Arise a Simple Story

Análisis Arise: A simple story Definitive Edition – Nintendo Switch. Un canto al amor y a la vida

Arise a Simple Story
Fecha de lanzamiento
28 abril, 2022
Número de Jugadores
1
Tamaño de la Descarga
3620,00 MB
Idiomas
Español, inglés, alemán, etc.
Nuestra puntuación
80

Siempre he sido de los que piensan que poner en valor nuestro escenario personal y social resulta de vital importancia. No obstante, enriquecernos cultural y emocionalmente tampoco resulta un asunto baladí. Cualquier viaje que implique enriquecimiento es bien recibido. Más aún cuando se utilizan los videojuegos como perfecto catalizador o, simplemente, transmisor de un mensaje a través de una línea artística, visual o sonora. No en vano, se trata de algo que, con mayor o menor fortuna, han intentado plasmar distintas obras del panorama videojueguil. Destacando verdaderos lienzos plataformeros de la talla de GRIS, Rime o el juego que aquí nos ocupa, Arise: A Simple Story.

 

Y probablemente eso debieron pensar en Piccolo Studio a la hora de dar forma a su última obra, Arise: A Simple Story. Un juego que, tras su desembarco a finales de 2019 en PS4, Xbox One y PC, llega ahora a Nintendo Switch bajo la coletilla «Definitive Edition». Y si, como ya ocurrió con los dos títulos anteriormente mencionados se trata de un producto 100% español. Sin lugar a dudas, ¡el talento emocional abunda en nuestro país!

 

 

Una aventura de amor y pérdida

Arise: A Simple Story nos presenta una historia tremendamente simple. El viaje emocional y vital de un anciano tras su muerte. No obstante, suele decirse que la magia y la belleza de la vida se encuentra, precisamente, en lo sencillo. Y es algo que resulta totalmente aplicable al juego que aquí nos ocupa. Por eso mismo lo que desfila ante nuestros incrédulos ojos es toda una montaña rusa de emociones y sentimientos que van desde la alegría hasta el amor, la rabia o la tristeza.

 

La vida significa todo lo que día a día soñamos que sea, solo es una continuidad que no se detiene… una continuidad que duele muchas veces

 

Y es que no existe viaje más simple y a la par más complejo que el de nuestra propia vida. Es por ello que Arise: A Simple Story: Definitive Edition nos va presentando, durante la aventura, una sucesión de recuerdos y momentos con los que cualquiera de nosotros podría sentirse identificado. Y esa es, precisamente, una de las grandes virtudes de la obra de Piccolo Studio. No en vano, ha logrado imbuir a toda esta deliciosa experiencia de alma y latido propio.

 

Marshall Rosenberg sostenía que la empatía reside en la habilidad de estar presente sin opinión alguna. Y, ciertamente, eso es lo que ocurre aquí. No hay opinión, solo hay sentimientos, emociones y, sobre todo, empatía hacia lo que discurre frente a nuestros incrédulos ojos. Lograr generar, sin mediar palabra alguna, semejante carga narrativa es todo un logro que bien merece nuestro respeto y admiración.

 

 

 

Un lienzo emocional que se viste de plataformas y puzles

Sentir es algo vital para la experiencia de cualquier ser humano. No obstante, si Arise: A Simple Story se limitara a ello nos encontraríamos ante una suerte de paseo contemplativo carente de interactividad. Y eso no es del todo cierto. La experiencia que aquí nos ocupa se viste de plataformas 3D y puzles. La mecánica central del juego nos permite manipular el tiempo, gracias a una suerte de rebobinado, para de esta forma modificar nuestro entorno y poder resolver una serie de rompecabezas y superar diferentes secciones de plataformas.

 

El hecho de que se trate, más allá del salto, la escalada o de la posibilidad de balancearnos, de la única mecánica del juego podría haber supuesto un arma de doble filo. Por suerte, la forma en la que se modifica nuestro entorno al alterar el tiempo hace que todos los puzles, aunque sencillos, resulten ingeniosos de principio a fin. Sin embargo, hemos sufrido algún que otro traspiés que nos ha dejado en una caída en bucle o atascados en un recoveco sin poder salir.

 

Cada uno de sus niveles cuenta con una ambientación propia que se adapta como anillo al dedo a su concepto jugable. No en vano, las distintas fases no dejan de ser fragmentos de recuerdos impregnados de la experiencia vital de nuestro protagonista. Por otro lado, contamos con la posibilidad de jugar, valga la redundancia, junto a otro jugador para que nos ayude a controlar el discurrir del flujo temporal. Sinceramente, tener que sincronizarnos con nuestro compañero de partida resulta una alternativa divertida a la aventura en solitario. Eso sí, que nadie busque un reto a la altura del metroidvania de turno. No obstante, tampoco lo necesita. Ya que aquí el premio es, precisamente, el viaje en si mismo.

 

 

Como novedad presente en esta edición se nos permite controlar el fluir del tiempo con el giroscopio. Un añadido que se agradece, pero que hemos obviado. Manteniendo, en nuestro caso, el control tradicional con el stick derecho. Por otro lado, y como parte del resto de novedades de una «Definitive Edition» exclusiva de la híbrida, contamos con un modo fotografía, un libro de arte y la BSO en formato digital.

 

En términos de durabilidad, el juego puede ser completado perfectamente en unas 4 o 5 horas. Y el único aliciente para rejugarlo pasa por recuperar todos los recuerdos escondidos en los diferentes niveles. Eso sí, han sido 4 intensas y emocionantes horas.

 

Arise a Simple Story

 

Un canto artístico a los pequeños grandes momentos que nos da la vida

Entramos en otro de los pilares estructurales de Arise: A Simple Story, su apartado artístico. Visualmente nos encontramos ante una aventura en 3D con cámara fija que, a pesar de su sencillez, brilla con luz propia. Efectos de luces, colorida paleta de colores, cuidados entornos. Puede que en ocasiones los entornos resulten algo vacíos. No obstante, Piccolo Studio ha sabido aprovechar dichas limitaciones para mostrar un maravilloso e intimista mundo en el que las emociones están a flor de piel.

 

Si que nos hemos encontrado, sobre todo en modo portátil, momentos en los que la aventura luce demasiado borrosa. Algo que nos ha recordado a los defectos vistos en obras como Rime. Algo que, dada la escasa carga poligonal del juego, solo podemos achacar a algún que otro problema de optimización.

 

Arise a Simple Story

 

En lo referente a su BSO la experiencia ha sido simplemente maravillosa. Solo tuvieron que pasar unos segundos para sentir un déjà vu al escuchar sus conmovedoras composiciones. Y es que el genio vigués David García, ganador de un BAFTA en Hellblade: Senua’s Sacrifice y responsable del apartado sonoro de RIME, logra dar vida propia a cada una de sus composiciones en una suerte de orgánica sintonía con los entornos y las mecánicas de juego.

 

Arise: A Simple Story Definitive Edition. Belleza en estado vital

Arise: A Simple Story Definitive Edition se nos presenta, así de improviso, como un íntimo, y alegórico, viaje a lo largo y ancho de los recuerdos de nuestro protagonista. Puede que haya quien lo interprete como una despedida, pero en nuestro caso hemos ido un paso más allá. Recorrer una montaña nevada en busca de un haz de luz al final de un camino repleto de interludios y recuerdos puede servirnos de ejemplo más que clarificador. Entendiendo la muerte no como final sino como comienzo de una nueva etapa.

 

Su delicioso apartado artístico, la mecánica de juego que hace fluir el tiempo o su fuerte carga emocional son los puntos fuertes de una experiencia única e irrepetible. Es cierto que la aventura no supone reto alguno y que se trata de una experiencia tan intensa como corta con algún que otro fallo jugable o de rendimiento. No obstante, la ópera prima de los barceloneses de Piccolo Studio ha logrado situarse dentro del basto catálogo de Nintendo Switch como una opción muy a tener en cuenta.

 

 

Hemos analizado Arise: A Simple Story Definitive Edition gracias a un código digital cedido por Untold Tales. Versión analizada: 1.0.1

 

Arise a Simple Story
Todo un canto un canto al amor y a la vida
Arise: A Simple Story es mucho más que un videojuego. Es toda una experiencia audiovisual en la que, como si de una montaña rusa se tratase, las emociones van y vienen en un continuo viaje a lo largo y ancho de la vida de su protagonista. Una aventura en 3D donde el fluir del tiempo nos sirve como intuitiva mecánica central de un juego que, por otro lado, no pretende suponer reto alguno. Su corta duración y alguna que otra pega jugable y técnica ponen la cruz a una gratificante experiencia en la que el premio se encuentra en el viaje en si mismo.
PROS
Todo un delicioso lienzo audiovisual
Su fuerte carga emocional y alegórica
Acertada fusión entre puzles y manipulación temporal...
CONTRAS
... aunque no supone reto alguno
Se antoja tan intenso como corto
Algún que otro problema jugable y de rendimiento
80