Windbound

Análisis Windbound – Nintendo Switch. Que el viento salvaje empuje tu barco

Fecha de lanzamiento
28 agosto, 2020
Número de jugadores
1
Idiomas
Español, inglés, francés, etc.
Tamaño de la descarga
1221,00 MB
Nuestra puntuación
80

En el pasado 2017 conocimos el aliento de lo salvaje. Breath of the Wild llegó como un vendaval y marcó un antes y un después en los juegos de mundo abierto. La idea de poder explorar todo lo que alcanza la vista no es nueva, pero quizá fue esta entrega de la saga Zelda la que mejor logró sintetizar la exploración libre en un videojuego. Windbound recoge la fórmula y la destila a su manera para ofrecernos una obra de lo más curiosa que suma exploración, supervivencia, crafteo e incluso elementos típicos de un roguelite.

 

Al echarle un ojo a Windbound no se puede evitar pensar en dos juegos, casualmente de la franquicia del Héroe del Tiempo: Breath of the Wild y Wind Waker. Tanto en el apartado artístico como en sus mecánicas se puede sentir esa brisa fresca, ya sea surcando los mares o explorando una nueva y misteriosa isla. Lo más curioso de todo es que Windbound nace de un equipo de cinco personas: 5 Lives Studios. Este es el segundo título que lanzan al mercado, así que, ¿estará la obra de este humilde estudio independiente a la altura? Vamos a verlo en este análisis.

 

 

El sueño de un nautilus

Kara, nuestra protagonista, forma parte de una flota nómada. Para ellos el mar lo es todo: un camino, una fuente de alimento, un hogar… Sin embargo, aunque el mar a veces es tu esperanza, también puede ser tu perdición. Cuando una poderosa tormenta cae sobre la flota y destruye su barco, Kara termina naufragando en un misterioso archipiélago. Sin nada más a mano que la ropa que vestía y un rudimentario cuchillo, Kara debe hacer frente a la adversidad y sobrevivir, o al menos esa es la idea en un comienzo, pues nuestra muchacha tiene otro destino muy diferente.

 

La historia de Windbound se cuenta a través de su mundo. Aquí no hay ningún NPC que nos explique qué está pasando ni qué debemos hacer, pues es el jugador el que debe interpretar cada pedacito de información que se puede extraer en cada momento. De esta forma se colabora a elaborar el ambiente de misterio que envuelve todo el título, siendo una de las brisas que interviene a la hora de empujar la obra hacia delante. A pesar del misterio, del vasto mar en el que se navega y las criaturas hostiles que amenazan la supervivencia de Kara, en ningún momento he sentido el miedo o la inquietud que sí están presentes en otros juegos donde uno de los objetivos principales es mantenerse con vida. Y digo esto para remarcar que Windbound ofrece siempre una experiencia agradable y segura, por muchos obstáculos que haya en el camino del jugador.

 

Windbound

Como he mencionado al principio, este juego incluye mecánicas de fabricación de herramientas y otros objetos que nos ayudan enormemente durante la aventura. Por ello es muy importante recolectar todo lo que podamos, comprobar bien qué objetos se pueden crear en cada momento y progresar en la calidad de los mismos. Uno de los mejores ejemplos de progresión es el barco, y quizá es el elemento más importante y el que siempre debe estar en nuestro punto de mira. Las islas que podemos visitar no son especialmente grandes, pero se encuentran en un mar enorme que debemos aprender a navegar y respetar. Las mecánicas que nos permiten surcar las olas a bordo de las embarcaciones que podemos fabricar son maravillosas, pues no cometen el error de imitar los clásicos controles que podemos encontrar al controlar un coche. Además de manejar la vela del barco para avanzar, Windbound nos obliga a hacernos amigos del viento y ser uno con las olas. Una mala decisión podría destrozar tu querida embarcación, y con ello tus esperanzas de sobrevivir.

 

Mientras que en mar abierto tenemos que fijar un nuevo objetivo en nuestro viaje e intentar llegar hasta ahí, en tierra la misión de Kara pasa a ser otra: recolectar y cazar. La recolecta es sencilla e intuitiva, pero el peligro aparece durante la caza. El cuchillo que lleva a mano nuestra querida protagonista no resulta demasiado útil para acabar con la vida de nuestras presas, por lo que es necesario (aunque no obligatorio) fabricar armas más eficaces y con las que poder abarcar cacerías más exigentes. ¿Prefieres atacar desde una distancia segura? Un arco puede ser una buena elección, aunque si te quedas sin flechas resulta inútil; una honda es menos efectiva, pero encontrar munición es mucho más sencillo. ¿Eres más valiente y eliges luchar a corta distancia? Una buena lanza será tu aliada, ¡pero procura que no se te rompa en un momento crítico!

Windbound

 

Danzando al son del viento, bailando con las olas…

Respecto a la estructura del juego, queda dividido en cinco capítulos, con una zona intermedia tras cada uno de ellos. Para avanzar de un capítulo a otro Kara debe encontrar y activar una especie de santuarios al estilo de las torres de Breath of the Wild (o como las de Código Lyoko, ya me entiendes). Tras activar las tres estructuras del capítulo se desbloquea el camino hacia el siguiente. En algunas zonas concretas de algunas islas, en los propios santuarios y en las zonas intermedias es donde Windbound suelta a cuentagotas su historia que, ya que lo comparamos con la primera aventura de Link en la híbrida, también se centra en lo que ocurrió más que en el propio presente. Debo añadir a su favor que son esos sucesos los que de verdad resultan de interés para el jugador. ¿Cómo hemos llegado a este punto? ¿Por qué está Kara en este archipiélago? ¿Qué tienen que ver los nautilus en todo esto?

 

Windbound ofrece desde el principio dos modos de vivir la aventura: supervivencia e historia. Como te puedes imaginar, el segundo elimina los elementos del primero que frenan la progresión para que puedas disfrutar de la brisa del mar sin demasiadas preocupaciones. Concretamente, el modo supervivencia funciona como si de un roguelite se tratase: cuando mueres pierdes tu progreso y las islas vuelven a generarse aleatoriamente, aunque conservas unos cuantos objetos del inventario. La otra opción hace regresar a Kara al comienzo del capítulo sin sacrificar parte de sus objetos, ¡pero aun así pierde su barco y todo lo que haya en él! Este par de modalidades son suficientes para adaptar la obra al tipo de experiencia que busque cada jugador, por lo que Windbound consigue surcar esta ola.

Windbound

Hasta ahora el mar ha estado en calma, pero se avecinan tormentas… Todo viaje tiene sus altibajos, y el de Kara no es menos, así que toca hablar de los problemas de Windbound. El primero y más importante es que en ocasiones el juego se cierra al pasar de un capítulo a otro, y si no has guardado la partida en un rato pues ya te puedes imaginar lo que toca. Quizá en futuras actualizaciones se corrija este error, pues es puramente técnico. Por otro lado, en el apartado jugable podemos achacarle lo repetitivo que resulta seguir una y otra vez el esquema buscar islas, activar «santuarios» y pasar al siguiente capítulo, sobre todo cuando se llega a ese punto de la aventura donde realmente no hay nada por descubrir (y no se tarda mucho en llegar ahí). Además, aunque no sea un error, navegar a contraviento cuando nuestro destino está sí o sí en esa dirección puede agotar la paciencia de algunos.

 

Durante todo el texto he estado contando el viaje de Kara, pero ahora llega el momento de hablar de mi viaje y mis experiencias. Tras naufragar en la primera isla lo primero que sentí fue el aliento de lo salvaje (por eso hago tanta referencia al juego de Link); esa sensación de libertad y misterio que conforme avanzas fluye, va y viene, como el propio mar. Ir atando cabos e imaginar todo lo que sucedió en aquellas islas no fue suficiente para empujar las velas de mi aventura, pues terminó pesando más el anhelo de explorar el archipiélago, descubrir su fauna y su flora, hacerle frente a los obstáculos que amenazasen mi supervivencia y, sobre todo navegar. Construir un barco cada vez más capaz, personalizarlo a mi gusto e izar las velas para surcar ese vasto y precioso mar es realmente agradable. Mis partes favoritas del viaje han sido esas zonas intermedias donde debes poner a prueba tus habilidades de navegación y bailar al ritmo de las olas. Es cierto que mi experiencia se ha visto nublada por esos errores que cierran el juego de golpe, y que realmente el juego dura bastante más de lo que tardas en descubrir todo lo que ofrece, pero Windbound ha sido un barco del que no me arrepiento haberme subido.

Windbound

 

Windbound – Una aventura que llega a buen puerto

Navegar por el misterioso océano de Windbound, enfrentarse a sus criaturas y descubrir lo que ocultan sus islas resulta ser una experiencia muy disfrutable. El título nos llega en perfecto español, detalle que por supuesto se agradece. Pese a tener algún bug y llegar a repetirse (o quedarse corto) en sus mecánicas de supervivencia, el resto de apartados del juego logran que se le perdonen sus carencias. Como habrás podido ver en las imágenes, el estilo artístico es sublime, y a este le acompaña una banda sonora minimalista que termina de sazonar la sensación de exploración y libertad. En definitiva, merece la pena surcar los mares en la aventura de Kara.

 

WindboundHemos analizado Windbound gracias a un código digital cedido por Koch Media. Versión analizada: 1.0.3

Windbound
Zarpa hacia tu destino, surca el ancho mar
Windbound consigue cuajar una aventura marítima que aúna supervivencia y fabricación de objetos. Con clara inspiración en dos de los mejores juegos de The Legend of Zelda, no se conforma con apegarse a ellos y zarpa para encontrarse a sí mismo (con bastante éxito). Si bien hay escasos fallos técnicos y su esquema resulta repetitivo a partir de la segunda mitad del juego, el viaje de Kara y los nautilus logra consolidarse como una buena aventura que invita a explorar y dejarse llevar por la brisa del mar.
PROS
Navegar es una delicia. ¡Déjate llevar por el viento!
Sus apartados visual y sonoro son una maravilla
Su modo supervivencia lo vuelve muy rejugable
CONTRAS
Todavía tiene pequeños bugs que corregir
Se torna repetitivo durante los últimos compases de la aventura
80