¿Y si el infierno existiera, pero no en su concepción religiosa? Un lugar único a la par que desconcertante, plagado de parajes impactantes al que somos arrojados y en donde nuestro propio devenir es tan incierto como el destino que nos depara. Infernium viene para trasladarnos al averno y lo hace destrozando todos los estándares preconcebidos ¿Preparados para el descenso?
Esa es la propuesta que el joven desarrollador independiente Carlos Coronado, creador de títulos como Annie Amber, Mind: Path to Thalamus y SkyRacer, nos trae con Infernium. La obsesión del ser humano por conocer que hay más allá de la muerte se ha trasladado en infinidad de ocasiones al mundo de los videojuegos. No obstante, esta vez nos encontramos con un título que contra natura, pretende aportar un prisma totalmente distinto con el que desmontar las ideas preconcebidas que podríamos arrastrar sobre el infierno, ya fueran ideológicas, sociales o filosóficas. No hablamos de meros cambios cosméticos, sino de una vuelta de tuerca completa. Olvidaros de aquello de arder hasta el fin de los tiempos, esta prisión no tiene barrotes o quizás si.
Terror a plena luz del día
Nada de pasillos oscuros (aunque haberlos haylos), sillas de ruedas, ruidos de gatos, brasas purificadoras o enfermeras zombies. Aquí la acción transcurre a plena luz del día en escenarios que además poseen una belleza difícilmente descriptible. Al igual que ya ocurría en Path to Thalamus, nada es lo que parece en Infernium. Unos pasos, el sonido de algo al romperse, la oscuridad más absoluta y de repente hacemos acto de presencia. Comenzamos en una estructura elevada que conforma un paisaje de islotes flotantes, cascadas, barcos pesqueros y un firmamento simplemente espectacular. Nuestra primera sensación es que algo tan bello no puede ser el infierno. Aquel paisaje bien podía haber sido sacado de alguno de los mundos de la otrora desaparecida civilización D’ni (Myst). Los primeros minutos vienen a ser algo así como un tutorial con el que familiarizarnos con los controles de tan singulares habilidades. Podemos caminar, podemos teletransportarnos apuntando a la zona en cuestión con un rayo que sale de nuestra mano derecha y podemos absorber unas esferas de energía que aparecen repartidas por todo el camino. Nada más, el sentido que tiene todo esto tendremos que averiguarlo por nosotros mismos, nadie nos va a ayudar y puede que ése sea el fin mismo del particular infierno que nos espera.
Tras una primera toma de contacto en la que asimilamos lo que nos ofrece y lo que no ofrece este particular Survival Horror en primera persona, incluyendo una muy buena gestión de Unreal Engine 4, motor este último en el que se basa el título que nos ocupa, es momento de proseguir. Avanzamos un poco, practicando nuestro recién descubierto poder de teletransporte, activamos varios resortes e interruptores y acabamos en un puente colgante de madera con una extraña y perturbadora figura incorpórea ataviada con un manto rojo que nos cierra el paso ¿Nuestra primera reacción?, acercarnos para pedirle la hora, craso error. La música pasa de forma cuasi instantánea de la calma más absoluta a la estridencia más chirriante, toda vez que la figura empieza a acercarse hacia nosotros. Huimos, pero al hacerlo, los nervios nos traicionan, erramos y tras el contacto con dicho ente morimos, o quizás no.
Oscuridad, volvemos a despertar, pero en otro lugar. Ni más ni menos que en el Purgatorio, nexo de unión con el mundo de Infernium, en el que cada vez que morimos desaparece uno de sus orbes gigantes a modo de oportunidad perdida. Nos encontramos, pues, ante un sistema novedoso que dota al juego de un hándicap evidente y deja claro que nuestros errores aquí se pagan caro. A partir de ahora la angustia es constante, no sabemos dónde estamos y para colmo, tras unos minutos de juego comprendemos que ni mucho menos somos libres. Ese hermoso mundo y sus grilletes invisibles, pasan a ser nuestro particular infierno. Es por ello que de nuestra habilidad para descifrar dicho entorno dependerá, precisamente, el grado de ansiedad con el que discurra la partida. Nos encontramos ante un planteamiento visual que supone toda una declaración de intenciones: sosiego visual y espiritual con unas escenarios de belleza indudable pero angustia física con un mundo que no piensa ponérnoslo fácil.
Infernium: un Pac-Man realmente terrorífico, ¡corre que nos pillan!
Tras 25 minutos de angustioso y tenso gameplay, proseguimos desgranando su apartado jugable. Infernium se divide en distintas áreas, interconectadas muchas de ellas entre sí. Cuando accedemos a una nueva zona y activamos su checkpoint (especie de hoguera ceremonial) nos aseguramos continuar desde dicho punto cada vez que fracasamos. Algo tremendamente útil si queremos evitar largos desplazamientos en un juego donde el ensayo-error está a la orden del día. No sabemos quien o que somos, pero durante el trascurso del juego vamos recogiendo textos grabados en la pared en los que Marina nos cuenta su periplo junto a sus amigos Denis, Oriol, Mikel y Ainara. Hilvanando poco a poco su conexión con este extraño lugar y el valle de Tella, en pleno pirineo aragonés. Infernium es un juego que quiere que no te relajes, que investigues, que pienses, que participes de todo lo que te rodea y para ello el dominio de sus controles resulta fundamental.
Manteneniendo ZR durante un par de segundos somos capaces de marcar donde teletransportarnos. La distancia de alcance es limitada pero esta habilidad resulta fundamental para progresar durante aventura. El botón R por su parte nos servirá para absorber los orbes y realizar determinadas acciones como activar una palanca o abrir una puerta. Nos encontramos ante un sistema de control en apariencia sencillo pero que requiere cierta habilidad si queremos salir airoso de determinadas emboscadas.
El apartado sonoro pasa casi desapercibido. Las melodías son casi inexistentes y los sonidos se limitan a cánticos o ruidos. Una gotera al caer, el sonido del viento o el de una cascada son elementos que nos acompañan durante todo nuestra partida y que viene a formar una curiosa BSO en la que la angustia, la tensión pero también el asombro y la belleza se conjugan en perfecta simbiosis.
En Infernium el protagonista son sus mundos, sus paisajes oníricos pero no por ello estamos ante un Survival Horror en el que se nos lleve de la mano. La aventura no transcurre bajo un planteamiento lineal sino circular, estando la mayoría de parajes conectados entre sí de una forma u otra. Por todo ello, nuestro objetivo no es otro que descubrirlos, explorarlos y sobre todo disfrutarlos. El título en cuestión tiene una duración estimada que oscila entre las 12 y 14 horas contando sus 17 niveles. Puntualizar que ello dependerá de la destreza o suerte de cada jugador y de la intención de desbloquear sus distintos finales. A su vez, el modo fotografía nos permite recrearnos en los bellos parajes que recorremos pudiendo modificar aspectos visuales o incluso añadir distintos filtros al más puro estilo de nuestros dispositivos móviles. Por último, contamos con la promesa de ampliar, en un futuro cercano, el modo campaña con DLC totalmente gratuitos.
A modo de conclusión, Infernium es un título que involucra al jugador desde el minuto uno con un planteamiento complejo a la par que hermoso y tremendamente inmersivo. Sus distintos niveles son el verdadero objetivo y nuestra obligación, si queremos avanzar, no es otra que explorarlos y disfrutarlos. Resulta difícil definir en unas pocas palabras esta obra pero una cosa está clara, si sois amantes del terror, os llama lo desconocido y os gusta explorar más allá de los límites de lo establecido este es vuestro juego.
Este análisis ha sido posible gracias a un código de descarga proporcionado por Undercoders.
Debe estar conectado para enviar un comentario.