
Cuando Valve llevó a cabo el lanzamiento de la, ya mítica, The Orange Box, probablemente ni se imaginaba que, al menos para muchos de nosotros, lo más llamativo no llegaría de la mano de Half Life o Team Fortress, sino más bien de uno de sus teloneros… ¡Portal! Un videojuego que marcó un antes y un después en la industria del entretenimiento con una propuesta que lograba combinar de una forma excelente los puzles (sí, esos por los que ya nadie apostaba un duro), la jugabilidad en primera persona típica de cualquier FPS y una soberbia narrativa que aún retumba en la cabeza de muchos de nosotros. Desde entonces, son muchos los títulos que han seguido, con distinta suerte, dicho camino. Acercamientos que han llegado a Nintendo Switch de la mano de obras como The Turing Test o Qube y que han logrado nutrir al catálogo de la híbrida de los de Kioto de un ¿nuevo? género, los First Person Puzle. El estudio español Mighty Polygon era más que consciente de ello cuando comenzó a dar forma a su ópera prima. Relicta nos presenta una propuesta en primera persona, que no solo renuncia a la cadencia de tiro del fusil de asalto de turno, sino que apuesta por unos bellos escenarios y una cuidada narrativa como complemento perfecto a sus distintos rompecabezas. Ahora, un tiempo después de su lanzamiento en el resto de plataformas disponibles, Relicta llega a Nintendo Switch de la mano de Koch Media y su sello Ravenscourt para demostrar que los puzles también pueden ser híbridos. ¡Dentro análisis!
Gravedad al cubo (lunar)
Relicta nos pone en la piel de la Doctora Angelica Patel. Una científica, especializada en física y magnetismo, que ha quedado atrapada en una base abandonada en la mismísima luna. Por si todo lo anterior no fuera suficiente, frente a nosotros se nos presentan multitud de misterios e intrigas por resolver en torno a un extraño artefacto que, precisamente, permite manipular los objetos. No vamos a entrar en demasiados detalles de cara a evitar cualquier tipo de spoiler. Algo fundamental en un título con un fuerte componente narrativo. Solo os diremos una cosa, dichas propiedades magnéticas y físicas son las que nutren el 90% de la base jugable del título que aquí nos ocupa. Es decir, y conviene recalcarlo de cara a evitar cualquier tipo de mal entendido, su ingrediente narrativo, aunque bien hilvanado y consistente, es meramente contemplativo. El componente exploratorio es limitado y nuestros caminos no dejan de ser el nexo de unión entre el puzle A y el puzle B. Efectivamente, dichos puzles constituyen el groso, casi total, de su apartado jugable. Y esto no es algo malo per se, como podréis leer más adelante. No obstante, conviene puntualizarlo desde el principio para evitar cualquier tipo de malentendido.
Jugablemente hablando contamos con dos zonas bien diferenciadas. En la primera, nuestra tarea se centra en recorrer la base, recolectar diversos coleccionables (que, como suele ocurrir en estos casos, añaden algo de información extra) o incluso hablar con algún que otro personaje. No obstante, como he comentado más arriba, estos momentos se vuelven un tanto nimios. Como un añadido destinado a aportar profundidad y variedad a sus mecánicas, que no termina de cuajar. En segundo lugar, el verdadero protagonista. Nuestras incursiones al exterior, a través de unos entornos realmente hermosos, en busca de diversas pruebas que logran poner a prueba todo nuestro ingenio.
El sistema de control, obviando la ausencia de armas, es el típico de cualquier FPS con algunas particularidades. Contamos con unos guantes con propiedades que nos permiten controlar diversos elementos (bloques) a nuestra disposición. Puede parecer sencillo, y al principio lo es. No obstante, y a pesar de contar con una curva de dificultad casi siempre bien calibrada, aquí NO nos encontramos ante una suerte de paseo contemplativo. Podemos recoger bloques, sí, pero lo que realmente dota de profundidad a las mecánicas de Relicta es su sistema de colores. Y es que con los gatillos podemos cambiar los colores de dichos bloques. Algo de vital importancia si tenemos en cuenta que los de la misma tonalidad se atraen y los de diferentes colores se repelen. Si a ello sumamos que, gracias a las propiedades gravitatorias de los guantes, podemos hacer que dichos elementos floten, o no, en el aire, nos encontramos con las suficientes variables sobre el terreno de juego para dotar de un amplio surtido de posibilidades a los puzles presentes en esta obra.
Los entornos son bastante limitados y hasta su último centímetro cuadrado ha sido pensado para formar parte de las distintas, e ingeniosas, pruebas que se nos presentan. Como hándicap, contamos con diversos «cortafuegos» con determinadas particularidades. Mientras las barreras amarillas nos impiden avanzar (hasta resolver la prueba de turno), las moradas se pueden atravesar, pero no permiten transportar bloques de un lado a otro. Por su parte, las rojas pertenecen a zonas por las que ya hemos pasado y a las que tampoco podemos regresar. Es cierto que contamos con más variables a tener en cuenta. No obstante, las vais a tener que descubrir por vosotros mismos. Y es que precisamente de eso va Relicta. Los controles resultan bastante fluidos. Es cierto que, como ocurre en cualquier juego de este mismo índole, el sistema de físicas nos ha causado algún que otro problema. No obstante, las sensaciones generales son bastante positivas. Y, si la cosa se pone fea (que se va a poner), siempre podemos reiniciar el «nivel». Algo que, en más de una ocasión, nos ha sacado las castañas del fuego.
Rompecabezas con mucho arte
Llega la hora de adentrarnos en otro de lo aspectos con los que el título que aquí nos ocupa pretende llamar nuestra atención, su apartado gráfico. Y es que Relicta luce bastante bien. Es cierto que no nos encontramos ante ningún tipo de portento visual. No obstante, el trabajo que Mighty Polygon ha realizado con Unreal Engine es bastante meritorio. No voy a negar que, sobre todo en las zonas de «investigación», los escenarios (cerrados) se vuelven bastante repetitivos. No obstante, es en el exterior donde la cosa cambia, mostrando entornos, que van desde la tundra hasta glaciares o desiertos, de una gran belleza. Algo que hace aún más ameno y llevadero unos «enfrentamientos» en los que estamos armados tan solo con nuestro maltrecho y pertrechado ingenio. En lo relativo a su apartado sonoro, Relicta nos llega con voces en inglés y textos en perfecto castellano. Por otro lado, las distintas melodías existentes logran acompañar correctamente durante toda la aventura. Aunque, eso sí, ninguna de ellas destaca hasta el punto de perdurar en nuestra cabeza.
Si en relación a su rendimiento os mencionábamos, unas líneas más arriba, que todo se mueve con soltura y fluidez, tanto en modo portátil como en sobremesa. En términos de durabilidad hacemos, igualmente, alusión a la fluidez. ¿El motivo? Nos encontramos ante un título de puzles, lo que nos lleva a no poder dar una cifra exacta. Como ya os imaginaréis, todo va a depender de vuestra habilidad resolviendo dichos acertijos. No obstante, nos encontramos ante un título muy orgánico y a poco que os familiaricéis con sus mecánicas, sin perder de vista vuestro entorno, completar el título os puede llevar en torno a las 10 horas. Todo ello sin mencionar los 24 puzles adicionales incluidos en su contenido adicional Algo, por otro lado, bastante meritorio si tenemos en cuenta el género que aquí nos ocupa. No obstante, volvemos a hacer hincapié en lo evidente. Relicta no es un título extremadamente exigente, pero si requiere que asimilemos sus mecánicas y observemos detenidamente nuestro entorno. En caso contrario… la desesperación va a hacer acto de presencia más pronto que tarde. Por otro lado, es cierto que los distintos acertijos presentes en el juego son similares entre sí. No obstante, suponen suficiente reto como para mantenernos entretenidos. Por desgracia, las secciones de exploración si que pueden terminar resultando bastante repetitivas. Y es que los distintos coleccionables no llegan a suponer un aliciente lo suficientemente goloso para el jugador.

Relicta – Un título con mucho magnetismo
Relicta es un título en primera persona cuyo núcleo jugable, con la física como protagonista, apunta a la resolución de puzles. Una propuesta que se inspira en obras como el ya mítico Portal, pero que va un pasito más allá al presentarnos, como elementos complementarios, algunos instantes de exploración, así como una cuidada narrativa (inspirada en diversos clásicos de la ciencia ficción). Es cierto que dichos instantes no aportan demasiada notoriedad ni trascendencia al título, y que tampoco acaban de ser demasiado profundos. No obstante, no podemos negar que, a pesar de quedarnos con la sensación de haber perdido la oportunidad de ver un título único e irrepetible, dichos instantes logran hacer más llevaderos los momentos más intrincados y resolutivos. Y hablando de resolución, no podemos olvidarnos de que, precisamente, dichos puzles se erigen como verdaderos protagonista de Relicta. Lográndolo no de cualquier forma… su ajustada y orgánica curva de dificultad nos va presentando de forma paulatina una serie de acertijos que nos han llevado a exprimir, sin llegar a la desesperación, todo nuestro ingenio. Sin lugar a dudas, la labor de Mighty Polygon en este apartado merece ser destacada. Por otro lado, nos encontramos, y ya entramos en su apartado artístico, unos escenarios que, sin ser punteros técnicamente hablando, logran sacar partido del motor gráfico Unreal Ungine para presentarnos diversos y variados entornos de una gran belleza. En definitiva, un juego, disfrutable con la mirada y el ingenio, que gustará a los amantes del género, resolutivo, que aquí nos ocupa.
Hemos analizado Relicta gracias a un código digital cedido por Koch Media. Versión analizada 1.0.
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