Este mes en Hablando de… vamos a centrarnos en el creador de una de las sagas de JRPG más famosas en el mundo entero, Final Fantasy. El motivo de desviarnos solo un poco de las figuras más importantes en Nintendo se debe a la gran cantidad de juegos de la saga que llegarán próximamente a Nintendo Switch. En esta ocasión hablamos de alguien que salvó a una compañía entera, de alguien que imaginó una gran aventura que se convirtió en una increíble saga, hablamos de Hironobu Sakaguchi.
De un completo desconocido al salvador de una compañía
Sakaguchi nació en 1962 en Hitachi, Japón. Estudió la carrera de ingeniería eléctrica en la Universidad Nacional de Yokohama, pero no tardó en dejar los estudios tras un semestre para trabajar a tiempo parcial en una empresa llamada Square que, por aquel entonces, formaba parte de la Denyūsha Electric Company. Fue en 1986, fecha en la que Square se separó de esta compañía eléctrica, cuando se convirtió en el Director de Planificación y Desarrollo.
Tras el cambio, y bajo el nombre de Squaresoft, comenzaron a desarrollar títulos para Nintendo Entertainment System (NES), pero desgraciadamente sin éxito, por lo que tras varios años de lanzamientos discretos y de que el propio Sakaguchi llegara a creer que había cometido un error al elegir esa trayectoria profesional, con la empresa ya casi en bancarrota decidió echar el cierre, pero no sin antes lanzar el que iba a ser su canto del cisne, el último juego que iban a desarrollar, su última fantasía, su Final Fantasy.
Sakaguchi y Final Fantasy
Nadie esperaba lo que finalmente ocurrió con ese pequeño juego que habían decidido lanzar como último título en NES, y es que Final Fantasy no solo se convirtió en un éxito de ventas y salvó a la compañía, sino que también se ha convertido en una de las sagas de JRPG más famosas del mundo. A partir de ese momento el nombre de Hironobu Sakaguchi ha estado ligado a la serie durante años, ya que se convirtió en uno de los máximos responsables de la saga, llegando a estar presente hasta el año 2001, cuando obtuvo su mayor fracaso con la franquicia y abandonó Squaresoft.
Y es que tras numerosas entregas de la prestigiosa saga de JRPGs, decidió embarcarse en un proyecto mucho más ambicioso. Tras comprobar que sus últimos juegos poseían unas secuencias de vídeo de gran calidad, decidió cumplir un deseo que le carcomía por dentro, quería ser director de cine, y lo logró con Final Fantasy The Spirits Within, pero ello supuso un antes y un después en su carrera, ya que la película, aunque maravillosamente realizada y con una tecnología de animación por ordenador superior a lo que se había visto con anterioridad, se estrelló en taquilla, llevando así a Squaresoft a una situación económica muy precaria. Lo que hizo que Enix comprara a su antigua rival, formando de esta forma Square-Enix.
El Sakaguchi post-Square
Así y tras 35 grandes títulos a sus espaldas, Hironobu Sakaguchi salió por la puerta de atrás de la ya Square-Enix, aunque no perdió su afán creativo, y tras ese traspiés fundó Mistwalker en la que intentó seguir la misma filosofía que utilizaba en sus anteriores juegos, títulos con una increíble historia que hacía que el jugador se viera inmerso en ella. Junto a él llegó otro de los grandes personajes que se encontraban detrás de la maravillosa saga, más concretamente se hacia cargo de la música, Nobuo Uematsu, genio musical que compuso la banda sonora de todos los Final Fantasy hasta la entrega numero catorce, aunque no compuso la de Final Fantasy XIII. Y es que aunque acompañó a su gran amigo en esa nueva aventura, nunca dejó de trabajar en Square-Enix hasta 2004, 3 años después de la salida de Sakaguchi de la desarrolladora japonesa.
Y así hasta la actualidad, Hironobu Sakaguchi se encuentra enfrascado en lanzar nuevos títulos para todas las plataformas, insinuando que Nintendo Switch podría llegar a ser una firme candidata para recibir algún día alguna de sus próximas obras, como ya ocurrió en su momento con Wii en donde desarrolló en exclusividad The Last Story, un juego de culto que fue realmente ensalzado por la critica y muy bien acogido por el publico, llegando incluso a agotar las existencias.
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