El estrés es probablemente una de las enfermedades más difíciles de combatir hoy en día. Todos estamos expuestos a ella y es prácticamente imposible que en algún momento de nuestras vidas no nos golpee con fuerza. Pero si eres uno de esas personas que no lo ha sentido nunca y quieres saber lo que es, (vamos que te va el masoquismo) no te preocupes, tenemos la solución perfecta para ti. Tan solo tienes que ir a la eShop, (o esperarte a la edición física) y hacerte con Darkest Dungeon. Se trata de uno de los primeros títulos con final «feliz» del boom de Kickstarter, uno de los más famosos, pero también probablemente uno de los más puñeteros.
https://youtu.be/2EKrpRj9HEY
No se juega con los Primigenios si lo que quieres es no sufrir
Tras cansarse de la vida mundana que da el dinero y la fama, el propietario de una lujosa mansión empieza a investigar esas leyendas que decían que bajo su vivienda se escondía una fuente de poder inabarcable. Para ello decide fundirse su fortuna en aprender ritos oscuros y excavar hacia lo más profundo de los cimientos del inmueble. Era una apuesta de todo o nada y ganó, pero lo perdió todo. Encontró ese poder fabuloso y temible, pero que estaba en las manos de las criaturas más horrendas jamas imaginadas. Como último heredero de la mansión tenemos el deber y la obligación moral de reclamar los terrenos que nos pertenecen… o al menos morir en el intento.
Lo primero por lo que destaca Darkest Dungeon es por su apartado artístico «cartoon» pero para nada agradable. Es tosco, sucio, asqueroso, exagerado y hecho así a propósito para reforzar su mundo despiadado, cruel y demente. Un mundo que podría haberse sacado de cualquiera de las obras de Lovecraft, autor que sin duda ha influido mucho en el título. En definitiva, un primer vistazo es más que suficiente para saber que no va a ser un juego agradable, ni fácil.
La mansión de la Mazmorra Oscura se encuentra en lo alto de un acantilado y es evidente de la decadencia de sus muros se ha extendido a sus alrededores y el poblado que se encuentra cerca de la misma. Este poblado nos servirá como base de operaciones para reunir a los valientes necesarios y partir. Los héroes se dividen en 15 clases distintas (con dos clases extras mediante DLCs), y cada uno de ellos funciona mejor o peor en función de la posición en la que estén dentro de la patrulla de exploración. Esto se traduce en que determinados ataques o ventajas solo se pueden realizar estando en el lugar indicado, dando importancia al posicionamiento dentro del propio equipo. Si por lo que sea se pierde la formación, tenemos que perder turnos intercambiando los personajes si no queremos que acaben convertidos en otro montón de huesos en el cementerio. Además cada uno de los héroes que contratamos tendrá su propia serie de ventajas y defectos pasivos, ya sean taras mentales, miedos o enfermedades. Pero ya sabemos qué tipo de personas son las que se adentran en estos terrenos y la locura que ahí se respira cambia a la gente y al volver de las misiones cada miembro de nuestro equipo ganar una nueva ventaja o un nuevo defecto.
A la hora de explorar la Mazmorra y sus alrededores hay que tener la mente fría y estratégica, dispuesta a valorar los pros y contras de cada situación y sabiendo que una retirada a tiempo no es una derrota. Olvidaos desde ya eso de ir sobrenivelado, haciendo la partida perfecta y que esto sea un paseo por el campo. Darkest Dungeon es un paseo por un vertedero lleno de jeringuillas y cristales, por el que vas rezando al dios de las probabilidades que sea benevolente contigo, cruel con tus enemigos y que ojalá no falle tu personaje con un 80% de probabilidades de golpe. La paciencia y la planificación es algo que se premia mucho aquí y el cementerio se irá llenando de aquellos que no sean precavidos… y de los que lo sean también.
Antes de emprender cada misión toca aprovisionarse bien de distintos productos pero sobretodo de antorchas y comida. Las primeras son indispensables para avanzar por las mazmorras, pues se van consumiendo conforme las usamos y sin ellas nuestros personajes son más propensos al estrés y las emboscadas, esquivan menos y los enemigos son más fuertes, aunque los objetos que sueltan serán mejores. Por su parte, la comida cura a los héroes y en las misiones más largas podemos recuperar más energía en las acampadas conforme más comida llevamos. Las consecuencias de no ir bien equipado son terribles.
«Aquí todos estamos locos»
Ya en las mazmorras nos encontramos con habitaciones unidas por pasillos y un objetivo distinto a cumplir para salir victoriosos. En la mayoría de las habitaciones encontramos algo, ya sea un cofre, un objeto a inspeccionar o una batalla. Todas estas situaciones también pueden darse en los pasillos sumando a la ecuación las trampas. Los cofres, objetos y trampas pueden ser activadas por cualquier personaje, pero sus efectos pueden ser buenos o desastrosos perjudicando/beneficiando a los personajes y otorgándole efectos negativos y estrés o positivos. Una vez más, hay que barajar todas las posibilidades antes de proceder.
En cuanto a los combates, son por turnos y se centran en el posicionamiento nuestro, las estadísticas propias y de enemigos y la gestión del estrés y taras de los personajes. Como ya se comentó antes, la posición de los personajes es vital para un correcto uso de sus habilidades. Cada ataque o habilidad tiene unas posiciones desde la que se puede realizar, y un rango de acción determinado. Fuera de ahí las habilidades no se pueden usar. Las taras de los personajes van desde bonus negativos/positivos a la hora de enfrentarse a enemigos, situaciones o lugares a cleptomanía (el personaje puede robar objetos que encuentres en la mazmorra), pasando por miedo a la luz o negársele la entrada en ciertos edificios del poblado.
Y por último está el estrés, la gran gracieta Darkest Dungeon y ese elemento tan característico. Al igual que en la vida real, el estrés viene dado por una situación en la que la persona no se encuentra cómodo como por ejemplo: caminar en la oscuridad, recibir un golpe crítico, activar una trampa, no tener comida, que se muera un compañero, simplemente andar, estar al lado de un compañero estresado, fallar un ataque y cualquier cosa que se os pueda ocurrir. Al llegar a cien puntos de estrés nuestro personaje sufrirá una aflicción. Un personaje afligido sufre una penalización a sus estadísticas, puede estresar a los demás miembros, moverse por su cuenta en la formación, atacar a compañeros, pasar turnos, robar o incluso negarse a curar y/o recibir curas y mejoras. Si un personaje afligido sigue aumentando su estrés hasta los doscientos puntos sufre un ataque al corazón que lo dejará con cero puntos de vida, al borde de la muerte y si ya estaba en esta situación… digamos que el enterrador tendrá trabajo mañana. En raras ocasiones al superar la barrera de los cien puntos el personaje puede ganar una virtud y en vez de recibir penalizaciones, sus estadísticas mejoran, puede curarse, reducir el estrés de los compañeros y mejorar sus estadísticas, al margen de ser inmune a los ataques de corazón.
Para reducir el estrés hay que recurrir al pueblo situado a los pies de la famosa mansión. En el pueblo podemos contratar nuevos héroes, mejorar sus habilidades y equipamiento y lo más importante, reducir el estrés y curar las aflicciones y taras mentales. Para reducir lo primero dispondremos de la taberna, el casino, el burdel y la iglesia. Pero una vez más, no es tan fácil como llegar pagar y listo. Para empezar está el hecho de que algunos personajes no pueden entrar en según qué instalaciones por las taras. Actualmente en mi equipo hay una vestal y un cruzado que han perdido la fe y no son capaces de desestresarse en la iglesia, teniendo que recurrir a los otros edificios o pasarse un tiempo flagelándose. Además los personajes que dejemos en estas instalaciones no nos acompañan, como mínimo, en la siguiente misión. Esto significa que en la siguiente exploración toca coger un héroe distinto para sustituirlo y quizás esto nos altere el funcionamiento de todo el grupo. Por último está el sanatorio, lugar donde podemos eliminar o fortalecer alguna de las habilidades negativas o positivas, así como eliminar enfermedades.
Darkest Dungeon es una patada en los coj*nes que disfrutas
Darkest Dungeon no perdona una. Te hace sufrir, te golpea con fuerza, te insulta y te estresa al igual que a los héroes, hasta que aprendes a disfrutar de la recompensa que te da cuando algo sale bien. Recompensa insuficiente, pero súper placentera. Una recompensa que te la da alguien con una fusta en la mano y en traje de cuero. Como dice la sinopsis de Darkest Dungeon en su web oficial: «no es un juego donde el héroe gana y se va a casa con una sonrisa y su brillante armadura al terminar el día. Es un juego acerca de situaciones que requieren medidas drásticas, con muertes como moneda de cambio y actos heroicos». Y no se puede definir mejor. Los que quieran un desafío duro, largo y cruel no tienen que esperarse a mayo para encontrarse con uno a la altura.
Este análisis ha sido posible gracias a un código de descarga cedido por Redhook Games.
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