Análisis – Mulaka (Nintendo Switch). Etnografía y diversión se encuentran en un juego muy valioso

Lo que tenemos entre manos es un juego de acción, exploración y plataformas 3D entretenidísimo, si bien bastante corto y fácil. Pero por encima de eso, Mulaka es un juego más especial, con un propósito distinto: hacer de lupa sobre el pueblo y la cultura Tarahumara, localizado en la sierra del mismo nombre en la región de Chihuahua, al norte de México. A diferencia de culturas representadas en otros títulos, como la egipcia, la vikinga o las medievales, este pueblo ha permanecido casi inalterado durante los procesos colonizadores, y así permanece en nuestros días. Esto permitió que el desarrollo del juego, que representa la mitología de este pueblo, contara con el asesoramiento tanto de antropólogos como de representantes de esta sociedad.

 

Una aventura espiritual

El equipo detrás de Mulaka, Lienzo, llegó a esta idea casi de casualidad, fantaseando con cómo sería un Zelda con la mitología mexicana. Lo que comenzó como una broma pronto se tornó en la principal razón de ser de este proyecto, que celebra la riqueza cultural de su región sin tampoco caer en el subrayado educativo. Controlamos a Mulaka, un Sukurúame (o chamán) con la misión de buscar a los semidioses para demostrar la valía de su pueblo y así frenar el cataclismo, pues debido a la corrupción humana las deidades han decidido poner fin al mundo. Un viaje espiritual en el que entramos en contacto con estos semidioses, pero también físico, a través de grandes desiertos, escarpadas montañas, pronunciados valles y frondosos bosques, todos ellos basados en localizaciones reales de la sierra de Tarahumara.

 

 

El juego se estructura en ocho niveles, no excesivamente grandes, pero sí lo suficiente como para que nos lleve un rato explorarlos (y orientarnos, pues no hay mapa). Generalmente, consiste en reunir tres piedras, escondidas en varios puntos del mapa, para abrir la puerta al jefe final. La jugabilidad combina partes de exploración, otras de plataformas, y numerosos combates. Un desarrollo bastante variado que se anima con las nuevas habilidades que conseguimos al hablar con los semidioses: hay cuatro transformaciones en animales, entre las que destaca el pájaro carpintero, que nos permite sobrevolar el escenario mientras nos dure la barra de magia. También aprenderemos cuatro tipos de pociones, que preparamos con las hierbas que recolectemos por el escenario, y que nos otorgan varios poderes, además de regenerarnos una de las tres almas (que representan nuestra barra de vida). Mención aparte merece la capacidad de correr sin cansarse de nuestro Sukurúame, ya que la propia tribu es conocida por su asombrosa resistencia para correr (en lengua indígena, se les conoce como Rarámuri, palabra formada por las palabras rara (pie) y muri (correr).

 

Otra de las habilidades del personaje es el Ojo Tarahumara, que permite entrar en un estado más espiritual (también mientras dure la barra de magia). Básicamente, consiste en una visión mejorada que permite visualizar los puntos y la distancia de interés, la vida de los enemigos, además de resaltar elementos interactivos, incluyendo espíritus solo visibles en este modo. Éstos, por cierto, se convierten en los únicos elementos que ofrecen algo de rejugabilidad. Para conseguir el 100% de cada una de las zonas tendremos que explorar cada recoveco, y regresar a las zonas para acceder a lugar inaccesibles sin ciertas habilidades. Esto es algo que puede ayuda a extender un poco la duración a una aventura que puedes terminar en unas cuatro horas y sin demasiada dificultad.

 

 

Un vistazo rápido a un bello paisaje

La duración es el único pie cojo del juego. Especialmente porque, mientras dura, es muy disfrutable. Ninguna de sus ideas jugables resulta especialmente novedosa, lo que no quita que jugarlo sea un placer. Más aún viniendo de un género (acción-plataformas en 3D) poco explotado recientemente, cuyo principal exponente sería, precisamente, Zelda. Los controles son sencillos, y se echa de menos algún movimiento más para nuestro personaje, sobre todo en combate, que es lo que más repetitivo se puede volver. Sí que hay un pequeño árbol de habilidades, donde gastar la moneda del juego, pero se queda demasiado corto. A su favor, algunos combates con jefes sí están bastante inspirados, y la cámara es fácil de manejar, sin necesidad de un botón de fijado.

 

Si por algo nos conquista Mulaka, es por su cuidada ambientación. Se nota el empeño que han puesto los chicos de Lienzo en verter en el juego la cultura y la mitología Tarahumara, sin tampoco sobrecargarlo de información. Explorando los escenarios, descubriendo sus secretos y hablando con los NPCs conoceremos más datos, así como algunas historias y «subtramas» bien bonitas, con algunos toques de humor y otros puntos bastante dramáticos. Una lástima que nuestro personaje no tenga casi ningún desarrollo, y la trama principal se quede bastante liviana.

 

La banda sonora fue grabada con la colaboración y los instrumentos de los propios Tarahumara. Gráficamente, el juego sigue una estética low-poly muy efectiva, aunque a estas alturas resulte poco sorprendente. Se queda bastante corto en detalles, sobre todo en el diseño de personajes, aunque en general deja imágenes muy bonitas, con gran contraste de colores muy vivos. Tenemos poblados, junglas, desiertos, picos, desfiladeros… Algunas vistas desde las alturas, incluso con su aspecto poligonal, nos quitarán el hipo. De hecho, los últimos niveles ofrecen un desafío plataformero muy interesante. Una pena que se acabe tan pronto…

 

 

Mulaka – Divertido viaje al corazón de México

Mulaka es uno de los juegos más especiales que encontrarás en la eShop de Nintendo Switch. Su labor etnográfica es encomiable, y dota al juego de un sabor único. Ojalá la historia detrás del juego inspire a más desarrolladores a aprovechar los valores que ofrece el arte del videojuego para celebrar la diversidad cultural. Más allá de eso, Mulaka también merece la pena en sus vertientes jugables. No ofrece nada rompedor ni profundo, pero sí muy pulido y agradable, y lamentarás que termine tan pronto.

 

Este análisis ha sido posible gracias a un código de descarga de la versión de Nintendo Switch de Mulaka cedido por Lienzo.

Un bello homenaje a la riqueza cultural, en forma de un juego sencillo pero divertido, cuyo mayor problema es que se acaba demasiado pronto.
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PROS
Buena variedad de combate, exploración y plataformas, en un entorno 3D que funciona
Gráficos sencillos pero muy bonitos, y con gran variedad de localizaciones
Su vertiente etnográfica, además de admirable, dota al juego de personalidad y autenticidad
CONTRAS
Es muy corto y fácil, y sin alicientes de rejugabilidad aparte de... bueno, volver a disfrutarlo
Los enemigos se repiten demasiado, incluso si no tiene mucho sentido encontrarlos en ese ecosistema
Se echa en falta más profundidad en casi todos los aspectos jugables
78
Redactor
Mostrar Comentarios (2)
  1. Desde que se anunció este juego, le he tenido ganas, y ahora que en unos días sale para Nintendo Switch, seguro que cae. Me parece es de esos indies que van a triunfar, ya que le han puesto mucho mimo y está todo al detalle. Una pena que sea cortito, aunque muchas veces un juego corto te deja un buen sabor de boca. Gran análisis!

  2. Qué lástima que sea algo corto, aunque por otro lado invita a rejugarlo más veces. Ni idea de la existencia de esa cultura, aparte de las más conocidas de esa región, que no se diga que no se aprende también con los videojuegos