Necesitamos juegos más baratos, que recuperen la inmersión mucho más rápido, que dejen descansar más a los trabajadores y les permitan experimentar. Dos de las consolas más exitosas de todos los tiempos, Playstation 2 y Nintendo DS, tenían como ventaja competitiva lo barato y sencillo que era sacar pequeños juegos experimentales, que probasen conceptos, ideas y sistemas de control que se saliesen de la norma y lo comercial. Muchos de los juegos que recordamos de esa época, lo que en aquella época llamábamos «japonesadas», son fruto directo de la posibilidad de volverse loco sin riesgo a que el estudio cierre si no venden cuatro millones de copias en tres días. Y si tenemos juegos como Katamari Damacy es simple y llanamente por eso. Un juego «simulador de escarabajo pelotero» que complementaba su estrafalaria propuesta con una dirección de arte igual de extraña. Instantáneamente, se convirtió en juego de culto por méritos propios. Al original, le siguieron una serie de secuelas, ya sin Keita Takahashi al mando, pero desde Touch My Katamari de Playstation Vita, no se ha lanzado ninguna nueva entrega fuera de los dispositivos móviles o remasterizaciones del primer y segundo juego. En definitiva, la saga llevaba sin lanzar un juego nuevo la friolera de catorce años y, como aún le quedaban varios juegos por remasterizar, a todo los fans de El Príncipe nos pilló con la guardia baja que en uno de los últimos Nintendo Direct se anunciase una entrega totalmente nueva: Once upon a Katamari. Casi tres lustros esperando una nueva entrega significa que a los fans les ha dado tiempo de hacerse un Katamari de expectativas bien hermoso. ¿Se cumplen?
Una situación tan extraordinaria como tener un nuevo Katamari Damacy entre nosotros, merece una celebración a la altura. ¿Os acordáis del análisis de Katamari Reroll? Pues seguimos teniendo el número de teléfono del Rey de Todo el Cosmos de cuando le entrevistamos entonces. Dadme un segundo que le llamo de nuevo. ¿Qué ha vuelto a fliparse y destruir la Tierra?
Catorce años de descanso pero sigue en forma (redonda)
Saludos, pequeños habitantes de la Tierra. Soy yo, el Rey de Todo el Cosmos, una vez más vuelvo a maravillaros con mi presencia, mi bello facial y mis mallas superajustadas para pediros perdón. «Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a pasar«. Eso es lo que dije la última vez que destruí vuestro hermoso planeta, junto a gran parte del firmamento, y he cumplido mi promesa durante muchos años. Sin embargo, no puede evitar emocionarme cuando me reencontré con el Pergamino del Cosmos. ¡Hacía mucho tiempo que no veía esa baratija! El caso es que lo lance al cielo y terminó destruyendo la Tierra, la Luna y toda su historia. Un accidente que le puede pasar a cualquier persona que sea tan apuesta como yo, al menos esta vez no iba bebido. ¿Lo comprendéis verdad? Pero no os preocupéis. El mero hecho de que estéis leyendo esto, significa que yo, bueno mi hijo El Príncipe, ya ha solucionado el problema y ni os habéis enterado, ¿verdad?
Pero no os preocupéis que a mi hijo le gusta deshacer mis problemas. Nunca ha expresado lo contrario. Él simplemente se limita a recorrer el mundo, ayudando a la gente con su fiel Katamari. Bueno, en esta ocasión El Príncipe vuelve a recorrer la Tierra, pero en diferentes épocas temporales. Así, al tener más datos de la historia, la reconstrucción del planeta será más fidedigna. El plan no tiene fisuras: ¿Qué va por el Japón feudal? Mi hijo pasa por encima de dulces, juguetes, armas, armaduras, comida típica de la época y las adhiere a su Katamari. ¿El oeste? Las plantas rodadoras son los Katamaris de la naturaleza. ¿La antigua Grecia? Os lo creáis o no los filósofos aman ser atropellados por una pelota gigante y pasar a formar parte de una masa uniforme. ¿Los dinosaurios y la Edad de Piedra? No suponen ningún problema. Todas las épocas, niveles y misiones son nuevas esta vez y creedme cuando os digo que hay muchas.
De hecho, en un afán de generosidad Once Upon a Katamari, es la entrega donde mi familia ha puesto más carne en el asador para ofrecer una mayor cantidad y variedad de contenido. Al igual que en otras aventuras como Reroll o We Love Katamari + Royal Reverie, cada nivel cuenta con uno o más primos de El Príncipe escondidos. Por supuesto, al encontrarles podrás jugar con ellos y como novedad, personalizar sus colores y expresiones. Los regalos escondidos que desbloquean complementos para El Príncipe y los primos también, ¡por supuesto! Pero en esta ocasión hemos tirado la casa por la ventana. En cada nivel además existen tres coronas secretas, que deberás encontrar y ayudan a desbloquear nuevos niveles y misiones. ¿Qué decís? ¿«Oh, muchísimas gracias Rey de Todo el Cosmos por pensar en nosotros»? Ja, ja. Si os contentáis con eso, mejor que os sentéis antes de que os cuente lo siguiente.
Al completar cada nivel recibiréis un sello con mi cara. Con tres sellos podréis hacer una tirada el gachapón que os dará expresiones y gestos para personalizar aún más a El Príncipe y sus 68 primos. ¿Y como se consiguen más sellos? Superando cada uno de los tres desafíos extras con los que cuenta cada misión. Como lo oís, hemos metido el triple de contenido en cuanto a misiones y ya os aseguro que algunos de los desafíos los he diseñado con la idea de que Bandai Namco también es la que publica los Dark Souls. De nada, Souls bros.
Por supuesto, una persona como yo, también ha pensado en los jugadores más actuales y entre las novedades jugables con las que cuenta Once Upon a Katamari, es un sistema de control alternativo, donde mover el Katamari directamente con un único stick, en lugar del control tradicional con ambos que simula cada una de las manitas de El Príncipe. Pero la novedad jugable más grande es que en esta entrega existen objetos o potenciadores distribuidos por los escenarios. Estos objetos temporales le dan propiedades especiales al Katamari durante unos segundos como atraer objetos alrededor, parar el tiempo o salir propulsado a grandes velocidades.
Solo o acompañado, pero siempre en pelotas
Como comprenderéis, con un hijo y 68 sobrinos, las comidas familiares son sin duda un follón. Mientras los adultos hablamos de cosas importantes, los niños tienen que estar entretenidos con algo para que no molesten y por eso hemos inventado el Katamaribol. Un nuevo deporte multijugador para jugar https://amzn.to/47lzqujonline donde el objetivo es conseguir más punto que los otros tres jugadores. Para ello hay que hacer tu Katamari lo más grande que puedas y luego llevarlo a un platillo volante que va cambiando de lugar dentro de la zona de juego. Ahí entra un tira y afloja entre mantener el Katamari lo más grande posible para que no te puedan absorber los demás primos o ir entregando puntos a riesgo de que luego no te dé tiempo. No es un juego que vaya a llegar a las Olimpiadas intergalácticas, pero es un giro de tuerca al concepto de rodar Katamaris que aporta un toque de aire fresco. Y además da recompensas para personalizar el Katamari, así que no es mal añadido.
Como tampoco lo son las canciones nuevas, compuestas por cantantes y grupos famosos en Japón – un país con el que tengo un hiperfoco actualmente –, que tienen el espíritu de las entregas anteriores: música pop, extraña como nuestros juegos, pero que encaja a la perfección. De todas formas, no nos olvidamos de las canciones clásicas. Lo que sí que hay es un problema al respecto: tenemos unas 60 canciones clásicas listas para ser reproducidas mientras vosotros, los jugadores, rodáis Katamaris, pero no son gratis. Tenéis que comprender que el todopoderoso Rey de Todo el Cosmos hay cosas que no puede conseguir como vencer los derechos de autor y la codicia de las empresas, y es por eso que estas canciones están divididas en dos packs de DLCs, que no son precisamente baratos.
¡Oh Rey de Todo el Cosmos mío! Mirad que hora es. Tengo que irme a seguir escribiendo descripciones graciosas de cada uno de los centenares de objetos distintos que podéis pegar a vuestros Katamaris. ¡Nos vemos dentro de otros catorce años!
Once upon a Katamari – El mejor nuevo comienzo posible
Sinceramente, cuando se anunció Once upon a Katamari, me alegré, pero también tenía mis dudas al respecto de esta nueva entrega. Un vacio de casi 15 años sin una entrega nueva, con las últimas entregas siendo versiones remasterizadas, las anteriores a estas últimas siendo considerablemente peores que los originales y sin Keita Takahashi en el equipo. Pero el nuevo equipo que Bandai Namco ha formado para seguir con la franquicia ha aprendido a la perfección con ambos Rerrolls y se nota aquí. Once Upon a Katamari podría ser perfectamente un tercer juego de Playstation 2 que se olvidaron en un cajón y han sacado ahora. ¡Y lo digo en el buen sentido! Un broche de oro que cierra esta trilogía del renacimiento en plataformas actuales, con mucho contenido, mimo y carisma.
Análisis realizado gracias a un código de descarga de Once upon a Katamari proporcionado por Bandai Namco.











Debe estar conectado para enviar un comentario.