Los fans del subgénero de los metroidvania vivimos una época de regocijo y disfrute. Sobre todo, si además nos gustan los videojuegos independientes. El panorama indie es prácticamente una fábrica de producción en cadena de títulos de este género, y se anuncian uno o dos juegos de este estilo prácticamente cada mes, sin exagerar. Esto, claro, hace que sea algo más complicado destacar en un mercado indudablemente sobrecargado, y que además se caracteriza por producir juegos de calidad con mucha frecuencia: Hollow Knight, Blasphemous, Guacamelee, Souldiers… El listón está muy alto. Pero los desarrolladores indies no dan señales de vértigo o agotamiento, lo cual da lugar a más propuestas que buscan hacerse su hueco, como la de Lost Ruins.
Altari Games, un pequeño estudio surcoreano, ha conseguido financiación suficiente en Kickstarter para lanzar su primer proyecto en Nintendo Switch y otras plataformas. Distribuido por Dangen Entertainment (Bug Fables), acción, supervivencia, monstruos y un estilo artístico totalmente de anime son sus cartas de presentación. ¿Cuál es el resultado del debut de este pequeño estudio en la industria, así como en la consola híbrida de la Gran N? Hemos tenido ocasión de comprobarlo.
La misteriosa Dama Negra
Nuestra protagonista, llamada en todo momento Heroína (sí, así de simple y llano), aparece en un lugar que no reconoce, sin recordar de dónde viene y cómo ha llegado hasta ahí. Tras avanzar apenas unos pasos, es abordada por una misteriosa hechicera llamada Beatrice que le da lo que buscaba: respuestas. La misteriosa Dama Negra le ha atraído hasta ahí con el fin de utilizarla para sus malvados fines, y sólo derrotando a sus acólitas podrá recuperar sus recuerdos. Una buenísima motivación para avanzar.
Así comienza la aventura de Lost Ruins, teniendo claro en todo momento que nuestro principal fin es encontrarnos con las chicas que pululan por las ruinas y enfrentarnos a ellas para debilitar el manto de poder de la Dama Negra, y así recuperar los recuerdos. La heroína sin nombre inicia así un camino nada sencillo, porque no sólo le esperan las secuaces de la Dama Negra: también multitud de trampas, zombies, esqueletos, arpías y demonios. Una lucha por recobrar la memoria, pero también un camino de supervivencia.
Un juego de otra época
La jugabilidad de Lost Ruins es bastante simple. Podemos equiparnos dos armas y dos hechizos, y al margen de ellos, los únicos comandos son salto y esquiva. Este apartado palidece en comparación con otros títulos del género, mucho más ricos en dinamismo en combate y progresión de personaje. La progresión de nuestra protagonista es prácticamente nula en el juego: 20 puntos de salud y 20 puntos de magia, con apenas una mejora o dos a la salud y ninguna a la magia. El personaje no evoluciona en absoluto, y toda su «progresión» se basa en recolectar armas y más armas, entre las cuales tampoco hay una grandísima diferencia, salvo su daño elemental.
El principal aliciente que podemos encontrar en el combate es el nivel de exigencia, muy en consonancia con los estándares actuales de los soulslike. Lo malo es que parte de esa exigencia se fundamenta en un control impropio de un juego que sale en 2022. Lanzar un ataque desde el aire y que el avance del personaje se bloquee es una mecánica muy tosca, de otro tiempo, que resta muchísima fluidez a la lucha y complica las cosas. A quien le guste que las cosas sean complicadas porque sí, eso sí, quizá le atraiga bastante. Pero la realidad es que el combate es muy limitado y en algunos momentos se acaba reduciendo a usar muchos objetos de cura, ya que tenemos tan poca salud que nos pueden matar enseguida.
Perderse en Lost Ruins es casi imposible en realidad
Aunque el nombre pueda inducir a pensar en ello, no es sencillo perderse en el mapa de Lost Ruins. No se trata de un mapa gigantesco y grandilocuente como el que suelen tener casi todos los metroidvania de la actualidad. Al contrario, es bastante humilde, tanto que podemos completar la aventura en apenas 4 o 5 horas de juego si jugamos en modo Accesible. La cosa cambia, claro, si jugamos en los otros modos de juego, bastante más exigentes y propensos a matarnos cada dos por tres. Y aunque el título es corto en sí, finalizar la partida nos permite explorar la historia desde otras perspectivas: usando solo magia, sólo armas de corto alcance, o incluso controlando a algunas de las acólitas de la Dama Negra.
Probablemente uno de los aspectos más satisfactorios del título sea el diseño de niveles en sí, que cumple de sobra sin llegar a ser brillante. El avance por el mapa es bastante fluido y natural, y también incentiva lo suficiente la exploración: es frecuente encontrarnos con anotaciones del diario de las subordinadas de la Dama Negra, lo que nos ayuda a construir del todo el puzle narrativo, sin llegar a ser obligatorio. Además, también hay unas cuantas misiones secundarias que nos animan a ir un poco más allá y no dejar ni un rincón de la ruina sin explorar.
Lo más trabajado del juego es…
El hecho de que el tráiler de Lost Ruins tenga restricción de edad ya nos puede ayudar a hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar. No es que se trate de un título particularmente explícito, pero hay una realidad inapelable en él: el detalle que se ha trabajado de forma más concienzuda en todo el título son los pechos de un par de jefas botando de forma notable. Además, algunos de los objetos que recogemos por el camino tras derrotar a las enemigas son tales como panties, bragas, sujetadores o bikinis. Con esto ya queda bastante claro el rumbo artístico del título.
Quitando esos detalles, también propios de otra época, lo cierto es que el estilo artístico del título también tiene clara su intención. El mapeado y los diseños de personaje en el mapa tienen un pixel art de espíritu muy retro, y los momentos de diálogo nos muestran a personajes con una estética anime casi tan marcada como sus escotes. La banda sonora no ejerce de protagonista en casi ningún momento, pero deja su toque ambiental.
Lost Ruins – Nintendo Switch. Entre escotes y demonios
Lost Ruins es un título que fundamenta su jugabilidad en parámetros de combate y progresión tremendamente básicos y que no se alarga particularmente en su historia, pero que encuentra su principal atractivo en las distintas maneras en las que propone explorar su narrativa, que aunque es simple, no deja de ser satisfactoria. Quien disfrute (o simplemente tolere) una propuesta artística basada casi exclusivamente en rostros angelicales, escotes marcados y cinturas de avispa, encontrará un metroidvania ligero y desafiante al mismo tiempo, que fomenta mucho la exploración.
Hemos analizado Lost Ruins gracias a un código digital proporcionado por Dangen Entertainment. Versión analizada: 1.0.10.12
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