Pokémon Escarlata y Púrpura

La patente de Nintendo y The Pokémon Company no registraría los «combates Pokémon», según analiza The Verge

Hace unas semanas, nos hicimos eco de una noticia un tanto preocupante. Bien sea por su continuo litigio contra Pocketpair y Palworld o bien su eterna búsqueda de registrar sus ideas, a Nintendo se le había aprobado y concedido una patente que presentó en 2023 en la que parecía registrar la mecánica de «invocar criaturas para que luchen entre ellas«, muy en la línea de la serie Pokémon. Esto supuso una gran preocupación en la industria, ya que el género de coleccionismo de monstruos se basa precisamente en este mismo concepto. ¿Cómo podían Nintendo y The Pokémon Company registrar algo así? Sin embargo, una reciente investigación del medio The Verge parece señalar que la patente es muchísimo más específica de lo que parecía inicialmente, aunque siga suponiendo algún problema.

 

 

¿Qué es lo que ha patentado Nintendo?

En primer lugar, queremos dar las gracias a Kallie de The Verge por su labor a la hora de investigar este tema, ya que arroja mucha luz sobre este caso. En primer lugar, lo que debemos hacer es entender qué es lo que ha patentado Nintendo. En resumidas cuentas, la patente se centra en la mecánica de invocar a un Pokémon en el mapa abierto para que este luche de forma automática contra otras criaturas en lugar de iniciar un combate estándar. ¿Os suena esto? Efectivamente, estamos hablando de los combates automáticos de Pokémon Escarlata y Púrpura.

 

En los juegos de novena generación, tenemos la posibilidad de sacar a un Pokémon de su Poké Ball para que este luche automáticamente contra otro Pokémon que se encuentre cerca o bien deambule en línea recta y que derrote a todo bicho que se encuentre. Si entramos más en lo que se describe concretamente en la patente, lo que vemos es que se registra el proceso por el cual le jugadore invoca un «personaje secundario» (en este caso, el Pokémon) y que el software determine si iniciar un combate estándar controlado por le jugadore, un combate automático o que se mueva de forma automática, todo ello dependiendo de las circunstancias.

 

Aquí quizás os preguntéis: «¿No es lo mismo? Los combates por turnos siguen estando ahí». Pues no, porque la patente engloba TODO el proceso: es decir, el sistema que hace que el juego tome una decisión en base a las circunstancias y todas las opciones a su alcance. De esta forma, juegos como Digimon Story, Shin Megami Tensei o Temtem no deberían tener problema con esta patente, ya que solo ofrecen combates por turnos y estos no se inician por mandar a la criatura al mapa. Esto no significa que no haya peligro. A fin de cuentas, esa mecánica de los combates automáticos está registrada y puede impedir que las desarrolladoras implementen dicha función en sus juegos. De hecho, se menciona que la más reciente entrega de Digimon Story Time Strangers sí posee una mecánica similar para entablar combates automáticos.

 

¿Cómo hacer frente a esta patente?

Aquí entramos en terreno más técnico y legal, y aquí la autora de The Verge recurre a un experto en la materia, concretamente a Charles Duan, profesor adjunto de la American University Washington College of Law y especializado en el tema de las patentes y derechos de autor de software. Según el señor Duan, existirían dos mecanismos judiciales por los que alguna empresa podría intentar invalidar la patente de Nintendo, siendo una más fácil que la otra: por «anticipación u obviedad» o por «materia patentable» (subject matter eligibility).

 

Empecemos por la primera que, por desgracia, es la menos efectiva. «Anticipación u obviedad» es justo lo que parece: que haya algún otro juego antes de la fecha de la patente o del lanzamiento de Pokémon Escarlata y Púrpura que emplee exactamente el mismo proceso. En este caso, Duan describe que una posibilidad es el clásico StarCraft, ya que existe la orden de «atacar/moverse» por la cual una unidad puede atacar de forma automática a otra o bien que le jugadore gestione dicho combate. El problema de esta opción es que las discusiones se vuelven «muy técnicas», por lo que ambas compañías se pondrían a comprobar si todo es exactamente igual o no. Aquí Nintendo podría argumentar «No, mi patente es distinta por esta cosa muy específica que pongo aquí».

 

Por lo tanto, pasamos a la segunda opción, que es la de «materia patentable», es decir, si lo que se está patentando es realmente un proceso específico y único o una idea abstracta. En concreto se comprueba si «la declaración de la patente está dirigida a una idea abstracta y si no contiene ningún paso innovador más allá de esa idea».

 

Ahora bien, ¿qué se entiende por «idea abstracta»? Aquí hay que hacer referencia al mundo real, ya que según Duan, todas las prácticas y organizaciones empresariales humanas básicas se consideran ideas abstractas. Es decir, cómo se organiza un sistema o grupo de personas o cómo actúan. En este caso, Duan compara este sistema de los combates automáticos con las jerarquías militares: un general ordena a sus tropas dirigirse a un lugar y, según las órdenes, las tropas pueden obedecer las órdenes y atacar a otras tropas, iniciar un combate por iniciativa propia o atacar automáticamente a todo objetivo que se presente mientras se desplazan a un punto en concreto. Este sistema sería exactamente igual que lo que ha registrado Nintendo y, siendo una idea abstracta, se le podría retirar dicha patente. Aquí nos encontramos con un problema final: la interpretación de la patente por parte del tribunal. Según lo que entienda el juez al leerla, puede fallar a favor de Nintendo o a favor de la otra empresa.

 

El coleccionismo de monstruos parece estar a salvo

En resumidas cuentas, todo parece señalar que esta patente no es tan restrictiva cómo interpretó inicialmente el medio Games Fray y que no afectaría al género de coleccionismo de monstruos en su conjunto. Por lo tanto, deberíamos seguir teniendo nuevas propuestas tanto de empresas grandes como pequeñas. No obstante, esta manía de Nintendo de querer registrar sus mecánicas de juego hasta el último detalle supone una amenaza para las compañías que buscan ofrecer todo tipo de experiencias en sus juegos. De momento parece que los combates automáticos solo los veremos en futuros juegos de Pokémon.

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