Disco Elysium, uno de los títulos independientes más aclamados de los últimos años, sigue viendo su secuela amenazada por las disputas que se han dado en el seno de su desarrolladora. Todo empezó con el despido de sus principales responsables creativos, entre ellos Robert Kurvitz, creador de la idea original, guionista y diseñador senior; Helen Hindpere, guionista; Aleksander Rostov, director de arte, y Martin Luiga, editor. La crítica más llamativa del equipo a la empresa que los contrataba, ZA/UM, estaba la de alinearse con los inversores en contra de la filosofía del estudio. En un comunicado, incluso llamaron a los accionistas «cleptómanos que usan cabezas de turco», dando a entender que el motivo subyacente a los despidos fue económico.
A mediados de octubre se registró en las Cortes de Estonia una demanda a ZA/UM por parte de Telomer OÜ, la empresa de Robert Kurvitz. La vista estaba prevista para el 28 de noviembre. Sin embargo, la desarrolladora no se ha quedado de brazos cruzados y ha cargado violentamente contra sus ex-empleados.
Las acusaciones de ZA/UM
El estudio, en declaraciones para GamesIndustry que no distan demasiado de las recogidas por otros medios del país, ha reconocido que los despidos se debieron a la falta de compromiso de los afectados con su trabajo y sus responsabilidades. Añaden que los antiguos empleados crearon un ambiente de trabajo tóxico, faltando al respeto de otros trabajadores hasta el punto de llegar al abuso verbal. Incluso hablan de discriminación de género y de su pretensión de vender la propiedad intelectual de la compañía de manera ilegal, acusaciones importantes que de ser probadas podrían implicar penas de cárcel.
Respecto a esto Ilmar Kompus, CEO de ZA/UM, dijo que la ambición de Kurvitz y Rostov no se limitaba a Disco Elysium, sino a otras propiedades del estudio, calificando su actitud como «delirios de grandeza». Los dos creativos intentaron irse con otras compañías en secreto, violando los contratos que habían firmado. Esto habría acelerado su despido, que en ningún caso, enfatiza Kompus, se debió a una motivación económica: «esa afirmación no refleja los hechos de ninguna manera».
«Ilmar Kompus: Trataban a sus compañeros muy mal. Aún después de señalarles estos comportamientos [con la intención de que los rectificasen], la situación no mejoró. Por tanto, la compañía se vio obligada a despedirlos. Se dice que Robert [Kurvitz] es conocido por menospreciar a las mujeres y a otros trabajadores en el pasado, pero esa información era desconocida para la empresa. Habría sido muy corto de vista para una empresa que está creciendo a nivel internacional tolerar un comportamiento así.»
El contraataque de los creadores de Disco Elysium
Tan pronto como estas declaraciones trascendieron, Robert Kurvitz y Aleksander Rostov publicaron un nuevo comunicado concerniente a la situación en ZA/UM. En él, afirmaban que la participación mayoritaria en las acciones de la empresa que acaparaban Kompus y Tõnis Haavel (productor ejecutivo de Disco Elysium), fue obtenida de manera fraudulenta.
Kurvitz y Rostov eran accionistas minoritarios de ZA/UM cuando Margus Linnamäe, un empresario estonio, invirtió en el estudio aportando el capital inicial. En 2021, parte de las acciones de Linnamäe fueron adquiridas por Tütreke OÜ, la empresa que sirvió de vehículo a Kompus y Haavel para convertirse también en accionistas. Cuando estos últimos consiguieron una participación mayoritaria en la compañía, los creadores fueron excluidos de las operaciones rutinarias, se les vetó el acceso a información de ZA/UM como datos financieros, y finalmente se les despidió. A día de hoy, los documentos solicitados aún no les han sido entregados, lo que posiblemente motivó la demanda interpuesta el pasado octubre.
Rostov y Kurvitz denuncian que, como accionistas minoritarios, Kompus y Haavel desviaron dinero de Zaum Studio a Tütreke para que ésta segunda compañía adquiriese más acciones, convirtiéndolos así en participantes mayoritarios. De este modo, habrían utilizado un dinero que pertenecía al estudio y que se habría invertido en las nóminas de los trabajadores de ZA/UM y en el desarrollo de la secuela. En última instancia, el dinero también pertenecía al resto de accionistas, y lo habrían usado en beneficio de unos pocos.
La gravedad de estas acusaciones podría supones para Kompus y Haavel penas de hasta tres años de prisión. Haavel ya había sido condenado por fraude a los inversores en un caso distinto en 2007. Sin embargo, los creadores de Disco Elysium van más allá, y también señalan a Kaur Kender, quien fuera productor del juego. Kender, también accionista minoritario, era el superior directo de Kurvitz y Rostov durante el desarrollo del título. Él fue quien exigió el despido de ambos creativos.
A la espera de la vista de la demanda, que se celebrará el lunes 28 de noviembre, ambas partes siguen barajando sus opciones legales. Los demandantes no descartan exigir cargos tanto criminales como civiles en las cortes de Estonia y el Reino Unido.
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