En una industria en la que muchas empresas grandes apuestan una y otra vez por hacer triples A que ofrecen experiencias genéricas y gráficos potentes por bandera, lo último que se espera ver es que uno de los pilares del sector haga algo tan de nicho como una novela visual de terror no apta para todos los estómagos, que encima pertenece a una franquicia que tras décadas de ausencia, y sin ni siquiera llegar ni a rozar Occidente, volvió a la carga en forma de remakes. No obstante, años después de aquel regreso inesperado, Yoshio Sakamoto, con la ayuda de empresas como MAGES o MAPPA, nos trae Emio – El Sonriente: Famicom Detective Club a la híbrida de Nintendo. ¿Merece la pena esta propuesta de la Gran N o su historia no termina de enganchar? ¡Enseguida te lo contamos en nuestro análisis!
El detective de las berenjenas
Dieciocho años atrás, una serie de muertes se produjeron en Japón de manera similar. Adolescentes fueron asesinadas mediante estrangulamientos y en sus cadáveres hallaron una escalofriante firma; bolsas de papel, con una carita sonriente dibujada, tapaban los rostros de las víctimas. Nunca encontraron al culpable… Cuenta la leyenda que Emio aparece frente a chicas que lloran, con el propósito de hacer que tengan una sonrisa eterna, mas si dejan de llorar y ríen, él se va y las deja vivir. Con el paso de los años, ese trágico suceso fue siendo olvidado por las arenas del tiempo, pero la leyenda urbana siguió viva gracias al boca a boca. Sin embargo, ocurrió un nuevo asesinato, uno que reavivó las llamas de los de hace dieciocho años, pues un joven murió y su cara estaba tapada por lo que ya imaginas… ¿Por qué ahora mató a un chico? ¿El asesino de hace dos décadas ha vuelto o es un imitador? ¿Hay uno o más asesinos? ¿Quién o qué es Emio? Descubrir todo eso y más, está en manos del cuerpo de policía y de los detectives privados Ayumi, Utsugi y el protagonista al que le ponemos nombre. ¿Les acompañarás en esta terrorífica investigación?
Teniendo en cuenta que, a diferencia de esta entrega, en su momento los remakes llegaron en inglés y sin formato físico, es posible que ahora más de uno quiera hacernos la gran pregunta: ¿puedo jugar a Emio sin pasarme los videojuegos anteriores? Un servidor tuvo la misma duda antes de aceptar este análisis sin haber tocado los títulos previos y la respuesta corta es que sí. Ahora bien, lo más correcto es decir que depende de si tienes intención de jugar o no a los remakes. Si no te importa que en el capítulo 5 te revelen la muerte de cierta persona en The Girl Who Stands Behind, así como dos muertes más de las que no vamos a dar detalles para que nadie sea capaz de sumar dos y dos, es posible disfrutar plenamente de esta propuesta. Aunque tiene comentarios relacionados con eventos pasados como los que acabamos de mencionar o cameos que pierden chicha si no conoces de antemano a los personajes, en sus alrededor de 15 horas de duración, la historia funciona bien de manera independiente y muy rara vez te vas a sentir perdido porque toquen temas de antaño.
Algo que no nos gustó de esta propuesta es cómo manejaron su ritmo y cierta información relevante, que sin tenerla, se imposibilita que el jugador saque conclusiones acertadas en según qué cosas. Buena parte de la obra cuenta con un avance lento que no hace gala de demasiados momentos tensos o de terror, ni se priva de pinceladas de comedia, hasta que al llegar a sus últimos coletazos y sin terminar de preparar bien el terreno, prácticamente te sueltan en medio del clímax de la historia con mil incógnitas sobre la mesa, que nos hicieron echar en falta un capítulo adicional antes del último. Parte de esas incógnitas se esclarecen en ese entonces, pero no es hasta el epílogo, bajo la perspectiva de Utsugi, que se resuelven la mayoría sin que el jugador tome participación alguna en la investigación (algo que no pasa cuando es Ayumi la que investiga). Teniendo en cuenta que al principio de la aventura le dan teléfonos móviles al protagonista y a Ayumi, y que entre ellos hay una comunicación decente, nos resulta irrazonable que en ningún momento Utsugi use ese medio para informar de nada de lo que descubre por su cuenta y en especial nos quejamos por un dato del que no podemos hablaros, pero que es extremadamente relevante para el caso y no sabotea el epílogo aun si lo supiéramos de antemano. Es importante mencionar que, incluso en sus momentos bajos, la historia, sus giros y los personajes nos tuvieron enganchados hasta el final. Por cierto, el epílogo de esta novela visual es digno de mención, pues su interesante, a la par que espeluznante trama, es el motivo principal del PEGI 18 que se llevó el proyecto y es más, el propio juego, antes de acceder al epílogo, avisa de que no es apto para todos los estómagos. Y os adelantamos que no miente; es una de las tramas más oscuras que ha hecho Nintendo en toda su historia y eso que tiene 134 años a sus espaldas.
El peso de los años
A continuación toca profundizar en la jugabilidad de Emio. A grandes rasgos estamos ante una novela visual que, de una manera similar a títulos como AI: The Somnium Files o Phoenix Wright, cuenta con zonas en las que debes interactuar con el escenario mediante un cursor para buscar objetos o personas que aporten información valiosa para el caso. Dichas zonas no tienen mucho misterio, aunque decisiones como hacer que para mover el cursor a mayor velocidad haya que presionar la palanca que ya usamos para desplazarlo o la completa ausencia de controles táctiles, provocan que la movilidad ahí sea algo tosca.
Si bien es cierto que dependiendo de lo que digas o hagas hay diálogos que cambian o se amplían, la historia principal no se altera, no hay presencia de rutas alternativas y solo existe un final posible. A diferencia de la mayoría de novelas visuales, para bien o para mal, aquí no avanzas solo pulsando la «A» y en su lugar debes navegar por un menú de cara a continuar conversaciones, examinar el entorno o reflexionar. Curiosamente, es justo aquí donde más cojea Emio. Aunque a veces dan pistas señalándote textos con otro color, esto a menudo lo descuidan y dejan al jugador en situaciones de ensayo y error, en las que debe escoger entre si seguir hablando con «X», conversar con «Y» o sacar el tema «Z», así como poner al protagonista a pensar para que se le ocurra nuevos asuntos que tratar. Por si no se entendió el problema, esto da pie a que no sea raro que acabes repitiendo frases, porque como el juego no avisa ni con colores ni con iconos en las opciones del menú, no sabes si tras conversar un poco con «Juan», puedes seguir hablándole o debes interactuar antes con el reloj que está a su lado o con su amigo «Pepe».
Al final de cada episodio, el protagonista debe sacar conclusiones de sus descubrimientos en solitario o acompañado, normalmente, de Ayumi. Probamos qué pasa al fallar en un par de ocasiones, pero te corrigen al momento y no observamos que haya ningún tipo de penalización por ello, por lo que la mecánica simplemente está aquí para que organicemos bien nuestras ideas y no perdamos el hilo de la trama. Al sacar conclusiones se presentan tres posibilidades: responder preguntas escogiendo entre varias opciones, rellenar huecos vacíos escribiendo a mano lo que falta o ir al cuaderno de notas del protagonista para señalar cosas concretas que responden a una duda. Como bien deja caer por su nombre, el rol del cuaderno no es otro que almacenar información del caso y datos de las personas con las que te cruzas.
Acompañando a lo de sacar conclusiones y al cuaderno de notas, tenemos una tercera pata de apoyo para los jugadores: los resúmenes de la historia. Efectivamente, cada vez que cargues una partida, te ofrecen la posibilidad de ver un sumario de lo que ha pasado hasta ese momento. Fuera de lo anterior, esta propuesta permite saltar mensajes leídos y también nuevos dependiendo de tu configuración, silenciar las voz del protagonista por si buscas meterte más en su piel y ocultar la caja de texto de cara a ver mejor los fondos. Asimismo, posee autoguardado, 21 slots convencionales y un historial que recopila conversaciones o pensamientos de los protagonistas, para que podamos consultarlos de ser necesario.
Dibujando sonrisas entre lágrimas
Si en la jugabilidad cojea, en el lado más artístico Emio va a caballo, sabiendo jugar sus cartas para adaptarse tanto a las situaciones desenfadadas como a las más terroríficas o tristes. No son pocas las veces en las que hemos visto a gente ninguneando esto por ser supuestamente un proyecto de bajo presupuesto, mas la realidad es que estamos ante una obra que en lo visual despunta dentro del género. Desde el personaje más importante, hasta el NPC sin nombre más irrelevante, hace gala de «sprites» de alta calidad que encima van con varias animaciones bajo el brazo. Es más, incluso los fondos están animados si la situación se presta a ello, lo que denota que Nintendo le puso ganas. En este campo solo pudimos encontrar dos pequeñas pegas, la primera es que en el modo portátil las letras se difuminan un poco y a veces pecan de pequeñas, mientras que la segunda se trata de algo que casi nadie va a notar; al hacer capturas o vídeos durante transiciones, se producen ralentizaciones.
Pasando al campo sonoro, el juego no pierde el tono. En líneas generales, la BSO es buena y variada, pero es en los momentos tristes o tensos, donde el trabajo de Takeshi Abo brilla con luz propia, logrando en el proceso impulsar la inmersión de los jugadores. En otro orden de cosas, los seiyuus aportan su granito de arena y no es de extrañar, habiendo voces como la de Aoi Yuki (Hibiki en Symphogear y Maomao en Kusuriya) o la de Kenn (David en Cyberpunk: Edgerunners). Si nos ponemos tiquismiquis, lo único que echamos en falta aquí, es que jugaran mejor con los efectos de sonido para ampliar el número de situaciones que son capaces de crear cierta tensión.
Emio – El Sonriente: Famicom Detective Club – ¡Nuestra agencia favorita vuelve a la carga!
En definitiva, esta es una novela visual de terror y misterio que pone sobre la mesa una de las historias más oscuras creadas por Nintendo en sus 134 años de vida. No contenta con funcionar bien de manera independiente, cuenta con subtítulos en nuestro idioma y un apartado visual desarrollado con mimo. Si tienes ganas de darle a una aventura que enganche, no eres especialmente sensible con los temas que se tratan o simplemente quieres disfrutar del nuevo caso de Ayumi y compañía, no lo dudes más, pues descubrir quién es Emio está en tus manos.
Hemos analizado Emio – El Sonriente: Famicom Detective Club gracias a una copia digital cedida por Nintendo España. Versión analizada: 1.0.0
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