Siempre que una vieja gloria logra volver a las andadas, es motivo de celebración para los jugadores, pues no son pocas las que acaban siendo «secuestradas» por plataformas antiguas y por suerte para todos nosotros, Bandai Namco parece que se ha comprometido a traernos muchas de sus joyas del pasado a los tiempos que corren. Tras disfrutar de las bondades que ofrecía Tales of Vesperia: Definitive Edition, los usuarios de Nintendo Switch recibieron una versión de Symphonia un poco accidentada en su salida, pero que remontó con el paso del tiempo y ahora, una vez más, nos llega una aventura llena de encanto de esa franquicia japonesa que tanto nos gusta. ¿Merece la pena Tales of Graces f Remastered o no consiguieron hacerle justicia con este lavado de cara? ¡Enseguida te lo contamos en nuestro análisis!
Los pasos de la vida
Esta aventura nos sitúa en un mundo que en gran medida se mueve gracias a un elemento llamado «eleth», una especie de «combustible» muy peculiar que se encuentra en todas partes. Ya sea para conseguir agua, calentar hogares, posibilitarse la vida de las plantas, crear armas o emplear «artes» (la «magia» del planeta), hablamos de un bien necesario que trae tanto esperanza como desesperación y eso último es algo que el juego no tarda demasiado en mostrar, dejándose claro que es uno de los ejes principales de la trama. De entre todos los habitantes de ese mundo, deciden ponernos en los zapatos de Asbel Lhant, un niño amigable y algo revoltoso, que está destinado a suceder a su padre como señor del lugar. No obstante, tiende a no hacer caso a aquello que le dicen y en una de sus pequeñas fugas, se topa con una chica amnésica en medio de un campo lleno de flores. Sobra decir que nuestro joven protagonista no la dejó abandonada a su suerte y, para bien o para mal, este encuentro marca un antes y un después en su vida.
Motivado por la curiosidad, Asbel está dispuesto a mover montañas y, tras enterarse de que un niño de su edad vino de visita, no tarda en ignorar la prohibición de su padre y colarse por la ventana de su habitación junto a sus amigos. Dicho niño resultó ser Richard, el príncipe heredero de Windor, pero ese hecho no evitó que le invitara a salir a jugar. Una cosa llevó a la otra y acabaron yendo al campo de flores, para poco después formarse un pacto de amistad entre Richard, él y Sophie, la niña amnésica a la que decidieron llamar así por su parecido con una flor. Este acto de rebeldía se tradujo en un castigo: mientras que su padre y su hermano iban a la capital, él se quedaría encerrado en su habitación, pero como no puede ser de otra manera, se salta el castigo a la torera y decide ir junto a Sophie hasta Barona para encontrarse con Richard, su nuevo amigo. No obstante, el destino le tiene preparada una cruel e impredecible sorpresa y de una forma u otra, también se ve arrastrado al conflicto que existe entre los tres reinos que controlan el planeta…
En líneas generales, Tales of Graces f Remastered suele moverse por las aguas del poder de la amistad y toca algún que otro cliché de vez en cuando mientras los personajes toman su camino hacia la madurez, mas eso no logra sabotear la experiencia y ya os adelantamos que el redactor de este texto disfrutó bastante del argumento mientras lo analizaba. Si bien no se puede negar que le dan espacio al drama y a los conflictos bélicos o políticos, no desaprovechan las oportunidades de brindarnos pinceladas de comedia o momentos entrañables que refuerzan la sensación de unidad entre los miembros del equipo. Estos últimos, por lo general, tienden a abundar dentro de ciertos encargos, en escenas y en eventos secundarios o temporales, y aunque también tienen cabida dentro de la historia normal, te aconsejamos tomarte tu tiempo para sacarles partido, pues la travesía se enriquece de forma notable. Asimismo, recuerda que junto a la multitud de trajes y refuerzos (dinero, materiales, etcétera) de los DLC que rescataron de antaño, también hay escenas que no debes pasar por alto.
¿Cuánto dura esta propuesta? Responder esa pregunta es difícil, pues depende mucho de la habilidad de cada uno, de las ayudas que te pongas o no con la «tienda de rangos» y de tu forma de jugar. Si te centras solo en la trama troncal, algo que no recomendamos, esta es una obra que puede durarte incluso menos de 40 horas, mas si decides explorar todo lo que puede ofrecer, superar la barrera de las 100 horas no es precisamente imposible. En cualquier caso, la aventura se estructura en tres arcos; el de la infancia, que hace de introducción durante las primeras 5 o 6 horas; el arco de la llegada a la adultez, que es en el que pasamos la mayoría del tiempo; y un epílogo, que recuperaron de la versión de PlayStation 3 y aparece en el apartado «Extras» junto al «New Game +» y a un museo (allí puedes escuchar la banda sonora, ver cinemáticas y eventos). Sin entrar en spoilers, el epílogo ofrece una mecánica nueva que expande las ya amplias posibilidades del sistema de combate y al menos diez horas de contenido adicional, que transcurren seis meses después de los acontecimientos de la aventura principal.
La punta de lanza en el campo de batalla
A continuación, toca hablar del sistema de combate, una de las mejores facetas de Tales of Graces f Remastered. Como viene siendo habitual, estamos ante un «action RPG» que permite que peleen hasta cuatro jugadores de forma local bajo el clásico «LMBS» de la franquicia, mientras que el timón de explorar recae en uno de ellos. Por si acaso nos lee alguien nuevo en la saga, conviene mencionar que el «LMBS» o «Linear Motion Battle System», es lo que define cómo te mueves por el campo de batalla, sin importar cuál de los cuatro niveles de dificultad escogieras. A grandes rasgos, elijes un adversario al que fijar y puedes acercarte o alejarte de él en línea recta dependiendo de tus necesidades. Asimismo, es posible protegerte, hacer combos extensos o esquivar ataques girando alrededor del enemigo, de una forma similar a obras como Tekken. Dejando esa explicación a un lado, ten presente que no es viable atacar a lo loco, dado que existen «artes» que te exigen colocarte bien para conjurar el hechizo sin que te interrumpan y tus habilidades especiales, así como tus golpes normales, consumen «CC» que se recargan esperando, protegiéndote, a través de pasivas o esquivando en el momento justo.
Por suerte, cada personaje dispone de un estilo de combate muy marcado, por lo que rotar facilita que en todo momento la cosa no pierda su frescor. Lo siguiente a explicar es que, en vez de aumentando de nivel, las pasivas, las «artes» e incluso los trajes alternativos, se pillan subiendo de rango títulos que se obtienen con el avance de la trama, realizando eventos secundarios y mediante tus logros tanto dentro como fuera del campo de batalla. Los títulos se cuentan por cientos y cada uno de ellos da hasta 5 refuerzos que se mantienen cuando cambias a otro, mientras que hay una sexta mejora que ya depende del título que te equipes y de si lo dominaste llevándolo al rango 6 con los «PH» que recibes al ganar encuentros. Si por el motivo que sea te echa para atrás gestionar esto, el autoequipamiento de títulos te permite desentenderte. Cabe destacar que aunque los controlados por la IA son capaces de disponer de todo su arsenal de movimientos, los jugadores deben escoger las 8 «Artes E» que más le convengan, lo cual nos hace agradecer que sea posible cambiar las equipadas hasta en medio de una pelea.
Siguiendo con el hilo del párrafo previo, está el «fusor de eleth», el cual mejora sus capacidades con tu progreso, debes recargarlo en tiendas o posadas y sirve para, automáticamente, consumir comida que te refuerza o cura en momentos de necesidad, sacarle partido a una serie de grimorios o conseguir objetos que te interesen. Ni que decir tiene que cuanto más raro es, más eleth se gasta y menores son las probabilidades de generar dicho objeto. Aparte de con el fusor, el eleth es relevante gracias a que explosiones de eleth se producen cuando se llena cierto medidor, provocando que tu equipo o tus enemigos dejen de estar limitados por los «CC» para usar «artes» y que encima se desbloqueen habilidades que hacen cantidades ingentes de daño. Por si fuera poco, con el pasar de las horas la jugabilidad va ganando capas de profundidad, introduciendo, por ejemplo, auras con diversos efectos si te proteges de forma prolongada, hechizos que mejoran si los cargas más tiempo del necesario, la barra que aumenta las probabilidades de crítico, los ataques rompedefensas, estrategias a seguir por la IA, etcétera. De primeras todo esto quizá suena más complejo de la cuenta, pero no te preocupes, porque introducen los conceptos poco a poco y te aseguramos que no es difícil pillarles el tranquillo.
Como es natural, no todo en esta vida es pelear y como buen RPG que se precia, explorar tiene su miga y no faltan enemigos esquivables que te intentan dar caza, cofres normales o con contraseña, minijuegos, materiales recolectables, cartas coleccionables e incluso puzles dentro de mazmorras. Por lo general, la mayoría de los puzles tienden a ser sencillos e intuitivos, mas logran realzar la sensación de ir de aventuras que da descubrir ruinas. Aquí el fusor de eleth tiene un pequeño papel, pues cuando caminas o corres, genera los objetos o materiales que pongas en la mirilla. Es posible que ahora te preguntes para qué sirven los materiales y si bien son vendibles, es más recomendable usarlos en tiendas para sintetizar objetos valiosos, reunir lo que necesitas para cumplir encargos, cocinar platos nuevos o reforzar armas y armaduras.
Empezando por un indicador de destino, que si lo activas es de mucha ayuda para no perderte mientras exploras, están las mejoras de calidad de vida. Acompañando a las ayudas de la «tienda de rangos», que en la remasterización están disponibles desde el principio, tenemos la posibilidad de omitir conversaciones, esprintar por los escenarios, desactivar enfrentamientos para que los monstruos te ignoren, autoguardado y revanchas inmediatas. También está que ahora las «artes» o los títulos nuevos hacen gala de un icono para que den más el cante y la presencia de un indicador para avisarte de los eventos temporales que hayan cerca. Por último, ya solo falta hablar de “Pruebas de valor”, un modo presente en el menú de inicio, que consiste en escoger una de tus partidas y con los personajes que tengas, enfrentarte a desafíos tan alocados como luchar contra Reala de Tales of Destiny 2 y un puñado de monstruos en miniatura muy escurridizos por su tamaño. No le metieron un ranking online, pero en caso de ganar, te dan premios para la partida que usaras y una puntuación para que te piques con ella de así quererlo.
Un lienzo que florece en la guerra
Yendo ahora al apartado gráfico, nos encontramos con una remasterización que apuesta por aumentar la resolución hasta 1080p en modo dock (720p en portátil), pero que descuida un poco lo que viene siendo actualizar lo demás. Al igual que la entrega original, esta propuesta hace gala de un estilo artístico cel shading, que sin ser puntero, queda resultón. No obstante, no podemos ignorar que el peso de los años se ve reflejado en cosas como que hay ciertas animaciones hechas con el motor del juego que pecan de toscas, efectos visuales que no terminan de integrarse correctamente, muros invisibles, popping ocasional o modelados que pueden dar más de sí.
Por otro lado, está el melón de que, si bien el framerate es sólido como una roca y te acabas acostumbrando con el pasar de las horas, va a tan solo 30 fps y ese hecho no cambia ni siquiera en los combates. Fuera de lo anterior, falta mencionar la presencia de animaciones en 2D dibujadas con destreza, que salen a relucir en acontecimientos importantes de la trama y que durante escenas secundarias, el juego opta por emplear una serie de «sprites» y pequeñas ilustraciones bajo un formato que recuerda bastante al de una novela visual.
En lo referente al campo sonoro, aunque es verdad que hay composiciones que no llegan a ser demasiado memorables, Tales of Graces f Remastered posee un repertorio musical digno, el cual sobrepasa las 100 melodías y con decir que algunas piezas de Motoi Sakuraba las sigo escuchando en bucle mientras escribo esto, lo digo todo. Cambiando de tema, una de las quejas más recurrentes que tuvo esta entrega durante su salida en PlayStation 3, fue la ausencia de voces japonesas en Occidente y por suerte, en esta ocasión dan la posibilidad de elegir.
Por mera preferencia, el redactor de este texto se decantó por el doblaje nipón durante la mayoría de su partida, pero ambas opciones son buenas y gracias a que la remasterización dispone de subtítulos en los diálogos que ocurren tras ganar combates, es más fácil que nunca decantarnos por una u otra sin el miedo de perdernos algo. En cuanto a los efectos de sonido, no notamos nada raro y ayudan sin problemas a que la inmersión sea mayor.
Tales of Graces f Remastered – El valor de una promesa
En definitiva, estamos ante la vuelta al ruedo de un «action RPG» que destaca por poseer uno de los mejores sistemas de combate de su franquicia y un elenco de personajes al que es difícil no cogerle cariño por jugar con ellos desde que son niños que no saben nada de lo cruel que puede ser el mundo. Si buscas una propuesta con una jugabilidad adictiva y que tenga la amistad como uno de sus pilares, acabas de dar con un imprescindible para tu consola.
Hemos analizado Tales of Graces f Remastered gracias a una copia digital cedida por Bandai Namco España. Versión analizada: 1.0.2
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