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Tan sólo entrar al menú principal, bueno ni eso, tan sólo ver el logo de Yacht Club Games, una palabra surge en nuestra mente de forma tan veloz como verídica: RETRO.
No es para menos, jugar a Shovel Knight es como lanzarse a disfrutar de una versión potenciada de aquellos títulos que pudimos ver tanto en NES como en Game Boy/Game Boy Color. Algo que sin duda cautiva el corazón de los nostálgicos gracias al genial dominio del pixel-art que invade en su totalidad a la aventura del caballero de la pala.
Todo el apartado artístico describe a la perfección el mundo en el que nos adentramos. Estilos que encajan con la precisión de un reloj suizo con los escenarios en los que transcurre la aventura y, sobre todo, con el caballero de la Orden sin Cuartel que rige cada nivel. Inmensas salas repletas de oro y riquezas, frías tundras heladas, oscuros abismos marítimos e infinidad de paisajes nos acogen como nunca gracias a una paleta de colores llena de vida y contrastes. Aunque quizás no muy amplia -un generoso guiño a la época que no para de referenciar en su estilo-, pero perfectamente aprovechada.
Gracias a una de las más características propiedades de 3DS, Shovel Knight da un paso más allá en su acabado gráfico. La posibilidad de visualizar el juego en 3D, diferenciando perfectamente los distintos planos, nos hace sumergirnos en un mundo de fantasía pixelada y disfrutar aún más de la gallarda gesta de nuestro héroe.
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