La gente lo describe como una mezcla entre Terraria, Minecraft y Stardew Valley. ¿Pero sabéis qué? Core Keeper es mucho más que «un batiburrillo de ideas» prestadas de otros juegos. Durante estas semanas le hemos dedicado una buena colección de decenas de horas a este videojuego, tanto en modo para un jugador, como en modo multijugador, demostrándonos que es un título con personalidad propia. Por supuesto, muchas veces no puedes evitar realizar comparaciones, porque bien cierto es que bebe de las bases que han sentado estos videojuegos. ¡De todo ello hablaremos en este análisis de Core Keeper en su versión Nintendo Switch!
¡POR CIERTO! A lo largo de este análisis encontrarás una serie de vídeos, pertenecientes a los cuatro streamings de Core Keeper que hemos hecho hasta el momento. Te recomendamos que no te pares mucho en los primeros, ¡lo emocionante está en los dos últimos vídeos! Los hemos puesto todos par que podáis ver la evolución de nuestra base desde el inicio, hasta la actualidad. Y empezamos, ¡con el primero!
Logrando crear el factor aventura
Una de las cuestiones que más valoro en este tipo de juegos, es crear esa sensación de aventurarte en lo desconocido, sin saber lo que vas a encontrar. He jugado miles de horas a Minecraft, y he de decir que, llegado a un momento, hace años me sentí muy decepcionado precisamente por la ausencia de esta sensación. ¿Hace años? Sí, las cosas han cambiado bastante con las últimas actualizaciones. Pero, a lo que me refiero, es que en Minecraft puedes ir más allá, y un poco más allá. Seguir avanzando… Y llega un momento en el que puedes detenerte y decir con total seguridad: sé lo que me voy a encontrar, no hay forma de que puedan sorprenderme. Ojo, que sigo jugando a Minecraft y, lo dicho, las últimas actualizaciones han logrado darle más vida al juego en ese sentido.
Por supuesto, jugar a algo fresco y nuevo como es Core Keeper «es trampa» en ese sentido. Todo de por sí es nuevo para ti, por lo que no es válido comparar un juego al que has jugado años, con una experiencia totalmente inédita. Por eso, para realizar un análisis realista de un videojuego debes enfrentarte a la experiencia las horas suficientes para conocer dónde están esas limitaciones que seguro que te vas a encontrar.
Jugando con las incógnitas
En un principio, Core Keeper es una incógnita. Tras un derrumbe, apareces en el subsuelo. Te mueves por la penumbra, tratando de limpiar el terreno de bloques y maleza, cuando deslumbras una serie de estatuas envueltas en completo misterio, para pasar a preguntarte qué demonios tengo que hacer con ellas. ¿Y sabes qué? Esto me parece maravilloso.
Antes de eso, has escogido una clase de entre 10 a elegir, brindándote mejoras en ciertas estadísticas, o apareciendo en el mundo con objetos que pueden ayudarte a que las cosas sean más sencillas. También hay una opción para quién no se decida, con todos los valores equilibrados y ningún objeto. Y a partir de ahí… ¿qué debes hacer?
Si has jugado a juegos como Terraria o Minecraft, las manos se te moverán solas, y buscarás cosas que encontrarás, y otras que no. La cosa está clara: tienes que avanzar, adentrarte en las profundidades, poner lo que encuentres en un lugar seguro porque, eh, vas a tener el inventario a reventar a cada instante. Estás muy acostumbrado a todo eso, ¿no? Pero, volvamos a las estatuas… ¿QUÉ TENGO QUE HACER CON ELLAS?
Soluciones ocultas con elegancia
Como decía, esta es una de las cuestiones que más me han gustado de Core Keeper. Las respuestas no son completamente evidentes, muchas veces tienes que investigar, probar cosas, etc. Y el momento en el que encuentras la solución, es uno glorioso. Vivimos en una era en la que muchos juegos de aventura tienen pistas en forma, a veces, de flechas gigantes apuntando a lo que tienes que hacer. Core Keeper nos devuelve un poco de esa magia del pasado, en la que probábamos y probábamos cosas hasta encontrar la que funcionaba. Sí, un poco, pues es muy «elegante» a la hora de hacer esto. Es decir, hay pistas, pero no son tan evidentes como las de otros videojuegos.
También hay que decir que esto solo es una porción pequeñita de la experiencia, y que la base de su jugabilidad es adentrarnos a golpe de pico, maza, taladro, etc., más y más en su titánico mapeado, luchar contra enemigos y hordas de ellos con las armas y armaduras que vayamos forjando, o encontrando por el camino, regresar a nuestra base para aliviar la carga de nuestros limitados (pero crecientes) huecos de inventario, construirla para reforzarla, hacerla más grande, plantar cultivos, cuidar animales, actualizar mesas de creación… Todo esto se convierte en un proceso muy amigable y disfrutable, en el que siempre te encuentras haciendo cosas diferentes, convirtiendo la experiencia en una muy dinámica.
Cada partida es un mundo diferente
Como ocurre con los citados videojuegos (menos en el caso de Stardew Valley, con el que, sinceramente, no le veo paralelismos a destacar, más allá de los cultivos, etc., y una «colaboración musical» que encontrarás), el mundo en Core Keeper se genera de forma procedural para cada jugador, por lo que mi mundo, no puede ser igual que el tuyo. Una de las cosas que más me sorprendió, es que uno de los jefes iniciales prácticamente apareció al lado de la zona inicial, por lo que fue el primero al que me enfrenté sin pensarlo demasiado… Y morí sin más remedio.
A los enfrentamientos contra jefes se va preparado, y si es con amigos, ¡mucho mejor! Eso sí: cada vez que se una alguien a tu partida, verás un mensaje que te indica que los enemigos acaban de hacerse más fuertes. Lo contrario ocurre cuando dejan tu mundo. Aunque las batallas básicamente consisten en golpear al jefe sin parar, esquivando sus ataques, he de decir que he disfrutado mucho de esta simpleza. Ojo con esto: los jefes de por sí son una pasada, tienen sus patrones de ataque, incluso diferentes fases en las que los cambian. Además, están representados por medio de un pixelart, que simplemente enamora.
Quizás una de las cosas que menos me ha gustado es la gestión del inventario, o soluciones para que el almacenaje no sea un caos. Que tener, tiene algunas ayudas interesantes, como que los cofres tienen un radio de abastecimiento de materiales para las mesas de creación, algo que nos ha gustado un montón pues evita que, a la hora de crear, te obligue a tener los materiales encima. También hablamos de un título que se nos antoja que puede evolucionar por medio de actualizaciones, así que esperamos ver mejoras al respecto.
Artísticamente más allá de lo que aparenta inicialmente
Core Keeper puede engañar, sobre todo a aquellos que no aprecian los píxeles. Bajo su capa retro se esconde una maravilla a varios niveles. Su banda sonora es variada, con temas épicos, también otros que fomentan esa sensación de aventura de la que tanto hablo. En algunos casos me he visto transportado a los tiempos de los 16 bits, jugando a clásicos como mi amado Secret of Mana.
Todo esto, no es otra cosa que un suma y sigue para mí, aunque he de decir que me he encontrado algún pequeño fallo por el camino, que supongo que se solucionará con actualizaciones. A veces, cuando estás en los límites de un bioma y otro, (insisto, «a veces») la banda sonora puede «hacerse un lío». Comienza a sonar la canción del nuevo bioma, se para unos segundos, parece que va a empezar la del otro, vuelve a sonar otra vez la misma. Posiblemente que los mundos sean procedurales tengan parte de culpa.
Otra pequeña mini queja que podría tener, es que me gustaría acercar o alejar la cámara a mi gusto. No nos equivoquemos con esto, pues la vista aérea fija de Core Keeper es la mejor para la experiencia, pero en algunos momentos te gustaría poder hacer un poquito más de zoom, por ejemplo, para distinguir los objetos que ha soltado un enemigo.
Glorioso en solitario, en compañía mucho más
El modo multijugador de Core Keeper nos permite jugar hasta 4 jugadores exclusivamente a través de Internet… en lo que respecta a la versión Nintendo Switch, además no dispone de crossplay. Al inicio de tu partida puedes crear una online, u offline, pero no ocurre como en otros juegos que son partidas por separado. Es el mismo mundo, pero jugable desde ambos modos. Por cierto, las versiones para Nintendo Switch, Xbox 360 y PlayStation 4 están limitadas a 4 jugadores, mientras que las disponibles para PC, Xbox Series y PlayStation 5 permiten hasta 8. Si esto cambiará en un futuro, es algo que desconocemos.
En este sentido, no vendrían mal opciones de comunicación, pues no tiene chat de ningún tipo, y alguna que otra característica adicional para configurar partidas online. Y ya no digamos un modo local, para cuando no disponemos de Internet, pero sí de gente al lado con la que jugar, algo que en Nintendo Switch es muy posible.
En multijugador, la experiencia crece exponencialmente, y puede dirigirse a las preferencias de cada participante. Por ejemplo, a mí me encanta explorar y farmear materiales, mientras a Nica (mi compi de viaje en la vida, la veréis en los vídeos) le encanta crear bases y decorarlas, cuidar animales, cultivar, etc., además de explorar, por supuesto. Hemos jugado principalmente a 3 jugadores, y lo hemos pasado genial, cada uno por nuestro lado por el mundo de Core Keeper, reuniéndonos cuando era necesario. ¡Y lo hemos pasado muy bien!
Objetos y experiencia diferentes, pero similares
Si tienes experiencia con juegos similares, moverte por los menús de inventario y demás, te será muy sencillo. La curva de aprendizaje, con esa experiencia previa, es bastante baja. Si vienes «de nuevas», tampoco te costará mucho hacerte con los controles y menús, también porque no irás en busca de las opciones de otros juegos.
Decir que me encanta el sistema de mascotas, pero el de objetos me desilusionó un poco inicialmente. Aquí viene cuando menciono directamente Terraria (con el que también tiene una colaboración), porque me encanta cómo este juego te puede dar una espada, un pico, o lo que sea, encontrar uno de la misma clase y que sea radicalmente distinto en cuanto a sus estadísticas. Entiendo que esto se ha hecho así para cuidar el equilibrio concreto de Core Keeper, sumado a que llegado a un punto vas a poder mejorar esos objetos para que tengan mejores estadísticas. Pero es cierto que cuando te encuentras el mismo anillo, armadura, etc., 20 veces, pues puede llegar un poco a cansar. Insisto: estoy seguro de que se ha hecho con fin de mantener el equilibrio, y luego está que hay ciertos objetos que son muy raros de obtener; ahí es donde se compensa todo.
Core Keeper, ¡esperamos que una experiencia creciente!
Si Core Keeper sigue la estela de otros juegos del género, no se detendrá donde está. Pero que conste que, este juego que ha estado más de un año en Early Access, creciendo por el camino, es de por sí una experiencia titánica y completa. Es un videojuego que nos ha encantando, porque desde un principio se siente muy amable y agradable (a no ser que pongas el modo con permadeath) para comenzar a adentrarte en él y por esa sensación de aventura, en la que muchas cosas no están decididas de un principio, y el libre albedrío puede causar accidentes fatales… que me lo digan a mí (mira el tweet de abajo).
«Voy a darle una sorpresilla a @anagp1983, colocando la nueva mesa de trabajo». La pongo, pero mal orientada, la quito, voy a ponerla otra vez y…#Torpe #CoreKeeper #PerdónameNica #Eraconbuenaintención #Buenoenrealidadlaculpaestuyapordarmebombas pic.twitter.com/BMqsCLebm4
— Rafa Mañas – ALIAS79 (@Alias79NN) November 22, 2024
Bien cierto es que bebe de otras experiencias, eso es innegable, pero es perfectamente complementario a cualquier videojuego que puedas citar, porque de por sí es un título con personalidad propia y mucho que ofrecer.
Hemos analizado Core Keeper en su versión 1.0.1.5 de Nintendo Switch gracias a un código de descarga proporcionado por Pugstorm
Debe estar conectado para enviar un comentario.