Hay dos cosas por las que se especializa la industria indie: por hacer propuestas diferentes y atrevidas y por retomar estilos de juego que se han quedado en el olvido. Esto segundo lo hemos visto en muchas ocasiones con títulos considerados “herederos espirituales” de las franquicias más populares. Casos como Yooka-Laylee, Shovel Knight o Sea of Stars son claros ejemplos de esa búsqueda de las desarrolladores pequeñas por traer de vuelta géneros que las grandes compañías no se atreven a tocar. Un caso parecido lo tenemos con el título para Nintendo Switch que nos ocupa en este análisis: Astor Blade of the Monolith.
La desarrolladora C2 Game Studio y la distribuidora Versus Evil nos trae esta aventura de exploración y combates en las que una misteriosa raza rocosa intenta buscar respuesta a las leyendas. Grandes paisajes variados y muchos monstruos nos esperan tras cada esquina, y solo Astor puede superar todos los obstáculos. Seguid leyendo para saber más de esta interesante aventura.
Una guerra y una leyenda
En un planeta en el que la humanidad se ha extinguido, una raza de seres inteligentes llamados diokek viven en paz y armonía hasta que aparecen los hiltsik, dispuestos a destruirlos. En mitad de esta guerra aparece Astor, que consigue unos poderes especiales tras explorar unas ruinas junto a su compañero Zan, y se convierte en el “Elegido” de las leyendas, el único capaz de traer de vuelta a sus creadores. Así comienza una aventura en la que Astor tendrá que explorar su mundo, luchar contra hordas de hiltsik y de otres enemigues y encontrar las respuestas a la catástrofe inminente. La historia es interesante, añadiendo momentos de drama e incertidumbre y con un buen desarrollo.
La jugabilidad de Astor Blade of the Monolith recuerda mucho a títulos más clásicos como los primeros Darksiders o Prince of Persia, en las que se mezcla tanto la exploración y la resolución de puzles como los combates. En el juego habrá diferentes zonas de mayor o menor tamaño (las más amplias pensadas un poco como si fueran mundos abiertos) que debemos recorrer cumpliendo los objetivos de la historia o de las misiones secundarias que se nos ofrezcan. Al principio la exploración resulta algo lenta, especialmente en los mapas más grandes, pero a medida que desbloqueamos nuevas habilidades, todo se agiliza. Las zonas más pequeñas, que vienen a tener una estructura de mazmorras, se centran en resolver puzles no demasiado complejos, pero que sí nos llevan a ver más zonas del lugar. Sí echamos en falta que se añada un mapa en condiciones que nos muestre la mazmorra o la zona en la que estamos y no solo un dibujo simplificado del mapa.
Para luchar, opciones no te van a faltar
Como suele ser habitual en esta clase de juegos, Astor Blade of the Monolith está estructurado para que sea un juego que te anime a mejorar constantemente, especialmente en el combate. Al comienzo, tus habilidades son muy reducidas, pero a medida que reúnes puntos y objetos especiales (para los que hace falta explorar bien y completar misiones secundarias), puedes desbloquear más y más opciones. Al principio son solo combos adicionales o bien contrataques especiales, pero más adelante se consiguen nuevas armas y constructos rúnicos con los que hacer bastante daño. De hecho, a veces llega un momento en el que el combate deja de ser estratégico y estás muchas veces machacando los botones porque sabes que es lo que funciona. Por otro lado, algunas armas llegan algo tarde en la historia, y después de haber mejorado tanto las primeras armas (especialmente la espada que es la que tienes desde el principio), no compensa intentar mejorar las últimas. Otro problema que tiene el juego es que los combates en ocasiones no son equilibrados: o hay demasiados rivales contra les que luchar o bien tú ya dispones de demasiadas habilidades.
Como ya se ha dicho antes, aparte de la historia principal hay misiones secundarias que profundizan un poco más en la vida y preocupaciones de los diokek, y también hay desafíos especiales con los que conseguir nuevas recompensas (que muchas veces son repetir las batallas contra los jefes anteriores). Entre estas cosas y poder recolectar todos los objetos de cada zona, la experiencia se alarga considerablemente, aunque hay que reconocer que el progreso se hace pesado en las últimas etapas del juego. Tampoco ayuda que la única forma de volver a mapas anteriores sea «repitiendo el nivel», pero en realidad es así como funcionaban los juegos clásicos. El nivel gráfico y el rendimiento en Nintendo Switch están bien, dentro de lo que cabría esperar de la híbrida de Nintendo. Los gráficos 3D no son excesivos, pero sí cuentan con cierto nivel de detalle, sobre todo en los entornos más coloridos. El apartado sonoro tampoco está mal, con melodías con cierto tinte místico, pero que reflejan el ambiente de cada zona que exploramos. Y por suerte, en este caso el juego está en español, por lo que cualquiera podrá disfrutarlo, aunque echamos en falta que el poco doblaje que tiene el título por parte de la narradora esté solo en inglés.
Astor Blade of the Monolith – Es hora de descubrir el misterio del Monolito
De esta forma, Astor Blade of the Monolith se planta en Nintendo Switch como una propuesta con bastante inspiración en juegos clásicos. Si bien el progreso es algo lineal, es un título que anima a explorar y a usar la cabeza para descubrir cosas. Y los combates son divertidos, aunque a veces no sean equilibrados. Se podrían haber pulido ciertas cosas, pero en general, se trata de un título interesante con el que revivir la experiencia de los clásicos 3D.
Hemos analizado Astor Blade of the Monolith gracias a un código digital cedido por Plan of Attack. Versión analizada: 1.0.3
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