Ya es tradición que, cada vez que la gran N estrena una nueva plataforma, viene de la mano de un juego pensado principalmente para sacar a relucir las nuevas funcionalidades. La costumbre que comenzó con Wii Sports (Wii), continuó con Nintendo Land (Wii U) y se vio prolongada con ARMS y 1, 2, Switch (Nintendo Switch) sigue su curso en Nintendo Switch 2. Ya tuvimos Nintendo Switch 2 Welcome Tour, que nos mostraba los entresijos de la consola. Ahora, disponemos del juego que muestra todo el potencial de tener en las manos dos mandos capaces de hacer la función de ratón. Uno que sorprendió desde el primer momento debido a la originalidad de su propuesta: Drag X Drive.
¿Alguien se imaginaba jugando al baloncesto en silla de ruedas en un juego desarrollado por Nintendo? El concepto que mueve este nuevo título se escapaba a las quinielas de los más imaginativos. Pero ya está aquí, y hemos echado un buen puñado de horas en las canchas puliendo nuestros giros, nuestros choques, nuestras entradas a canasta y nuestros «choca esos cinco» con los jugadores con los que nos hemos ido encontrando. Y tenemos un veredicto sobre lo que ofrece y sobre el potencial que tiene. ¡Engrasa esos ejes, que arrancamos!
Primer desafío: encontrar tu lugar de confort
Adentrarnos en Drag X Drive supone enfrentarse a un dilema fundamental: ¿dónde jugar? Encontrar una superficie en la que nos sintamos cómodos al manejo de los mandos es clave para disfrutar de la experiencia. Una mesa baja, un escritorio, los brazos de un sillón o una butaca, nuestras piernas… Si algo hemos comprobado, es que los Joy-Con 2 responden de maravilla en prácticamente cualquier superficie que no suponga problemas para un ratón óptico (el cristal no es una opción, claro). Pero el tema no está en que los ratones respondan, sino en que los brazos no se nos cansen. Porque vamos a echar un buen rato moviéndolos, y es importante estar cómodos.
El lugar perfecto para jugar depende, obviamente, de cada uno. Pero, de entrada, va una recomendación personal, ligada a la intuición: imagina a una persona en silla de ruedas, y piensa en la posición que adoptan sus brazos en su uso cotidiano. A ambos lados del tronco, con las manos apoyadas a una altura ligeramente inferior a las piernas. En mi caso, he encontrado la comodidad en el asiento de un sofá, apoyando los mandos a ambos lados de las piernas. El primer paso, un control que responde a la perfección, lo dan los mandos. El segundo, el de la ergonomía, lo tenemos que dar nosotros.
Primer contacto con Drag X Drive
Los controles de Drag X Drive, gracias a la tecnología de los Joy-Con 2, responden de forma sobresaliente. Resulta tremendamente intuitivo y natural pensar en cómo movernos para acelerar, para frenar y para girar. No obstante, no es un control al que estemos acostumbrados, es algo nuevo para cualquier jugador. Y, en este aspecto, el título hace un gran esfuerzo para que esta barrera de entrada no resulte demasiado abrumadora. Comenzamos, sin anestesia, con un tutorial de los controles básicos, y a los 5 minutos ya sabemos todo lo esencial para mover nuestra silla por el parqué y manejarnos con la pelota y el aro.
Con todo, se requiere cierto nivel de compromiso por parte del jugador. Durante los primeros partidos, es totalmente normal sentir que vas corriendo como pollo sin cabeza por la pista, máxime si coincides con jugadores que ya llevan unos días jugando y ya están en comunión con la silla de ruedas. Y esto puede llegar a ser frustrante, lo cual podría echar para atrás a muchos jugadores. Mi experiencia con el título me ha enseñado que no pasa nada, que todo es cuestión de un poco de paciencia, y si uno lo ve necesario, aprovechar el modo offline para organizar partidos contra bots y perfeccionar nuestra técnica. Es una opción de las muchas que dispone el juego para que nos hagamos a su control.
Conectando con el parque
Cada vez que entramos en el título, éste nos conecta automáticamente con un parque. Por así decirlo, un parque es una sala, un servidor en el que hay varios jugadores conectados y en el que podemos jugar partidos en línea. Incluso podemos crear un parque privado para jugar con amigos. Pero no sólo de partidos vive Drag X Drive. Mientras esperamos a entrar en un partido, contamos con un despliegue de más de una decena de minijuegos que están pensados para que nos familiaricemos de forma más profunda con los pormenores del control de la silla de ruedas. La mayoría de ellos son desafíos contrarreloj de distinto tipo en los que podemos conseguir trofeos y batir récords del parque, pero hay dos de carácter competitivo en los que surgen piques bastante divertidos con el resto de jugadores.
El primero de ellos, Carrera al esprint, no tiene misterio alguno: se trata de correr por una zona del parque y ser el más rápido en llegar a la meta, salvando los obstáculos del camino. No sólo requiere de velocidad, sino también de algo de habilidad llegados ciertos puntos del recorrido. El otro, Rebotes a ful, es mucho más simple: una lanzadera dispara una pelota hacia un lugar indeterminado del parque, y los jugadores tienen que tratar de coger el rebote. El que logre atrapar la pelota gana, y el resto de posiciones se deciden en función de la distancia al punto en el que el ganador ha atrapado el rebote. Estos dos minijuegos son opcionales, y si nos queremos centrar únicamente en jugar partidos, podemos desactivarlos en las opciones. Incluso, si nos apetece, podemos quedarnos de espectadores a la espera de entrar a un partido.
¿Y el baloncesto para cuándo?
Ya, ya vamos a ello. En primer lugar, Drag X Drive merece un aplauso por su arriesgada temática, que pone el deporte paralímpico en el foco, cosa poco habitual. Obviamente, con sus particularidades. Las reglas del juego son sencillas: partidos de 3 minutos de duración, de 2 contra 2 o de 3 contra 3 (esto es al azar, no lo escogemos nosotros). Cada equipo tiene 14 segundos de posesión, y si no lanza a canasta en este tiempo, el balón es para el rival. Las canastas en zona valen 2 puntos, y los triples, 3 puntos. Pero tenemos la opción de aumentar esta puntuación si conseguimos anotar de maneras especiales. Y aquí es donde entra la fantasía de la silla de ruedas: en las acrobacias.
Más allá de los movimientos básicos, contamos con ciertas opciones acrobáticas. Apoyar la silla sobre una sola rueda, saltar, aprovechar la geometría de la pista para impulsarnos al más puro estilo skater y hacer mates y lanzamientos espectaculares… Si anotamos una canasta a la vez que hacemos alguno de estos movimientos, podemos rascar alguna décima más para obtener más puntuación. Y, en ocasiones, estas décimas pueden suponer la diferencia entre una victoria y una derrota. Este pequeño detalle da dinamismo al juego y nos desafía a no conformarnos con el manejo estándar de la silla.
Tácticas y opciones de personalización
Desde el primer momento, el juego nos ofrece tres perfiles de jugador: base, alero y pívot. El base es más veloz y hábil, pero menos fuerte; el pívot es pura fuerza, pero muy lento y poco manejo; el alero, en cambio, es equilibrado en todo pero no destaca en nada. En los primeros partidos, lo normal es optar por el equilibrio, hasta que descubres el tipo de jugador que quieres ser y lo que quieres aportar en la cancha. Aunque esto también depende en gran medida de con quién juegues, porque la experiencia de cada partido puede cambiar notablemente en función de los compañeros con los que juguemos y de los rivales a los que nos enfrentemos.
En el aspecto táctico, el título también resulta bastante intuitivo. Ofensivamente, contamos con dos comandos: pasar y tirar. En la faceta defensiva podemos embestir frontalmente a un rival para que pierda la posesión, colocarnos estratégicamente en la pista para interceptar líneas de pase, estorbar en los tiros en la medida de lo posible, incluso taponar. La experiencia más casual suele ser un correcalles, pero cuando los jugadores empiezan a manejar todos estos entresijos, los partidos se ponen realmente emocionantes y se deciden por detalles. Como el deporte en sí mismo, vaya.
Lo que Drag X Drive podría llegar a ser
Nuestra experiencia, si nos ceñimos únicamente a lo que es, ha sido y está siendo bastante divertida. La jugabilidad es muy intuitiva y, tras unos cuantos partidos, se le pilla el truco. El diseño del parque es muy inteligente y nos da muchas herramientas para familiarizarnos con los controles y con los detalles. En definitiva, se trata de un título diseñado para que aprovechemos las funciones de los Joy-Con 2, y en ese sentido, se lleva una matrícula de honor. Pero, si miramos un poco más allá, es cuando aparecen los motivos para la preocupación. Y no nos referimos únicamente al aspecto artístico, que se aleja bastante de los carismáticos estándares de la gran N.
Apuntar a un nicho tan definido como el multijugador online de deportes conlleva unos riesgos: los jugadores están acostumbrados a más contenido. Drag X Drive adolece de falta de muchos elementos imprescindibles del género. No hay modo local, no hay selector de modos de juego o de reglas, no hay torneos, no hay rangos, las opciones de personalización son bastante comedidas y, cuando logramos un anillo o un «récord del parque» en un minijuego, ese récord y ese anillo desaparecen en cuanto salimos del parque… En definitiva, faltan varias de las cosas que hacen que este tipo de títulos tengan una vida útil prolongada, o sea, que los jugadores no dejen de entrar a echarse unos partidos. Si Nintendo apuesta en firme por este título, todas estas cosas deberían acabar llegando. La cuestión es, ¿seguiremos entusiasmados con el juego para entonces, o nos aburriremos antes? Sólo el tiempo lo dirá.
Drag X Drive – Nintendo Switch 2. Un potencial que merece ser aprovechado
Drag X Drive es tres cosas: una rompedora visibilización del deporte paralímpico, un muestrario excelente de lo que podemos hacer con la tecnología de los Joy-Con 2, y un juego multijugador al que le falta un espaldarazo mucho más convincente para enganchar a los jugadores durante largo tiempo. Si bien su jugabilidad es súper satisfactoria y más profunda de lo que aparenta, se ve paradójicamente lastrado por su ligereza de contenido. Si la gran N es capaz de apostar en firme por el futuro del juego, y los jugadores son capaces de darle ese voto de confianza, podríamos estar ante una joya del género de deportes en línea. Si resumimos lo que es a día de hoy, puede resumirse en una frase. Te vas a divertir, sin duda, pero ¿durante cuánto tiempo?
Hemos analizado Drag X Drive gracias a un código digital proporcionado por Nintendo. Versión analizada: 1.0.0
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