Hay títulos que por una u otra razón, insondables son los caminos de la especie humana, logran quedar grabados a fuego en nuestros baúl de los recuerdos jugables. Y Fast RMX fue, y así lo atestiguó en su momento nuestra review, uno de ellos. No en vano, el título de Shin’en Multimedia llegó dispuesto a demostrar de que era capaz la híbrida en sus primeros compases de existencia. Algo aún más meritorio si cabe si tenemos en cuenta que se trataba de un indie de la cabeza a los pies. Una vez más la industria independiente acudiendo al rescate de una consola. ¿A qué viene semejante puesta en antecedentes? Sencillo, sus responsables regresan con un nuevo título de carreras y velocidad a lo F-Zero con motivo del lanzamiento de la nueva consola de la Gran N. ¿Estará a la altura de las expectativas?, ¿superará a su predecesor? No te pierdas nuestro análisis de Fast Fusion en exclusiva para Nintendo Switch 2.
Corazón de F-Zero, cuerpo de Wipeout
Fast Fusion nos sitúa en un futuro no muy lejano en el que las vertiginosas, y arriesgadas, carreras de velocidad se han transformado en el entretenimiento por excelencia. Y no lo digo yo, lo dice el propio juego. O al menos su oferta jugable y mecánica. No en vano, que nadie espere espectaculares cinemáticas, multitud de líneas de texto o un narrador que nos sumerja en una absorbente historia repleta de NPCs, héroes intergalácticos y poderosos y malvados villanos. Y es que lo que se nos presenta es, simple y llanamente, un juego de carreras.
El título que aquí nos ocupa nos lleva a competir contra la CPU, u otros amigos, en diferentes circuitos con algún que otro atajo y peligrosos obstáculos. Al igual que ocurría con su predecesor, contamos con turbo en la salida, derrapes, orbes con los que rellenar nuestro medidor de impulso a lo óxido nitroso y plataformas de aceleración en color azul o rojo. Teniendo, nosotros mismos, que alternar entre colores con tan solo pulsar un botón según lo demande la propia carrera. Mecánicas todas ellas tremendamente intuitivas, orgánicas y sencillas de asimilar tras un par de carreras. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante un arcade tan sencillo y directo como entretenido y adictivo.
Salta, salta, salta, salta, salta sin parar
Una de las grandes virtudes de Shin’en Multimedia radica en su capacidad para mantener, e incluso pulir, lo mejor de Fast RMX. Incorporando, por el camino, importantes novedades que, aunque modifican sustancialmente la forma en la que afrontar las carreras, mantienen la esencia jugable. Y el ejemplo claro lo tenemos con la incorporación de la mecánica de salto en Fast Fusion. Habéis leído bien. Durante la carreras podemos realizar grandes y acrobáticos saltos.
¿Velocidad y saltos juntos en un mismo título? Suena a bomba de relojería, ¿verdad? Por fortuna, dicha mecánica resulta tan funcional como útil e interesante. No en vano, aporta un punto de estrategia con el que poner a prueba nuestros reflejos a la hora de aterrizar y recuperar el control de los vehículos. Por si fuera poco, dicha funcionalidad nos permite acceder a atajos, evitar trampas y obstáculos, aplastar contrincantes o conseguir orbes extra con los que obtener un impulso extra. Eso sí, dada la magnitud de dichos saltos el riesgo al usarlo también se multiplica exponencialmente.
Estirando el chicle
Fast Fusion no es un juego que destaque especialmente por su contenido. El título cuenta con, más allá de la promesa de actualizaciones periódicas totalmente gratuitas, 15 pistas repartidas en diferentes ligas divididas, a su vez, en copas. Pueden parecer cifras inferiores a las de otras entregas. Y lo son. No obstante la estructura, la riqueza y el frenetismo de cada nivel hace que la experiencia resulte, en líneas generales, tan orgánica como intuitiva y satisfactoria. Algo que se logra potenciar con la necesidad de ganar carreras para obtener dinero con el que desbloquear más circuitos. ¿Algún talón de Aquiles? Uno de sus pocos peros llegan de la mano de una irregular IA, la excesiva penalización al salirnos del circuito y unos vehículos con comportamientos realmente extremos.
Conviene destacar que una vez desbloqueadas todas las pistas obtener dinero resulta aún más gratificante. Posibilitándonos la adquisición de nuevos vehículos, acceder a nuevas pistas musicales de este y anteriores entregas de la «saga» y, ojo a esto, amplificar uno de los grandes alicientes del juego, la fusión. Una mecánica que nos permite, como su propio nombre indica, fusionar vehículos y crear otros totalmente diferentes. Algo que nos ha llevado a un proceso de experimentación constante. Eso sí, antes de fusionar resulta imposible tener la más mínima idea de cuál será el resultado final.
Por fortuna, y pese a la escasez de contenido, Fast Fusion también cuenta con Time Attack (contrarreloj) y Super Hero Mode. Modalidad esta última que nos emplaza a emular mecánicas propias de la saga F-Zero con la barra de turbo de nuestro vehículo. Mucho ojo, si llega a cero se acaba la partida. Por último, pero no por ello menos importante, el título incorpora multijugador a pantalla partida para hasta cuatro jugadores y compatibilidad con el servicio GameShare. Algo que multiplica exponencialmente la inmersión y la diversión de cada carrera. Eso sí, y y sabemos que se trata de un indie de precio bastante ajustado, nos habría encantado poder contar (aunque se tratase de un DLC de pago) con funcionalidades online.
Rinde más de lo que cuesta
La verdad es que, pese a tratarse de un título de corte independiente, Fast Fusión da un salto gráfico considerable con respecto a Fast RMX. Anterior juego de la «franquicia» lanzado en la híbrida. Los espectaculares mapas, la sensación constante de velocidad, los cambios meteorológicos, los efectos gráficos o el modelado de los propios vehículos lucen bastante bien. El juego cuenta con una BSO que, sin sobresalir, logra acompañar tanto por temática como por jugabilidad. Pudiendo utilizar el sistema de recompensa del juego para «comprar» cada pista de audio y escucharla con posterioridad. Eso sí, aunque anecdótico, no cuenta con localización al castellano, Por si fuera poco, su motor gráfico nos permite escoger entre 4 modos de rendimiento (2 en portátil):
Dock
Performance (60 FPS + 1080p + sombras dinámicas + HDR)
Balanced (60 FPS + 1440p + sombras dinámicas + HDR)
Quality (4K/1080p + 60 FPS + sombras dinámicas + HDR)
Ultra Quality (4K + 30 FPS + sombras dinámicas + HDR, máximo detalle)
Portátil
Performance (1080p + 60 FPS)
Quality (1080p + 30 FPS)
Los fallos en el reescalado, el escaso volumen de algunos efectos de sonido o ciertos instantes de borrosidad ponen el contrapunto a un apartado casi redondo incluso a pantalla partida junto a otros 3 jugadores. Por si fuera poco, Shin’en Multimedia tiene intención de incorporar el Modo 120 FPS en un futuro no muy lejano. Amén de anunciar la inminente llegada del paquete «Pure» con tres nuevos circuitos, resolución dinámica 1440p sin reescalado (elimina la borrosidad del DLSS), 2 canciones extra y un nuevo sistema de partículas, entre otras muchas mejoras.
Fast Fusion – Carreras a toda velocidad
Es cierto que Fast Fusion no llega con la intención de causar revolución alguna. Y que no anda, precisamente, sobrado de contenido. No obstante, todo lo que hace, lo hace bastante bien. Más aún si cabe si tenemos en cuenta que ha llegado a Nintendo Switch 2 a un PVP de lanzamiento de 14,99 €. Presentándonos, por el camino, una sólida y adictiva propuesta de carreras de corte futurista y sin ningún tipo de aditivo innecesario.
En definitiva, nos encontramos ante una mezcla entre F-Zero y Wipeout, que renuncia a cualquier tipo de floritura narrativa, pero que incorpora interesantes, y sólidas, mecánicas jugables que logran aportar un toque tan resultón como diferente. Su excelente rendimiento, su multijugador (offline) y un inteligente sistema de recompensas ponen la guinda a una propuesta de carreras tan frenética como entretenida.
Hemos analizado Fast Fusion gracias a un código digital cedido por Shinen Multimedia. Versión analizada: 1.4
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