Hoy en día aún se suele mantener la distinción entre los videojuegos desarrollados por las tradicionales compañías denominadas Third Party y los provenientes de estudios independientes, diferenciando principalmente en el presupuesto y en que unas ya cuentan en muchos casos con unas sagas con larga trayectoria mientras que las otras están prácticamente empezando con sus primeros proyectos. Sin embargo, también es cierto que con el paso del tiempo esa diferencia comienza a diluirse un tanto, con la llegada de algunos indies que tienen tanto trabajo detrás, tanta calidad y carisma por sí mismos que merecen el honor de ser recordados en el tiempo a través de merchandising, amiibos, crossovers y pisar cada consola que va saliendo al mercado. Este es el caso de algunos privilegiados como Shovel Knight, Shantae o el que ahora nos ocupa, Runbow, títulos donde la originalidad, la diversión y la nostalgia de lo retro se entremezclan creando verdaderas obras de arte. La compañía canadiense independiente 13am Games comenzó así, de manera discreta, y poco a poco se va abriendo sitio entre los grandes con curiosos proyectos afincados en el estilo de los 8 y los 16 bits como Pirate Pop Plus, un giro de tuerca a la clásica fórmula de la recreativa Pang, o el recientemente anunciado Double Cross, pero sin duda, su proyecto más recordado por el momento el colorido y mencionado Runbow, un juego sencillo tanto de estética como de mecánica pero que a su vez resulta realmente adictivo, que ya ha tenido varios dlcs, ha visitado Wii U y (New) 3DS, y que lo menos que podía hacer era dejarse caer también por la eShop de la consola híbrida, por si quedaba aún alguien sin conocerlo o que desee darle una nueva oportunidad. ¿Merece la pena esta nueva iteración si ya tienes alguna de las anteriores? Seguid este análisis y podéis tener la respuesta, de momento ¡echad a correr antes de que desaparezca la plataforma por el cambio de color!
Una fiesta que se desmadra
En Villa Póster todos se divierten en una fiesta sin fin, ¿todos? No, porque la pérfida Satura está deseando aguarles la diversión robándoles sus trofeos y sembrando el caos en el mundo, de modo que toca ponerse en movimiento y acabar con sus malvados planes. Esa es básicamente la trama de la aventura principal, una excusa de trasfondo más bien, puesto que lo fundamental es disfrutar de la curiosa mecánica de plataformas que aparecen y desaparecen alternativamente al cambiar el color del escenario cada pocos segundos, ya sea todo entero, a franjas o con focos que van oscilando. Realmente Runbow está pensado como un caótico desafío multicolor con mucho humor para disfrutar en compañía o en solitario, por lo que en el fondo la historia es lo de menos.
El juego se divide en 5 modos de juego, tres de ellos, Arena, Carrera y Rey de la Colina, exclusivamente para dos a ocho jugadores en modo local, donde podemos y debemos tortearnos con los demás para lograr ser el ganador, y los otros dos para uno o más jugadores, Aventura (que se estructura en más de 140 niveles y el dlc protagonizado por la mala malísima Satura) y Bowhemoth, un desafío más a la vieja usanza, de los que hay que ir superando niveles sin poder guardar avance y con recuento de muertes en los que debemos escapar del interior de un horrible y gigantesco monstruo que nos ha comido. Aparte tenemos el estupendo modo Online para participar en frenéticas partidas de hasta nueve jugadores simultáneos. El objetivo en cada nivel varía entre las siguientes alternativas, el más básico, alcanzar el trofeo que hay a modo de meta al final, recolectar un número determinado de monedas, derrotar a todos los enemigos en la pantalla o echar una carrera hasta alcanzar al monstruo que huye de nosotros y se clasifican en tres colores, verde, amarillo y rojo en función de la dificultad, aparte podemos recibir de una a tres medallas en función del tiempo empleado. Los niveles en la aventura principal se ubican en cuatro mapas en forma de cuadrícula, cada vez que superamos uno se abren los que lo rodean en las cuatro direcciones que lo rodean, por lo que progresivamente se va abriendo más el abanico de fases disponibles para superar en el orden que queramos, en cada mapa hay un nivel donde nos aguarda Satura al final para desafiarnos, hay que superar esos cuatro para poder finalizar este modo.
No te caigas o te saco los colores
Respecto a cuestiones técnicas, decir que es lo que menos ha cambiado este juego respecto a versiones anteriores, en el apartado gráfico, es de lo más sobrio, casi minimalista, sólo formas sencillas (salvo los personajes procedentes de otros juegos indies, que tienen más detalles) y colores brillantes, eso sí, todo bonito a la vista y con su propio sello de identidad que no lo hace parecido a ningún otro, ya sea en la tele o en la pantalla se ve francamente bien, con mucha definición, da incluso sensación de ser bastante moderno pese a que han pasado ya tres años de su aparición original. En cuanto al apartado sonoro, melodías muy marchosas y pegadizas que acompañan de maravilla a la acción frenética de las partidas, los niveles en cada mapa tienen una música temática con pequeñas variaciones en algunos de ellos, aparte la de los niveles contra Satura.
Los controles son también de lo más asequibles, el botón B o el A para saltar, una en tierra y otra en el aire, el Y o el X para golpear, si se pulsan varias veces el personaje se propulsa hacia delante, si se inclina el stick izquierdo hacia arriba se propulsa hacia arriba a modo de tercer salto con ataque incluido, si se inclina hacia abajo en el aire realiza un ataque en caída, ideal para derrotar enemigos desprotegidos por la azotea o para caer más rápido, y ZL y ZR para hacer un movimiento de victoria o de burla. La jugabilidad es perfecta, el personaje responde bien en todo momento, de modo que si nos caemos cien veces en un nivel la culpa sólo puede recaer sobre nosotros (las frases en la pantalla de carga bien se encargan de recalcarlo con su peculiar humor), si acaso se puede criticar que en ocasiones se interrumpe el salto si rozamos algunas paredes inclinadas, y que muy puntualmente hay algún salto o leve caída de frames mientras avanzamos por una fase, aunque nada que sea especialmente dramático, otro detalle curioso es que no incluye opción de desactivar vibración de los mandos, no es que sea algo molesto, pero tampoco es algo que guste a todo el mundo, a mí por ejemplo me pone un poco nervioso estar notando el temblor cada vez que choca el personaje con un enemigo, se cae por un barranco, se propulsa en horizontal o vertical o completa un nivel, como son eventos tan frecuentes en la partida, prácticamente no vamos a parar de notar la vibración cada pocos segundos.
Como novedades respecto a las anteriores versiones del juego no se pueden resaltar muchas especialmente, incluso en las frases de (des)ánimo que pueblan de humor desenfadado cada uno de las múltiples caídas se echa en falta un repertorio más amplio y renovado. Eso sí, contenido para desbloquear con las medallas que vamos consiguiendo hay como para parar un tren, ya sea en forma de artworks o de personajes invitados de otros indies (Azure Striker Gunvolt, Xeodrifter, Shantae, Mutant Mudds, The Fall, y un largo etcétera) y skins de los principales.
Runbow – Con tanta caída se puede acabar con el cuerpo colorido
En conclusión, el título estrella de 13am Games continúa siendo un bombazo que va camino de convertirse en título atemporal dentro del mundo de los arcades plataformeros, y eso que hay tanta competencia, la misma maravilla adictiva que era en 2015 lo es ahora, encima se puede disfrutar en cualquier parte, que efectivamente ya es algo que estaba en la anterior versión de New 3DS, pero en este caso mejor llevado, sin notarse los límites tecnológicos de la portátil, con gráficos de alta definición, mejor visibilidad, tiempos de carga mucho menores y jugabilidad más fluida en general. Eso sí, lo que debe quedar claro es que estamos hablando exactamente del mismo juego que ya recordamos, con todos sus dlcs y demás añadidos posteriores, quizás porque se entiende que ya es un juego más que completo, de hecho con la experiencia online y el multijugador online ya hay para echarle horas y horas de diversión, aparte de lo rejugables que son sus niveles con el reto de conseguir las tres medallas en cada uno de ellos.
En definitiva, ¿merece la pena comprarlo? Si por lo que sea no lo has jugado antes y te gustan los plataformas 2D originales y con humor, de cabeza sin dudarlo, si ya lo tienes en Wii U y/o en New 3DS, ten en cuenta que no vas a encontrar ninguna novedad, es el mismo juego pero en su mejor formato, portátil y de lo más fluido, de las experiencias multijugador más entretenidas que puede haber para Switch, ahí ya hay que barajar si compensa volver a comprarlo o no, aunque en caso de hacerlo lo vas a disfrutar y mucho. Esperemos que el éxito tenido con este título lleve a la desarrolladora a crear una segunda parte o una evolución respecto a esta original fórmula.
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