmorra». En vez de 120 santuarios donde por lo menos 50 «sobran» déjalo en 60 santuarios colocados estratégicamente y que aporten algo.
Una guinda que se convirtió en pasa
Para ir acabando, pese a que como siempre, me dejaré muchas ideas y cosas en el tintero, me gustaría hablar de la batalla final del juego (sin spoilers) y del excesivo premio que se da al jugador por superar las cuatro «mazmorras» principales. The Legend of Zelda: Breath of the Wild desde el primer momento te prepara, hace que vayas mentalizado a la batalla. LA BATALLA. El jefe final del juego, la cúspide de todo lo que pretendía alcanzar esta historia, lo que amortizaría todas las horas gastadas recorriendo el enorme mundo de Hyrule, el telón al juego. AL ZELDA. No obstante, al final nos encontramos con un jefe final bastante simple y fácil, aunque le concedo el tener un diseño bastante resultón. Sí, señor.
Procurando no hacer ningún spoiler mayor, el combate es demasiado sencillo (algunos Centaleones me han parecido muchísimo más difíciles), la ya mencionada ayuda por superar las bestias divinas es desproporcionada y, por si fuera poco, en un juego cuyo mayor aliciente es la exploración y el superar santuarios, vas demasiado preparado. Creo que habría sido mucho más eficaz aumentar considerablemente la dificultad del, repito, JEFE FINAL, para así motivar al jugador a obtener más corazones, buscar armas más potentes y mejorar su equipo.
Para terminar, hablaré del final verdadero del juego, el bueno. O más bien la secuencia cinematográfica simple y vacía, carente de significado que obtenemos. El final «bueno» no aporta nada al jugador, ni siquiera es fanservice, es como si tuvieran esa cinemática ya programada con antelación y por no dejarla sin utilizar, la meten al final como final bueno. La única forma de que tuviera sentido es que se reutilizase como base a una secuela, o de haber servido de enlace o inicio al DLC, cosa que no es así.
El pensamiento crítico siempre debe ser bien recibido
La razón tras este artículo es sencilla y simple: no debemos conformarnos, ni mucho menos defender ciegamente algo. Breath of the Wild me parece un juegazo increíble y lo sigo disfrutando a día de hoy. Sin embargo, todo lo mencionado anteriormente ha provocado que yo, personalmente, no lo considere mi GOTY. Siempre habrá opiniones enfrentadas, siempre unas declaraciones u otras serán más polémicas, pero nosotros, siempre debemos tener claro lo que nos hace felices. Este artículo pretende que todo aquel que haya llegado hasta aquí (y que posiblemente quiera matarme), abra los ojos y no tenga miedo de dar una opinión diferente al resto. Nosotros, como medio especializado, debemos mantener un rigor y ofrecer un contenido libre de influencias de terceros, basado en la neutralidad. Por ello, os animo a que veáis que, incluso en las «Webs de Nintendo», hay un hueco para alzar la voz contra la multitud, aunque sea en artículos de opinión como este.
He discutido con muchos compañeros por estas opiniones, incluso en algunas ocasiones se ha llegado a poner algo tensa la situación. No obstante, el diferir, el opinar, y para qué mentir, el discutir, forma parte del crecimiento y la formación de una persona. No tengáis miedo de dar vuestra opinión, y mucho menos de luchar por lo que creéis justo. Este mensaje inspirador va para todos los que día a día estáis con nosotros apoyándonos, pues, nosotros no somos Breath of the Wild, no somos perfectos. Pero buscamos ser el sitio más acogedor para vosotros, y para la actualidad Nintendo. Gracias por leer hasta aquí.
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